martes, 19 de septiembre de 2017

El urbanismo masónico

(Este artículo fue publicado por la revista Armar la ciudad de la Universidad de General Sarmiento en el número de agosto de 2017) Enlace:   http://www.ungs.edu.ar/ms_ico/?p=7076


Los masones han dejado su sello en muchas ciudades, especialmente en aquellas que son sedes de poder político. Nuestro país no ha sido ajeno a esta influencia y tanto Buenos Aires como La Plata así lo demuestran. Sin embargo, el secretismo que envuelve a esta organización ha invisibilizado sus aportes al urbanismo.

El 24 de junio se cumplieron trecientos años de la fundación de la masonería. Fue en 1717, en Londres, cuando varias logias decidieron fusionarse bajo el ideario de la Ilustración y contra ciertos dogmas de la Iglesia Católica. También son trecientos años de historia urbana, porque los masones han dejado una huella imborrable en la traza y en la configuración de muchas ciudades.           
Esta organización, defensora de las ciencias, la exactitud y el constitucionalismo,  ha elevado obeliscos, estatuas, tendido diagonales, demolido iglesias y  abierto espacios verdes. Pero las características  más sobresalientes de sus intervenciones urbanas son dos. En primer lugar se ha diagramado la trama de las zonas centrales de muchas ciudades, especialmente aquellas que se vinculan al poder, a partir de sus símbolos, principalmente  la escuadra, los triángulos el compás y los obeliscos. Y en segundo lugar, que el simbolismo de esas diagramaciones permanecieron y aún permanecen como un tema poco transitado por la mayoría de los estudiosos.
Tal vez la ciudad a la cual se le ha dedicado mayor estudio al respecto sea Washington. Sabido es que los libertadores de ese país y la mayoría de quienes les sucedieron eran masones. La capital de los Estado Unidos está llena de estructuras de compás y escuadra tanto como  triángulos y obeliscos. Entre estos últimos es de destacar el Jefferson Pier. Este pequeño obelisco es el que triangula perfectamente con la Casa Blanca y el capitolio, (no el más famoso que está a unos metros.) 
La Plata, capital de nuestra provincia de Buenos Aires, está conformada por varios juegos de compases y escuadras. El más notorio es aquel cuyo vértice de noventa grados coincide con la plaza San Martin y la plaza Moreno, sedes de  la casa de gobierno y el palacio municipal, respectivamente.   
El caso de Buenos Aires es muy especial. Durante años se dijo, muy informalmente, que las diagonales existentes en su centro tenían un trasfondo masónico, hasta que el arquitecto Carlos Urria estudió el asunto con detenimiento. Los tres poderes del centro porteño conforman vértices de un triángulo. Si realizamos un círculo tangencial a los lados del triángulo notaremos que en su centro se encuentra la sede de la Gran Logia Argentina, sita en Perón 1242. Lo realmente interesante es que esta sede central de la Masonería fue levantada años antes que el Congreso de la Nación y el Palacio de Justicia.  
Casi siempre los masones se mostraron muy inclinados por los emprendimientos urbanos. Fue, según la mayoría de las fuentes, José I, hermano de Napoleón Bonaparte, quien introdujo la masonería en España, con la Logia Gran Oriente de Francia. Cuando se instaló como monarca en Madrid, en 1808, entendió que la ciudad dejaba mucho que desear. Durante sus cinco años en el poder se dedicó a demoler muchas iglesias, conventos y barrios medievales, dejando en muchos de esos lugares espacios verdes. Testigo de su iniciativa es la Plaza de Oriente, que ciñe desde entonces al Palacio Real. (Imagen 5)
Por último, las logias son para iniciados, es decir, para gente que ha elegido un camino de secretismo o al menos de discreción. Sólo conocemos aquellos símbolos inscriptos en nuestras ciudades que son públicos, no aquellos que conocen los iniciados de los grados superiores. Esto demuestra que no siempre tenemos la posibilidad de saber cuáles fueron las razones verdaderas que terminaron dando la configuración del espacio urbano. Los símbolos inscriptos en las tramas de muchas ciudades configuran verdaderos criptogramas que sólo unos pocos saben y pueden leer. Sin embargo, el secretismo mismo de la organización y el sinfín de simbolismos que no dan a conocer ha supuesto que mucha gente crea en conspiraciones, incluso en conspiraciones interplanetarias. Cuando hay casilleros vacíos es tentador llenarlos con cualquier ficha. Yo me abstengo.
Los masones han demostrado pasión por el urbanismo,  no por nada ¨masón¨ viene de una palabra que quiere decir ¨albañil¨. No fueron los únicos, (y podemos pensar por ejemplo en todas las intervenciones papales que tuvo Roma), pero han dejado una huella indeleble, una huella de la que se habla menos, pero que se nota mucho. Y este 24 de junio (para ser exactos el 5 de julio próximo, porque en 1717 los británicos  manejaban el calendario juliano y no el actual), va a haber motivos para que los urbanistas, los geógrafos, los arquitectos y todos aquellos que amamos las ciudades y sus construcciones festejemos, aunque tal vez nadie más se entere. Es un secreto.
Washington
Buenos Aires
La Plata 


Fuentes: