jueves, 29 de diciembre de 2016

La publicidad durante la guerra de Malvinas

Se venía el final de la guerra. Cacho Fontana y Pinky hacían un programa de 24 horas, solidario, para recaudar fondos para los soldados.  Entre las 2 de la madrugada y las 5 desfilaron estrellas del tamaño de Susana, Monzón, Reutemann, Mirtha, Nicanor Costa Méndez, Porcel y Olmedo. Todos ellos donaron algo; una pulsera de oro, efectivo, un chiste. Se contribuía desde los estudios de ATC. Había que  apoyar.

En el Youtube, ese nicho increíble, está todo: el programa y las publicidades en el marco de ese programa.

Como ya he dicho en otro lugar, la publicidad suele explotar y seguir las inclinaciones que tiene la opinión pública. También, y no es menor, contribuye a reforzar lo que la gente piensa o siente. Durante la guerra las publicidades apelaban a...

Sancor, para vender leche, utilizaba una canción muy bonita, que decía a coro:

¨Y avanzan y avanzan, con fe y esperanza, con fuerza y con coraje, siempre hacia delante, siempre con nuevos brazos. Unidos sí, pueden más, todos juntos pueden más…¨

Dristán, un dentífrico, ordenaba que te defiendas ¨cuando un resfrío ataca¨

Antonio carrizo vendía Crush diciendo que ¨los embotelladores de la empresa donaban al Fondo Patriotico Malvinas Argentinas el 10 por ciento de las ventas¨. Pero iba más allá, afirmaba que Cruh era ¨una empresa Argentina fundada en 1926¨. Era y es una flagrante mentira.

Atra, la afeitadora, afirmaba:  ¨cinco zonas de difícil acceso son las que separan a Atra de cualquier otra afeitada¨


Tal vez la de Ayudín sea la más impertinente. Indicaba, ¨lavar los platos es una lucha donde usted no siempre gana¨. ¨, pero donde ¨gracias a la fuerza concentrada de Ayudín¨ la victoria está asegurada. Y remataba ¨Señora, cuelgue los guantes¨. A unos días de la rendición, sonaba raro.

Por supuesto, Bic bombardeaba con sus encendedores para dar ¨fuego¨ y Curitas te curaba las heridas. Era el momento ideal para vender estas cosas.

Pero no todo era Argentina. Las empresas saben que hay un lacayismo congénito. El argento Termidor seguía, como hoy, con un vino ¨con acento francés¨, y resulta chocante comprabar que L&M, la empresa de cigarrillos foránea, vendía con imágenes de una mujer de clase alta en Viena. No obstante lo cual, quedaba claro que habían cambiado Londres por Viena. De hecho la mujer era inglesa y el estribillo seguía diciendo ¨Lady, lady, lady¨. Bochornoso.

Todo se puede vender y todo sirve para vender. Te dicen en el oído aquello que querés escuchar, te manipulan la conciencia, te crean una necesidad espuria, te alimentan el animal de consumo que llevás adentro, te agarran con la guardia baja, te sacan la plata, te esquilman el alma, te escupen la personalidad, lo que te hace distinto; te masifican. No te venden un producto, te venden a vos y te terminás convirtiendo en un esclavo de ellos. Tenés que estar atento, porque es una guerra que siempre estás perdiendo. Y lo peor es que vos crees que la estás ganando.


Lo comentado en este artículo puede verlo aquí:


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Cambiemos:

Jugando al tenis con la inteligencia:

De la Sota y el resto:

lunes, 19 de diciembre de 2016

Trotsky, los artistas y el amor

En este año que concluye se ha estrenado El elegido, película española sobre el asesinato de Trotsky, que nunca llegó a la Argentina. Por lo tanto, lo que sigue es una crítica sobre un film que no he visto. Intentaré justificarme.

La historia real no es ningún secreto, pero los pocos artistas que se le han animado han sido políticamente correctos con un caso que, sin alterar las cosas, es muy difícil de presentarlo con corrección.

León Trotsky llega a México por la mediación del muralista Diego Rivera, que había sido expulsado del Partido Comunista. Es lógico que se alineara con el enemigo mortal de Stalin. Le da casa y abrigo. Frida Kahlo, la mujer de Rivera, al punto, se convierte en amante de León.

Pero Stalin quiere matar a Trotsky, no importa lo lejos que esté. Sus servicios de inteligencia tantean al muralista David Alfaro Siqueiros, que se ofrece entusiasmado para la carnicería de una sola persona. Siqueiros y otros veinte, llegan armados hasta los dientes en una camioneta, disparan sobre la casa del revolucionario no menos de cien veces el 24 de mayo de 1940. Trotsky está adentro con su mujer, pero obra un milagro y sobreviven. (En la casa también está su nieto que roza los 11 años y que se despierta por los balazos, pero eso no le importa al muralista ni a sus secuaces).

Stalin está como loco. Han fallado. Se recurre al plan B. los servicios tenían el contacto de una mujer fanática de la URSS. Es española, vive en España y tiene un hijo español que ha luchado por la república en la guerra civil española: Ramón Mercader. Ramón es incapaz de decirle que ¨no¨ a la mamá. La madre lo empuja hasta México. Por orden de sus superiores, o sea de su mamá y de los agentes de la NKVD soviética, le imponen que enamore a Sylvia Ageloff, la secretaria de Trotsky para así poder infiltrarse en la casa, en el caso que fracase el plan A. Finalmente lo tiene que hacer. Ramón la enamora a Sylvia. Se hace el amigo del ruso y cuando este se da vuelta le clava un guadañazo. (Bah, es una pica, pero intento ser expresivo). Sylvia, al verse usada, intenta suicidarse, pero fracasa. Como ciudadana estadounidense, tendrá que pasarse el resto de su vida explicando en su país que es inocente. (Es inocente del asesinato, pero no puede negar haber sido una activa militante de la Cuarta Internacional).

Finalmente tenemos el caso de Rivera. Él, y la sobrevalorada Frida, queriendo reingresar al Partido Comunista, declaran que sólo le abrieron las puertas de México a Trotsky con el fin de tenderle una emboscada, que materializó la mamá de Mercader por mediación de su hijo. Aunque suene raro, pudo bien ser así. Hoy se sabe que la camioneta que usaron en el primer atentado Siqueiros y su pandilla era propiedad de Rivera. 

Por supuesto, en la historia real hay varios puntos interesantes para tratar en una ficción.


1)      Un intelectual brillante, terco, soberbio y sanguinario con apariencia de mosquita muerta.  Como su asesinato se da en pleno contexto de la Segunda guerra mundial, bien se podría tratar la posición antisionista y antibritánica del judio León, que por los tiempos de su muerte, tal vez por puro odio a Stalin, era funcional a los intereses de Hitler. (No es una novedad. El Movimiento judio Leji, de Abraham Stern, por la misma época, operaba en el mismo sentido. Por otra parte, Trotsky sostenía esta posición ya antes del pacto de no agresión germano-soviético).
2)      Un artista de gran mérito, idealista y fanático; pero también un asesino consumado que podría ser presentado como un enorme cobarde que actúa junto a una banda de gángsters para matar a un tipo solo.
3)       Una madre fanática, manipuladora y dominante que lleva a su hijo a enamorar para matar por sus ideales, (los de ella, claro), y un hijo que, en el fondo, cuenta con un solo ideal: su mamá.
4)      Un amor falso y una mujer engañada miserablemente. Sería interesante presentarla como una idealista que no puede sobreponerse a sus sentimientos personales, siempre nocivos para cambiar el mundo.

Alguna vez intenté escribir (reescribir) la historia desde el punto de vista de Sylvia, demonizando a Siqueiros y despreocupándome de Trotsky. (Aunque me interesaba subrayar, brevemente,  las debilidades de un intelectual que va perdiendo progresivamente inteligencia práctica a medida que se limpia las manos de sangre). Ahora resulta que hay una película que, espero, no haya tenido las correcciones morales y los lugares políticamente correctos  del arte de masas que supone el cine.

La película, que no vi, pero me la contaron, pone el acento en la historia de amor entre Ramón y Sylvia. No es extraño; el amor siempre vende. Según infiero, Trotsky es presentado con la ambigüedad no propia del arte, sino del que no sabe que decir. Me cuentan que el tema de Rivera-Frida-Siqueiros está tratado tangencialmente, seguramente porque ya ese tema fue el objeto de películas cercanas en el tiempo, donde Hollywood hizo todo lo posible por vender sin ofender a nadie.

Bueno, no voy a ver El elegido. No tengo ganas de procurármela y mucho menos de sentarme a consumirla después de haber visto el trailer y de haber escuchado sobre ella. Eso si: todos los ingredientes en torno a la muerte de León van a seguir alimentado un montón de futuros films, novelas y hasta poemas. Yo creo que con los años se va a convertir en una especie de clásico, un tema que va a ser tratado de manera recurrente, más aún de lo que ya lo es.  Y si yo todavía  no contribuyo al fondo común del tema es porque estoy buscando la forma de molestar a la mayor cantidad de personas posibles, de ofender en el alma, de clavar una pica en el estúpido lugar común de las mayorías. A la gente no hay que darle lo que quiere; a la gente hay que revolucionarle la butaca. Y a los intelectuales y a los artistas hay que demostrarles que son gente. Nada más que eso; gente, con sus virtudes y sus defectos. Lamentablemente, Lars Von Trier hay muy pocos.


Trailer: El Elegido 2016



domingo, 11 de diciembre de 2016

Turismo urbano I: Nazis

   Con Henry compartimos muchas opiniones, y no es la menor que él me considere un forro y que yo lo considere de la misma manera. Solemos salir de turismo urbano. ¡No, no sea boludo; no sea boluda! No vamos al cabildo o a la casa de Sábato o a la de Mitre o cosas así. Eso es para mascotas que van adonde les indican. Nosotros vamos a olfatear lo que quedó de la historia reciente, de aquellos hechos que aún duelen, que tienen coordenadas geográficas muy precisas y testigos que nadie visita porque no se sabe donde quedan y nadie intenta averiguar. Vamos al solar donde fue fusilado un líder, a la casa de una ex presidenta en su niñéz, a la cárcel de un genocida con prisión domiciliaria, a un bar increíble del oeste bonaerense donde hubo sangre, a las oficinas de Alfonsin, al kiosko donde compraba el papa… En todos estos lugares hay vecinos, mozos, porteros (¡los porteros saben todo!), amigos de la infancia, verduleros, vigiladotes… Y todos están deseosos de contar, de chusmear con el mate de por medio, muchas veces dispuestos a agigantar la anécdota hasta la vil mentira, de hacer un esfuerzo por recordar en la mayoría de los casos, de debatir con otros vecinos detalles de esas formidables historias que (se deja ver) no hay que ser periodista para encontrarlas. Por supuesto, hay lugares de la historia más reciente donde no vamos porque, además de forrazos, somos cagones (y no somos boludos). 

La anécdota que sigue es la primera entrega de una serie que suponemos infinita.

Eichmann

La esquina de Garibaldi y ruta 202, en el partido de San Fernando, es una esquina pobre en un barrio pobre, en una zona baja de casas bajas de clase baja, rodeada de fábricas que vierten sus desechos al río Reconquista. Cuando el río crece, barre el barrio con sus porquerías. Cuando la pobreza crece, lo hace hacia el río, hasta la misma orilla. No hay cloacas; no hay agua potable. Pero hay mucha gente. Los más chicos juegan en el medio de la calle Garibaldi sabiendo que los autos que pasan son del barrio y que en el barrio hay pocos con auto. Los jóvenes se juntan en la esquina para embriagarse y hacer rostro. Nadie sospecharía que alguna vez la esquina fue motivo de una de las noticias más resonantes que la Argentina  le dio al mundo. El 11 de mayo de 1960, un grupo de tareas del Mossad, el servicio de inteligencia israelí, secuestró a uno de los hombres más buscado del planeta: Adolf Eichmann.

Eichmann trabajaba en la Mercedes Benz. Todos los días volvía a su casa con el colectivo 203. Bajaba en la esquina y dando vuelta la ochava, caminaba unos 15 metros hasta su casa, que era un desaliñado rancho sobre una calle entonces de barro. Tenía una identidad falsa y tal vez pensó que viviendo en un lugar tan remoto del mundo y de la misma Buenos Aires nadie lo iba a encontrar. Ese 11 de mayo bajó del colectivo y cuando llegó a la ochava fue reducido y secuestrado. Lo torturaron en una casa que el Mossad había alquilado a dos cuadras del lugar, lo doparon, lo metieron en un avión de línea, lo juzgaron en Israel en uno de los juicios más ruidosos del siglo y finalmente lo ahorcaron el 31 de mayo de 1962.[1]

Hay que animarse. Los extraños se ponen fácilmente en evidencia—especialmente cuando hacen preguntas—. Bajamos en la misma parada célebre. Caminamos los 15 metros. En el 6067 de Garibaldi hay un estacionamiento informal, en realidad un baldío con tres autos: el terreno está en venta. Le preguntamos a un borrachín. Confirmó que ¨una persona importante, no me acuerdo el nombre, vivió ahí¨. Tratamos de averiguar si sabe a qué se dedicaba: ¨era un asesino¨, dice, concluyente. Luego chequeamos entre los vecinos. Casi todos conocen la historia de una asesino, pero muy pocos saben qué es el nazismo o qué son los judíos. Nos informan que suele venir gente ¨de la tele¨y también muchos que dicen que era ¨un justiciero¨ y dejan flores en el estacionamiento-baldío. Al rato ya nos sentimos estrellas de Holywood, todos quieren contar algo, todos quieren fama. Los visitantes, aseguran, nunca nos preguntan nada. ¨Vienen y se van¨. Tal vez la más interesante—y creíble— de las historias es la que nos cuenta una morocha pulposa. Tenía una amiga que vivía en la casa de Eichmann antes de que fuera derrumbada en 2000. Recibía permanentemente visitas, le tocaban el timbre gente rapada y de la otra. Cuenta que ella dejaba pasar a los visitantes y afirma que llegó a lucrar con la humilde residencia. Pero acaso la reacción más inesperada fue la de una señora que vive exactamente al lado del lugar que ocupara Eichmann y cuyas ventanas dan al baldío. No sabía nada, pero la curiosidad pudo más que ella y quiso saber más que eso que acababa de escuchar de sus vecinos. Le amplío: mató muchas personas en Europa, en campos de concentración. Pero la señora quiere cifras. Henry se las da: Entre 3 y 4 millones. La señora se muere de la risa y desaparece en el interior de su casa.

Mengele

Josef Mengele tuvo varias direcciones en Argentina. Tal vez la más célebre haya sido la de Arenales 2460, en Florida, partido de Vicente López. Tocamos el timbre. Nos atiende una chica muy bonita que apenas asoma la cabeza. Confirma que ¨si, sé de la historia de esa persona, pero nosotros no tenemos nada que ver¨. La chica se refiere a la empresa que ocupa hoy el solar. Sin embargo, al hablar con los vecinos las cosas son bien diferentes. Manuel vive enfrente. Viste una camiseta de Belgrano de Córdoba que, afirma, le regaló Macri a su gente cuando River se fue a la B. Corta su pasto y nos habla con conocimiento de causa. ¨Esa casa donde se hicieron documentales y donde vienen neonazis es una mentira. Parece antigua, pero tiene unos veinte años nada más, y yo vivo acá hace treinta. Conozco a todos en el barrio, gente vieja, conocedora,  y nadie te va a decir que ahí vivió ese tipo. Creo que fue cerca, pero acá no. Yo no sé por qué se fabricó todo este asunto de la casa de Mengele¨.  
La mansión

A dos cuadras del lugar un vecino entrado en años está estacionando su auto. Se lo nota sumamente apurado, y tal vez tiene un poco de miedo porque tenemos una cerveza. Le preguntamos por Mengele. Es como si lo penetrara un rayo de luz. Sonríe con esa sonrisa gardeliana tan porteña. Ya no está apurado. Se toma todo el tiempo para explicarnos. Es canchero, pero simpático. ¨Pibe, la cosa es así: Mengele vivía en Valle grande y Vergara, a dos cuadras de acá. En el barrio se sabe.¨ Le preguntamos sobre la casa de Arenales. ¨No. No, pibe. Eso es cualquier cosa. Todos están creídos que es ahí porque lo dicen los medios. Mi viejo lo conoció y él no me va a mentir.¨

En esas dos cuadras el barrio pasa súbitamente de clase media a clase media alta, árboles altos que dan mucha sombra, adoquines lustrosos y silencio generalizado. Ah, por supuesto, mansiones, muchas mansiones, como la de la esquina de Valle grande y Vergara. Tocamos el timbre. Nadie nos responde. Hablar con  un vecino acá es una tarea casi imposible. Las calles están vacías. Hay cuatro casas por cuadra, el perro más chico tiene el tamaño de un caballo y el vigilador de la garita de la esquina nos mira. Pero hay un detalle siniestro. Increíblemente para un barrio como este, sobre un muro que protege la supuesta mansión de Mengele, han dibujado calaveras, muchas calaveras. Cuando nos disponemos a tomar una foto del muro nos detiene el vigilador. Ha visto como segundos antes yo le tomaba una foto a Henry. Nos hacemos los amigos. Nunca oyó hablar de Mengele y la historia le parece tan inverosímil que remata: ¨nadie es tan malo¨. Y aunque ahora somos amigos, tampoco nos deja sacar la foto. Obedecemos.

Conclusiones

Este artículo sólo pretende ser un anecdotario. Por supuesto, el tema de Eichmann y el tema de Mengele es mucho más rico. Eichmann supone un ejemplo de métodos que luego usaron los militares argentinos, la violación de la soberanía nacional  por el estado de Israel (que se puede justificar), las consecuencias que este tema supuso para Frondizi, si Eichmann fue un perejil, etc. Mengele, por su parte, parece haber estado vinculado a los poderosos de nuestro país y eso da vergüenza. Y, claro, está la paradoja de que el secuestro de Eichmann puso sobre alerta a Mengele para escapar de Paraguay y finalmente quedarse en Brasil para morir plácidamente en las playas de arena blanca mientras tomaba un baño.


Pero lo que nuestra experiencia nos enseñó es que la gente muchas veces considera que hay maldades tan grandes que no son posibles, que es peligroso que tantas personas ignoren absolutamente todo del holocausto, y que no está bien borrar la historia de los que perdieron. ¿Por qué no hacer como hacen hoy en Alemania o en Polonia, donde se recuerdan cosas terroríficas para que no se olviden? ¿Por qué no hacer como lo que nosotros hicimos ejemplarmente con la Escuela de Mecánica de la Armada, que hoy hace tomar conciencia a muchos? Si a la casa de Eichmann la blanquean podríamos evitar que los neonazi la visiten y, por raro que parezca, también contribuiría al desarrollo urbano de una zona tan postergada. Los vecinos lo agradecerían. (Eso sí, ya no sería material de nuestras visitas). Además, como país tenemos una deuda con el mundo. No miremos para otro lado. Estamos orgullosos de haber llenado el país de judíos que huían de las persecuciones. Pero no podemos ignorar que el mundo nos recuerdan con causa justificada el haberle abierto las puertas a las basuras más repugnantes de la historia. Cuando Eichmann tuvo la oportunidad de decir sus últimas palabras, bramó: ¨Larga vida a Alemania, larga vida a Austria, larga vida a la Argentina¨, y nos enterró a todos.





[1]  En realidad, según la periodista alemana Gabby Weber, la historia fue un poco diferente. http://www.diariolonuestro.com.ar/index.php/vicente-lopez/716-la-verdad-sobre-la-detencion-de-nazi-eichmann-en-argentina  https://books.google.com.ar/books/about/Los_expedientes_Eichmann.html?id=lScBAgAAQBAJ&redir_esc=y



domingo, 13 de noviembre de 2016

La paradójica obra de una genia


Hombre ofreciendo dinero a una mujer
La pintura se llama Hombre ofreciendo dinero a una mujer. Era normal en la pintura holandesa del siglo XVII mostrar a un tipo ofreciéndole plata a una prostituta. Sin embargo, la mujer de nuestro cuadro no ejerce el viejo oficio. Las prostitutas de aquella época iban bien vestidas y muy cargadas de ropa, como demandaba el calvinismo imperante. La nuestra es una mujer de la casa.
Una de las interpretaciones más difundidas es que se trataría de un ofrecimiento de matrimonio. En efecto, históricamente la mujer se casaba (y se acostaba) con aquel que le ofrecía (preferentemente a su padre) una cantidad de dinero respetable.
            Este cuadro, que es realmente sugestivo, no lo sería tanto si no fuese obra de una mujer: Judith Leyster. Ser mujer y pintora en el siglo XVII era socialmente menos aceptado que ejercer la prostitución.
            Pero la historia personal de Judith es aleccionadora. Se casó en 1636 con un pintor (un obrero, según los cánones de la época) que trabajaba en el mismo taller: Jan Miense Molenaer. Se sabe que, inmediatamente después de ser desposada, Leyster dejó de pintar, dedicando los siguientes 26 años que le quedaban de vida a cambiar pañales. El que sí siguió pintando, por supuesto, fue su marido, un artista muy inferior a ella.
            El tiempo puso las cosas en su lugar y hoy encontrar en la Web pinturas de Judith y críticas a sus obras es mucho más fácil que hallar algo sobre su marido.  Por eso, quería compartir la siguiente pintura de Miense Molenaser, que me topé casi por casualidad.
 
El sentido del olfato. De la serie Los cinco sentidos
  
No se sabe cuanto le ofreció a Judith para casarse. Pero hoy las pinturas de ella se cotizan muy por encima de las de él. Y la más cara es Hombre ofreciendo dinero a una mujer. El tiempo construye las mejores paradojas.

Sobre el cuadro de ella:
Sobre el cuadro de él:


sábado, 5 de noviembre de 2016

Barbas

             Teresa le explica a su hijo. ¨Papá Noel viaja por los cielos en su trineo. Entra por la chimenea. Tiene barba y una bolsa. Si te portás bien te va a traer un regalo¨.
           Su hijo siempre está soñando cuando aparece Papá Noel. Se despierta y encuentra los regalos. Es mágico. Ella sonríe. Algún día descubrirá la verdad, como ella misma hace tanto.
Sin embargo, Teresa tiene su propia historia. Cree en un dios barbado, que mora en los cielos. Si se porta bien él la va a recompensar.
Si Teresa está soñando, o no, no lo sabemos.

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domingo, 23 de octubre de 2016

Elogio de la censura

        
              Mariano Moreno suele pasar por el defensor de la libertad de prensa en nuestra temprana historia. Sin embargo, cuando traduce el Contrato Social de Rousseau, censura el capítulo que el francés le dedica a la religión. ¿Está bien?

            Moreno no quería ponerse en contra a grandes sectores de la sociedad  que eran muy católicos. ¿Está mal?

            Cuando se hace política se tiende a la censura. Y no es lo mismo hacer política desde el llano que desde las alturas. Sarmiento es un ejemplo ilustrativo. En 1845 lanza el Facundo. Cuando más de 20 años después, en campaña por la presidencia, le ofrecen publicarlo de nuevo, el genial pelado pone una condición: que se censuren un par de capítulos. No quería malquistarse con los sectores alsinistas porteños, aliados en la fórmula presidencial. ¿Estaba loco?

Tanto Moreno como Sarmiento hacían bien. La política es el arte de lo posible, y hay veces en que no se puede decir ciertas cosas.

Estos ejemplos son solo una muestra exigua de algo que se dio y se da permanentemente, acá y en cualquier lado.

Entonces, no siempre está mal la censura. Pensemos en la que se da en estos días. Notará usted que no hay ningún caso de un hombre muerto o maltratado por su mujer. Esto obedece a una decisión conciente desde arriba. Este gobierno, como el anterior, mantiene una política pública—en realidad una política de medios— donde se intenta imponer una conducta masculina favorable hacia las mujeres—si, todas, incluidas Vidal y Cristina, que sacan provecho—. En este contexto, es obvio que de las miles de noticias potenciales que tienen los medios en el escritorio, se van a filtrar algunas para que no lleguen al público. Pero no solo eso, en la campaña se van a inventar noticias, como siempre, se van a exagerar otras, y, por supuesto, también se van a ventilar hechos reales y sumamente repudiables de femicidios. Más aún, en otro orden de cosas, no vamos a ver  programas tipo Mujeres Asesinas, que batían records de audiencia hace 10 años. ¿Y? ¡Y está bien! ¡Está muy bien que así sea! El fin justifica los medios, y los medios (de comunicación) justifican los fines.

Hoy el verdulero, indignado, me dijo que es terrible, que cada vez matan más mujeres. Asentí. No solamente porque es políticamente correcto, sino porque estoy haciendo política. Hay causas que todos deberíamos defender y que no tienen bandera, ni género. Y para defender esas causas necesitamos de cierta censura. Y si alguien me ofreciera publicar estas líneas en un diario, me negaría rotundamente o le cortaría algunas oraciones. De los próceres también se aprende. 

jueves, 20 de octubre de 2016

Teoremas


No sé de mucha gente que se haya puesto a pensar en la redundancia argumental de ciertos films. Son esas películas que insisten en un punto específico, una y otra vez, pero que al común de los espectadores se les escapa. Es como si a lo largo de la cinta nos estuviesen diciendo algo, solapado, críptico, en voz baja, al oído, que deberíamos analizar: algo que se puede considerar la esencia, el carozo de la película. Y al carozo nadie le quiere entrar porque suele caer mal.
            ¿Qué tienen en común películas tan diferentes como Teorema, de Pasolini y Petróleo sangriento, de Anderson?  Se trata de dos teoremas, que en el caso de la primera está obviamente explicitado ya en el título.

            En matemáticas teorema es toda proposición que partiendo de un supuesto afirma una verdad no evidente por si misma. Digamos que nos toca ponernos a pensar cual es la verdad que no se nos quiere revelar.

            Teorema, nos narra la siguiente historia. Una familia burguesa, aburrida (en los 60 y 70 se suponía que se era muy intelectual suponiendo esto);  decía que, una familia burguesa, aburrida, sexualmente reprimida (en los 60 y 70 se era muy culto afirmando esto); les decía que una familia burguesa, aburrida, sexualmente reprimida, recibe la visita de un tipo, un completo desconocido, un muchacho bello e hipnotizador. El flaco se coge a la empleada, a la madre, a la hija, al padre y, se da a entender, al perro. Luego se va, para siempre. Al igual que en las películas de Buñuel o algunas de Fellini de la misma época, esa ausencia genera culpa, nostalgia, tal vez gratitud. Lo más obvio es que esa ausencia alecciona, les enseña algo. El lugar común del espectador culto es suponer que ese tipo que se fifó a la familia en su integridad es un ángel, o algo así. Puede ser…

            Petróleo sangriento (There will be blood), por el contrario, es un teorema no explicitado. Más allá de las contingencias más obvias de la película, hay cosas que tenemos que pensar. El petrolero es un falso padre, por lo tanto su hijo es un falso hijo. El hermano del petrolero es un falso hermano. El profeta es un falso profeta, y su iglesia es, por lo tanto, una falsa iglesia. La propiedad de la tierra que posee el hermano que se niega a vender su terreno es una falsa propiedad, porque le han chupado todo el petróleo subyacente. Y el traductor del hijo sordomudo es un falso traductor porque al final el pibe se expresa bien sin su ayuda.

            A mi no me interesa ahora marcar cual de las dos películas es mejor (es mejor Petróleo sangriento mil veces). Tampoco es mi intención dar un veredicto sobre la resolución de los teoremas. Eso está en ustedes. (En los 80 y en los 90 estaba muy de moda en la crítica cinematográfica decirle al vidente lo que debía pensar sobre las películas que veía). 

viernes, 14 de octubre de 2016

La teoría de la relatividad en el aula


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La anécdota es muy conocida, aunque debería serlo más aún. Unos periodistas le preguntaron a Einstein si podía explicar la teoría de la relatividad. El científico tomó un lápiz y apuntó ecuaciones varias sobre un papel, tomándose una hora y media. Le pidieron que sea más sencillo. Lo intentó con palabras ¨difíciles¨, dedicándole media hora a sus argumentaciones. Los otros no entendieron nada. Le pidieron que sea aún más sencillo. Einstein lo pensó y explicó que si un tren iba hacia el norte a 20 km por hora y otro se cruzaba en sentido contrario a 40, y bla bla bla… En un minuto había terminado. Los periodistas, agradecidos, le hicieron ver que ¨al final no era tan difícil¨. Einstein contestó: ¨Puede ser, pero eso ya no es la teoría de la relatividad¨.

Cuando uno enseña en un aula del secundario muchas veces entra en reduccionismos que avergüenzan (al menos a mi me avergüenzan). No se puede evitar. Uno quisiera dar nazismo y comunismo, la guerra fría como guerra caliente en la periferia, toyotismo y reestructuración del capitalismo, contrahegemonía, teoría de la regulación, la fragmentación del empleo del tiempo, la angustia que genera la inexistencia de un horizonte, explicar las sutilezas y abstracciones increíbles de un sistema de dominación impersonal intentando ser sutil, abstracto e impersonal y bla bla bla, … Y al final termino contando una historia ridículamente simplista, imbécil, calculadamente miope, con la profundidad de un balde,  donde hay buenos y malos absolutos, donde siempre (como nos enseñan desde chicos) están los héroes y los villanos; Batman y el Guasón, los trenes que van para un lado y los otros. Es la historia del Billiken, como decía un gran profesor.
Pero lo que menos puedo entender es que en las aulas de las universidades (conozco tres) se dicten clases de batmanes y guasones. Eso es una forma de subestimar al alumnado, tal vez de adoctrinarlo. Se debería buscar que piensen, que traten de comprender; no de llevarlos de la mano a la indignación más primitiva y elemental. Además el docente en estos casos tiene la seguridad de que no está atentando contra nadie agregándole complejidad al asunto. Se lo debe a los alumnos y se lo debe a sí mismo, a la profesión. Y eso no es relativo.

lunes, 10 de octubre de 2016

Un edificio histórico

El 1 de agosto de 1978 la montonera Lucila Révora de Pedro,  mujer angelical y bonita, colocó un explosivo en un departamento de la calle Pacheco de Melo, en Barrio Norte. Lo puso sobre la pared medianera que daba al edificio de al lado, el tercer piso A del 1937, donde vivía el Vicealmirante Armando Lambruschini, La bomba destruyó íntegramente el edificio donde detonó. En el edificio del marino perdió la vida Paula, de 15 años, hija del que sólo un mes después se convertiría en integrante de la segunda junta militar. Lucila está desaparecida desde fines de ese mismo año.

Esta es la historia más conocida del edificio de Pacheco de Melo 1937. Sin embargo, hay otras...

Resultado de imagen para montoneros logo Sucedió unos años antes, en 1976, en el 1B. En ese departamento vivía la familia de Alicia Mallea, incluidos tres hijos. El 3 de abril un grupo de tareas irrumpió en la casa. Fueron con el dato preciso. En ese momento Alicia y otros dos miembros del poder judicial que militaban en montoneros, Roberto Vera Barros y Esteban Ojea Quintana, se encontraban reunidos. Para proceder contaron con la colaboración necesaria de la custodia de Lambruschini. Hoy los tres están desaparecidos. El hijo mayor de los Mallea se tuvo que hacer cargo de sus hermanos: tenía 15 años.

(Tiempo después estalló la bomba. El departamento de Alicia, que se encontraba a dos pisos del de Lambruschini, quedó destrozado).

En febrero de 2015 el edificio volvió a ser noticia de algunos diarios. El 26, ¨Wado¨ de Pedro fue subido a Secretario General de la Presidencia, durante el gobierno de Cristina. No es secreto que Wado es hijo de Lucila Révora de Pedro, la autora material de aquel atentado. Por intermedio de un familiar que tenía llegada a Suarez Mason, que a su vez tenía llegada al presidente, Wado fue restituido prontamente a su familia. Lucila y Wado son oriundos de Mercedes, provincia de Buenos Aires, donde se hizo esa gestión.

Pero hay más. La familia de Esteban Ojea Quintana, uno de los secuestrados en casa de Alicia, pidió por Esteban buscando contacto dentro de las fuerzas armadas, como era habitual. Fueron a ver al familiar militar más cercano: Jorge Rafael Videla, que no los atendió. En efecto, la mujer de Videla, Alicia, era familiar directo de los Ojea Quintana. Tanto el ex presidente de facto como los Ojea son oriundos de Mercedes. .

Resultado de imagen para lambruschini pacheco de meloEl edificio de Pacheco de Melo 1937 tiene mucha triste historia y todos los condimentos para que un buen escritor idee teorías conspirativas. (Y no quiero evitar un dato anecdótico;  Cámpora también es mercedino). Sin embargo, no deja de sorprenderme que la realidad siempre sea más interesante que la ficción. Tal vez por eso: porque es real.












Algunas Fuentes:
 Maria Seoane y Vicente Muleiro,  El dictador, Buenos Aires, Debolsillo, 2006
Juan Yofre, Fuimos todos, Buenos Aires, Sudamericana, 2007 

domingo, 2 de octubre de 2016

La carta de Einstein

              
  Un conocimiento a medias es  peor que la ignorancia. Un conocimiento a medias es producto de un saber que se impone, incluso en los claustros universitarios, y que está contaminado de moralina, de indignación, de falta de sentido histórico. Quienes tienen un conocimiento a medias suelen llevar como bandera ideas o conclusiones que nadie que haya estudiado el tema seriamente sería capaz de suscribir. Son imposiciones de la política del momento, de la ética de la época, pero de la época en que se predican, no de la época en que las cosas pasan. Es muy fácil embaucar a miles de personas con coyunturas del presente que no existían en el pasado. Los que tienen un conocimiento a medias suelen caer en ese error. Son adoctrinados por doctores que, en el mejor de los casos, saben la verdad completa, pero especulan con ventilar solo una parte de ella para lavar cerebros.
                Los ignorantes que se interesan por las cosas de esta vida saben y están convencidos que Einstein era un pacifista y un genio. Es, digamos, la parte oficial de la historia. Un judío víctima del nazismo que huyó de su país y se puso al servicio de los Estados Unidos.
                Los que tienen un conocimiento a medias, impuesto, saben que Einstein escribió una carta a Roosevelt  aconsejándolo sobre la necesidad de producir una bomba atómica.
                Los que realmente saben la historia, completa, saben ciertas cosas que no te van a enseñar en la facu, y que los profes no están dispuestos a enseñar sin tener consecuencias al respecto. Son los que saben que la historia es interesante porque es compleja, y que una historia sin complejidades no vale la pena.
                La carta de Einstein fue escrita en  agosto de 1939, un mes antes del inicio de la segunda guerra, en la cual Estados Unidos no tomó parte activamente hasta mucho después. En esa carta Einstein alerta sobre la posibilidad cierta de que Alemania fabrique una bomba atómica. Para Einstein y el servicio de inteligencia de los Estados Unidos, con el que el científico debió de tener algún tipo de contacto, no era ningún secreto. Alemania tenía la ventaja en materia científica. Cuando los germanos toman Noruega se hacen con la posibilidad de producir agua pesada, necesaria para la fisión del átomo. Instalan una fábrica en Telemark, en ese país,  y empiezan las investigaciones. A esa altura el premio nobel de física tenía razón de sobra. Alemania puso recursos humanos y de los otros en conseguir un arma de gran poder destructivo, y estaba a la vanguardia, y si las contingencias de la guerra no lo impedían, la hubieran obtenido.  Afortunadamente un boicot y el bombardeo aliado hizo que el nazismo perdiera Telemark y con ello la posibilidad de hacer una bomba atómica (puntualmente el 28 de febrero de 1943).
                No obstante lo cual, hacia el final de la guerra, y para sorpresa de todos los aliados, Alemania produce las V1 y las V2, siendo esta última el primer cohete de vuelo suborbital de la historia. Más aún, produce el ME 262, que es el primer avión a reacción del mundo. Evidentemente los alemanes, como decía varios años atrás Einstein en su carta, estaban en condiciones de llevar a cabo cosas increíbles, incluso en las condiciones más adversas.
                Con el correr de los años, el científico salió a decir que se había arrepentido, o, para ser más exacto, a condenar la actividad atómica. Muchos le creyeron, y quienes tiene un conocimiento a medias se indignan. Pero Einstein, que no era ningún boludo, sabía que ese arrepentimiento era falso, afortunadamente falso.
                No hay nada más fácil que adoctrinar a la gente que se interesa por un tema con verdades a medias. Se puede recurrir a documentos históricos si es necesario, como una carta. Van a salir a la calle a hablarles a las mayorías, ingenuas e interesadas en el tema, con novedades apetecibles, con un aspecto interesante del asunto en cuestión, pero que no apunta al fondo de las cosas.  

Yo prefiero comprender, porque comprender es más interesante. Y más intransferible, tal vez. Uno no puede ir por el mundo explicando cosas complejas. Y acaso los que más ignoran y tienen por religión que Einstein era un santo estén más cerca de la verdad que aquellos que tienen un conocimiento a medias, denigrándolo por una carta que tiene un sentido histórico concreto. 

viernes, 30 de septiembre de 2016

Aula de un colegio de la segunda corona

Aula de un colegio de la segunda corona del conurbano. Sexto año, turno tarde. Clase de geografía. Alumnos de 17 y pico. Maxi destaca por su literalidad y su entrega a las causas más grandes y más chicas, pero especialmente por su pensamiento binario extremo. Es delegado del curso.
Reparto un trabajo práctico y le doy a García un trabajo que no es de él, es de otro García. Me disculpo.
Yo—Perdón, es que a la mañana hay otro García. 
Maxi— Macho, los de la mañana son los de la mañana. Nosotros somos los de la tarde.
Una semana después. Entra la directora a pasarme el libro de actividades áulicas. Nota que varios alumnos tienen en mano el celular.
Directora— Ya les dije que está prohibido el celular en el aula, a menos que el profesor lo permita.
Yo— Dejo usar el celular siempre y cuando hayan terminado la tarea correctamente.
Maxi (Que no tiene el celular en la mano y está empeñado en terminar la tarea) — Señora, el profesor nos permite usar el celular, ¿entiende? (Sale la directora. A mi) — Capo, la clase es tuya, no tenés que dar explicaciones.
Una semana después. Estoy intentando introducir el concepto de alienación; estoy intentando introducir un poco de filosofía en la clase. Agarro un pibe cualquiera.
Yo— Mariano, ¿qué es lo que querés?
Mariano— Quiero jugar a la pelota y ponerme en pedo todo el día
Yo— ¿Y cómo sabés que querés lo que querés?
Maxi (Concluyente) — Macho, ya te dijo lo que quiere, aflojá.
Una semana después, haciendo un balance sobre el capitalismo.
Yo— Chicos…
Maxi— Cortala con chicos, somos grandes, ¿qué parte no entendés?
Yo—…Bueno, el sistema capitalista, así como lo conocemos hoy, es el mejor de la historia. Mejor que la esclavitud, Mejor que el feudalismo. Mejor que el comunismo. Sin embargo, es un sistema desigual, estupidizante, y hay mucha pobreza, mucha injusticia. Es perverso y empobrece nuestra vida material y espiritual; especialmente a nosotros, los pobres. Esto no da para más. El sistema está en crisis. Hay que inventar otro sistema.
Mariano— ¿Cuál?
Yo— No lo sé.
Maxí— ¿Y entonces por qué enseña algo que no sabe?
Yo— (Hago una pausa) Cambiar este sistema es una tarea para ustedes.
Maxi— ¿La hacemos ahora?
Maxi es una de esas personas que la tienen clara. Nietzsche decía ¨un sí, un no, una vía recta y una meta¨ Yo no tengo ninguna duda: va a llegar lejos. No es ninguna ironía; los maxis van a cambiar el mundo.

sábado, 17 de septiembre de 2016

La escritura detrás de la lengua (Geografía para periodistas)

         
¨Vayan a estudiar, manga de burros¨, suele aconsejar Ricardo Iorio. Yo le hago caso. Siempre. Porque ¨solo sé que no sé nada¨, como decía Sócrates, y porque no me gusta ventilar giladas cuando está en mi poder hacer dos o tres clicks y averiguar como viene la mano sobre un tema cualquiera. Máxime si tengo que hablar  ante gente que cree en mis conocimientos, que confía en mi. Se lo debo a ellos; no me gusta traicionarlos. Y, llegado el caso, me basta con decir ¨no sé¨, ¨no tengo la más puta idea¨.  Prefiero que dejen de creer en mí antes que embaucarlos como si constituyeran un contingente de imbéciles.

Me estoy refiriendo a  gente que, haciendo dos cliks, te enterás que, además de formadores de opinión, son insignes docentes universitarios transnacionales, que vomitan lo que saben acá, en Harvard, en Java y en Criptón. Muy aplaudidos por nosotros, pobres docentes telúricos que luchamos de sol a sol con indios semianalfabetos en las aulas bárbaras del conurbano. Lo he escuchado de mis colegas: ¡ cómo sabe Juan Sebastian Lachota o Silvina Raquel De la Concha sobre política internacional! ¨.  ¡ Uy, sí, por algo están en la tele! No se equivocan una sola vez, sino muchas, al por mayor, recurrentemente. Tienen una columna semanal en el noticiero o una columna quincenal en un matutino y teniendo tanto tiempo para aprender vuelven a repetir sus insensateces. ¿Nos subestiman o son ignorantes? Yo creo que  ambas cosas.

¿Qué es lo que hay que saber para opinar sobre temas internacionales?  Hay algunas cosas que ya están instaladas, cosas que cualquier mortal va a ir a buscar. Un poco de historia de la región, un mapa,  bajo qué régimen de gobierno viven, cuáles son los recursos en juego, como se posicionan las potencias ante el conflicto, como se para nuestro país, un poco de vaticinio para agregarle sal y pimienta al asunto, mezclamos y listo.  Hasta ahí todo bien. Pero ¿falta algo?

Un speech  que deberían saber para no decir huevadas versa sobre las diferentes lenguas que se hablan en un territorio dado. Vivimos lejos de todo y parece cosa trivial ponerse a ver esas cosas, tal vez porque hacemos cientos de kilómetros y todos hablamos castellano. Bueno, el mundo es otra cosa, es mucho más complejo en ese aspecto. Es tan complejo que no sólo es un quilombo de lenguas, sino también un quilombo de escrituras. Es más: un mismo idioma se suele escribir de muchas maneras diferentes…

Supongamos que quiero escribir cualquier boludés, por ejemplo, ¨tengo dos huevos, el derecho y el izquierdo¨. Pero lo quiero escribir con el alfabeto griego. Bueno, es una pavada: ¨θηνω δωσ υηγωσ, ηλ δηρηκχω ψ ηλ ιξφϋιηρδω¨. Solo se trata de remplazar un signo por otro. La misma pavada si lo quiero escribir en alfabeto cirílico o con números, arábigos o romanos, da lo mismo.  Con un poco de práctica en un mes lo hacemos espontáneamente, como si lo hubiésemos hecho toda la vida. Y con un poco de esfuerzo estamos haciéndolo con el alfabeto árabe o el japonés, que son silábicos. No estoy jodiendo. No se trata de hablar esos idiomas, sino  simplemente de hablar como siempre lo hacemos, pero escribiendo de otra manera.[1]

Los alfabetos, además de convenciones, son una herencia cultural. Nosotros empleamos el alfabeto latino porque es el alfabeto con el cual se escribía el latín, la lengua litúrgica de la Iglesia Católica. Contrariamente, los griegos y la mayoría de los pueblos eslavos de raíz ortodoxa, como los rusos, utilizan el alfabeto griego o, para ser más preciso, uno de sus derivados, el cirílico. Lo que estos pueblos saben mejor que nosotros es que el Nuevo Testamento está escrito en griego. Para ellos es una locura que una iglesia llamada cristiana utilice el latín y sus letras para el rito. De ahí a las balas hay un solo paso.

Si me sigue, vamos a complejizar un poco las cosas con ejemplos cada vez más copados, y desde el punto de vista argentino, más bizarros, sin dudas.

Antes de hablar gansadas sobre el conflicto de los Balcanes usted debe saber algo elemental: croatas, bosnios y servios hablan el mismo idioma, que acertadamente podríamos llamar Eslavo del Sur o Yugoslavo, que significa precisamente eso: ¨yugo¨, sur; ¨slavo¨, eslavo. El hecho de que los tipos hablen de un idioma bosnio, otro idioma croata y un tercero servio es un problema de ellos, no de nosotros. Esos idiomas son el mismo idioma. Sí, no estoy diciendo que son dialectos mutuamente inteligibles. Hablan igual. Tal vez se diferencian como el porteño del cordobés, pero son lo mismo. ¿Entonces cuál es la diferencia? ¡Escriben con alfabetos diferentes! Mientras los servios utilizan el alfabeto cirílico (ese de los rusos) los croatas utilizan el nuestro, o sea, el latino. ¿Por qué? Porque los servios son ortodoxos y los croatas y los eslovenos son católicos. A su vez, esta diferencia religiosa, de raíz histórica más que efectiva— comunismo mediante—  crea enlaces con otros pueblos eslavos. En efecto, los polacos, por caso, son afines a los croatas porque, además de eslavos, también son católicos y porque también, por eso mismo, emplean el alfabeto latino (Y el hecho de haber estado en bandos opuestos durante la Segunda Guerra no modificó esa esencia). Otro tanto se puede decir de los servios, que son afines a los rusos por los mismos motivos. (Y aunque aún hay bosnios que escriben con caracteres árabes, la verdad que por muy musulmanes que se reclamen la mayoría escribe en latino o cirílico.) En síntesis, el idioma, en este caso, no nos ayuda demasiado, pero sí, de manera clara, la forma en que estos idiomas se escriben.[2] 

Por lo dicho, el problema en los Balcanes es un problema cultural, de ninguna manera un problema étnico (Con la excepción de Kosovo, que es otro tema). No se trata de que hay negros por un lado y rubios por el otro. Son iguales, hablan igual, caminan igual. Escriben diferente. Entran en templos diferentes.

            Otro caso similar lo encontramos entre el urdu y el hindi, que por su masividad (son centenares de millones) merece un momento de nuestras neuronas. En realidad se trata del antiguo indostánico, que a mediados del siglo XX, cuando se separa Pakistán de la India, pasa a llamarse de dos maneras. Los paquistaníes, musulmanes, eligen escribir el urdu con el alfabeto árabe, como era de esperar. En tanto los de la India, eligen para el hindi un alfabeto derivado del sánscrito.

¿Quiere algo más bizarro?  Tarea para el hogar: averigüe con qué alfabeto se escribe el mongol en Mongolia y con qué alfabeto lo escriben los mongoles que viven en China, y verá los efectos de dividir un pueblo por varias generaciones asignándole a uno de ellos una escritura diferente. Esos pueblos ya no se pueden comunicar por medio de algo tan importante como la escritura. Son ya, de algún modo, dos pueblos diferentes.

Usted no puede entender correctamente el drama de  próximo y medio oriente sin cavilar lo que sigue. El persa es un idioma que comprende tres dialectos mutuamente inteligibles, el iranio el dari y el tayico, hablados respectivamente en Irán, Afganistán y Tayikistán, países limítrofes entre sí. Sin embargo, en los dos primeros se escribe con alfabeto arábigo y en el último, por haber sido parte de la URSS, se escribe con alfabeto cirílico (Si, el mismo que el ruso y el croata, aunque no sea un idioma eslavo ni mucho menos. ¡Si, el mismo alfabeto cirílico que emplean los Mongoles en Mongolia!, por si no hizo la tarea) Ahora bien, la lengua persa y la lengua árabe no tienen un carajo que ver, salvo en la escritura. Los persas (iraníes, que les dicen hoy) como no hablan árabe, como Mahoma, al menos escriben con el alfabeto del profeta. Hecho el alfabeto hecha la trampa, aunque los árabes no caigan en ella.

Sin embargo, a un buen observador no se le pasa que en general, a lo largo y ancho del mundo, se está dando una tendencia a adoptar escrituras alfabéticas. Esto es así porque la escritura alfabética estricta (como la cirílica,  la griega o la latina) es infinitamente más fácil de aprender que los otros tipos de escritura. El problema que esto conlleva (o la virtud, según como se mire) es que una vez que se elige alguno de estos alfabetos para reemplazar otras escrituras se impone con facilidad y es irreversible. El idioma turco nos será un excelente ejemplo en este sentido. Como musulmanes que son, se escribía con caracteres árabes. En 1928, el San Martín de ellos, llamado Kemal Ataturk, admirador de occidente, obligó, con gran resistencia por parte de su pueblo pero también con gran éxito, a olvidar las raíces religiosas. Dijo, ¨ a partir de ahora escribimos nuestro idioma con las letras latinas¨. Esto, por supuesto tuvo consecuencias obvias. La historia turca tiene como hito la conquista y destrucción de Constantinopla, que pasó a llamarse Estambul (o sea, Islambul o ciudad del Islám). El olvido de ese pasado, el acercamiento por el alfabeto a la iglesia de Roma, es algo que no le perdonan sus vecinos persas y árabes.[3] (Usted siempre tiene que tener en cuenta que en estos países casi siempre es más importante la religión del otro que la bandera) Sin embargo, los turcos fanáticos de la escritura árabe tuvieron su revancha. En 2014, el gobierno, después de haber hinchado las pelotas hasta el hartazgo para entrar en la Unión Europea, con nuevos vientos económicos que no aconsejaban esa estrategia, volvió a permitir la enseñanza del turco con alfabeto árabe en las escuelas. No obstante lo cual, ya era tarde. Nadie se enganchó con la iniciativa.

Pero hay ejemplos más truculentos en el mundo turco-musulmán. El turcomano (si, el que se habla en Turkmenistán) y el uzbeco cambiaron el alfabeto árabe por el cirílico y medio siglo después el cirílico por el latino a la caída de la URSS. En estos países la resistencia de muchos de sus habitantes está en que quieren volver al cirílico. Después del comunismo, el interés que tienen en volver a escribir con el alfabeto del Corán es nulo.  


A esta altura debo decir algo de suma importancia. El árabe es una lengua afín al hebreo, aunque se escriben de modo muy diferente y no soy tan ciego como para confundir una mezquita con una sinagoga. Se trata de dos lenguas semíticas muy emparentadas que tienen cierto grado de inteligibilidad mutua. Y hay que hacer otra salvedad. El mismo árabe es un idioma bastante raro, conformado por un conjunto de dialectos bastante diferentes unidos por la misma escritura. Un marroquí y un libanés se entienden a duras penas. Y otra cosa que debe saber es que el hebreo es un caso único en el mundo: una lengua muerta que ha revivido para ser la lengua oficial de Israel. Cuando piense en los judíos ortodoxos piense que eso ellos lo tienen muy en cuenta. El abuelo hablaba yiddish, que es una lengua germana (sí, germana) y su nieto ha perdido todo vínculo con lo alemán. Paradójicamente, se han acercado a los musulmanes, aunque la escritura semítica arcaica de los hebreos deja bien en claro que fueron a buscarla al cajón de los ancestros que escribieron la Torah.

Y si de ver una unión por la escritura se trata no encuentro mejor ejemplo que el chino. El chino es una escritura pictográfica convencional. ¿Qué quiere decir esto? Muy sencillo. Supongamos que yo escribo un uno: ¨1¨. Usted lo lee ¨uno¨ y un yanqui lo leerá ¨uan¨. Sin embargo, ambos estaremos entendiendo perfectamente lo que eso significa. Lo mismo si dibujo una casa, para un inglés eso es ¨jaus¨. En Pekin y en Shangai, en Honk Kong y en Manchuria se hablan diferentes idiomas. Ni siquiera ¨si¨o ¨no¨ se dicen de la misma manera. Sin embargo la escritura los une.[4] Todos para uno y uno para todos.

Y quiero concluir con un problema candente, actual, que puede producir una catástrofe mundial, como el asesinato de Sarajevo que dio paso a la Primera Guerra, lugar en el mundo que nadie conocía.

Transnistria es un territorio separatista inserto (por ahora) entre dos países, Moldavia y Ucrania, donde el moldavo es el idioma. En los territorios que Transnistria controla escriben el moldavo en cirílico; en los que controla Moldavia, en latino. Por supuesto, siguiendo a los croatas y eslovenos, ya están hablando de un idioma Transnistrio, que no es otra cosa que el moldavo escrito con otro alfabeto. Pero resulta que el moldavo es, en realidad, el rumano.

Esto mismo se repite incansablemente a lo largo y ancho del planeta. Pasa que nosotros estamos en un lugar muy excepcional del orbe: su culo.  No obstante lo cual, es preferible saber estas cosas para no hablar gansadas. Hoy estamos a un click de Mongolia o de Transnistria. No hay excusas.




[1] Esta también es una buena idea para confeccionar un criptograma con poco esfuerzo. Algo de eso fue lo que me propuse en algún momento en este blog, recurriendo a los números y a la caligrafía china. Ver ¨Criptograma¨y ¨De cómo aprendí a escribir en chino de una sentada ¨. http://baojose.blogspot.com.ar/2011/11/criptograma.html

[2] No me importa  meterme en sutilezas, como discriminar lo que es una lengua de lo que es un idioma. Tómenlos ahora como sinónimos. Por otra parte, ya escribí en otro momento sobre un caso similar, los Hutus y los Tutsis. Ver: Abel y Caín en Ruanda, en este mismo blog. http://baojose.blogspot.com.ar/2014/02/abel-y-cain-en-ruanda.html

[3]
[4] Cierto que muchos chinos utilizan el Mandarín de Pekin como lengua franca, y que otro tanto acaece con el árabe. Pero no se trata de lenguas  madres y tampoco de lenguas que comprenda todo el mundo.