Hombre ofreciendo dinero a una mujer |
La pintura se llama Hombre ofreciendo dinero a una mujer. Era
normal en la pintura holandesa del siglo XVII mostrar a un tipo ofreciéndole
plata a una prostituta. Sin embargo, la mujer de nuestro cuadro no ejerce el
viejo oficio. Las prostitutas de aquella época iban bien vestidas y muy
cargadas de ropa, como demandaba el calvinismo imperante. La nuestra es una
mujer de la casa.
Una de las interpretaciones más difundidas
es que se trataría de un ofrecimiento de matrimonio. En efecto, históricamente
la mujer se casaba (y se acostaba) con aquel que le ofrecía (preferentemente a su padre) una
cantidad de dinero respetable.
Este
cuadro, que es realmente sugestivo, no lo sería tanto si no fuese obra de una
mujer: Judith Leyster. Ser mujer y pintora en el siglo XVII era socialmente
menos aceptado que ejercer la prostitución.
Pero
la historia personal de Judith es aleccionadora. Se casó en 1636 con un pintor
(un obrero, según los cánones de la época) que trabajaba en el mismo taller:
Jan Miense Molenaer. Se sabe que, inmediatamente después de ser desposada,
Leyster dejó de pintar, dedicando los siguientes 26 años que le quedaban de
vida a cambiar pañales. El que sí siguió pintando, por supuesto, fue su marido,
un artista muy inferior a ella.
El
tiempo puso las cosas en su lugar y hoy encontrar en la Web pinturas de Judith y críticas
a sus obras es mucho más fácil que hallar algo sobre su marido. Por eso, quería compartir la siguiente pintura
de Miense Molenaser, que me topé casi por casualidad.
No se sabe cuanto le ofreció a
Judith para casarse. Pero hoy las pinturas de ella se cotizan muy por encima de
las de él. Y la más cara es Hombre
ofreciendo dinero a una mujer. El tiempo construye las mejores paradojas.
Sobre el cuadro de ella:
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