martes, 31 de enero de 2012

Entrevista a Benedicto XVI

Entrevista a Benedicto XVI
Este es un guión que armé para el programa Humillados y Ofendidos, que se emite por Radio Ciclop los martes de 17 a 19 Hs. La emisión del 31 de enero de 2012 incluyó este texto literalmente. De modo que los personajes involucrados son mis amigos y compinches del programa. En principio yo iba a hacer el papel de Papa, pero no me dio la voz, y ese rol lo ocupó POMADA, que es el arias que usa el Señor Julio Ferreira Fleitas cuando está en el aire. Así que yo terminé ocupando el rol de Julio, y es así como aparecen distribuidos los roles en este texto.

LELO__ Está entrando a nuestros estudios el papa Benedicto XVI. (Aplausos) Todo nuestro equipo besa la mano del mandamás del Catolicismo, uno de los hombres más poderosos e influyentes del mundo.  Me sumo yo también. Por supuesto, viene rodeado por una cantidad importante de gente, el Papa nunca está solo. (Se empieza a escuchar Yo tengo fe, de Palito Ortega como cortina) Es un momento muy emotivo para todos. Maesse quiere confesarse, el Doctor Bao le pide un autógrafo… POMADA es el único que no se ha parado para recibir al Santo Padre… El Papa se ha sentado en la consola de sonido, el lugar más importante, desplazando a Charly que… bueno… tendrá que permanecer parado.
PAPA—Sería bueno que empecemos de una vez. Tengo la agenda cargada, como entenderán (Cesa la música de Palito Ortega)
LELO—Querido Santo Padre, además de Papa de la Iglesia Católica tengo entendido que también es músico, ¿no es así?
PAPA—Oh, sí. Toco el piano y lo hago realmente muy bien. Y le agradezco la pregunta… Lelo… porque se suele olvidar que bajo esta ropa tan particular hay un ser humano.
MAESSE—Ya que está, podría explicarnos ¿por qué la jerarquía de la iglesia se sigue vistiendo igual que en el Renacimiento, casi como si miraran hacia atrás? Se diría que es la expresión visible de una mentalidad conservadora.
PAPA—Yo diría que nuestra mentalidad no es conservadora, sino retrógrada. Consideramos que en el Renacimiento las cosas estaban mejor que ahora. Por dar un ejemplo: el espíritu de un músico como Palestrina, a quien yo amo, no se da por estos días.
DOCTOR BAO—Santo Padre, ¿por qué en lugar de condenar las guerras por medio de unas encíclicas que están en latín y que nadie lee, no las condena desde el púlpito, la televisión o la radio?
PAPA—Os voy a responder parafraseando a vuestro Ricardo Guiraldes. La guerra es el motor del mundo. Si las guerras desaparecen de la faz de La Tierra eso sería consecuencia de la bondad de la gente. Y si todos se vuelven bondadosos no habría lugar en el mundo para abogados, diplomáticos, políticos y, por supuesto, tampoco habría lugar para mí  ni para la Iglesia.
LELO—La Iglesia ha sido denunciada repetidas veces por abusos, ¿usted qué piensa?
PAPA—Es una maravilla, de lo más lindo que vi en mi vida. Esos montes, a pocas horas de Roma son…
DOCTOR BAO— (Interrumpiendo) Lelo se refería a los abusos, no a los Montes Abruzos, Santo Padre.
PAPA— Perdón… ehmm… habría que tomar cada caso en particular, no se puede generalizar.
MAESSE—Eminencia, no cree que ya sea hora de terminar con el celibato.
PAPA— ¿Ahora? ¿Acá?
MAESSE—No me refiero a usted, me refiero a la institución, Santo Padre.
PAPA—Ah… Ya le digo, habría que ver cada caso en particular. A un abusador, por ejemplo, le vendría bien una mujer. Pero para alguien casto, que ha vivido sin problemas con su castidad toda la vida, no lo veo bien.
DOCTOR BAO-- Disculpe la pregunta, Eminencia. ¿Usted es virgen?
PAPA—No, señor. Virgen hay una sola, la madre de nuestro Señor Jesucristo. Asume varios nombres alrededor del mundo, Virgen de Lujan, de Guadalupe, de Fátima. Porque toma el nombre del lugar en que aparece o se manifiesta, pero Virgen hay una sola.
DOCTOR BAO—Gracias por la explicación, pero yo me refería a otra cosa… Míreme…
PAPA—Ah, he practicado el esquí en los Abruzos, hace años y…
MAESSE—Olvídelo, Santo Padre… Cambiando de tema. Usted presidió durante años la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el moderno nombre que hoy tiene la vieja Inquisición. ¿Es, si no me equivoco, una institución que vela porque las cosas no cambien?
PAPA—Si. Mire si por mí fuera haría como Superman en esa película en que hace girar el mundo para volver al pasado. También esa institución me dio oportunidad de estar en Roma, donde se teje el asunto. Para llegar a Papa hay que moverse en ese antro. No podes aspirar al papado desde, por ejemplo, Buenos Aires, hay que ir a Hollywood, por decirlo así, hay que ir a Roma.
LELO-- ¿En la Biblia están todas las respuestas?
PAPA—Yo mas bien creo que están las preguntas. Las respuestas las tengo yo.
MAESSE-- ¿Existe el infierno?
PAPA—Por supuesto
MAESSE— ¿Y el Diablo?
PAPA—No. El Diablo no existe
DOCTOR BAO—O sea que el infierno sería como una cárcel sin carcelero.
PAPA—El carcelero es Dios. Y se lo voy a explicar: Dios no puede delegar en un tercero responsabilidad tan grande. De modo que…
DOCTOR BAO— ¿O sea que Dios premia y castiga?
PAPA—… El hombre ejerce su libertad. El es responsable de salvarse o perderse.
MAESSE— ¿Pero entonces la única libertad posible sería hacer lo que se debe hacer y no lo que uno quiere?
PAPA—Usted lo ha dicho: se debe hacer lo que se debe hacer.
DOCTOR BAO-- ¿Y quién dice lo que se debe hacer?
PAPA__ Yo
DOCTOR BAO__ ¿O sea que usted salva y usted condena?
PAPA— (Risa satánica)
DOCTOR BAO— ¿Tiene algo que criticar en la Iglesia o la ve perfecta?
PAPA— La nuestra, como toda institución humana, no es perfecta. Incluso ha habido Papas malvados y hasta hubo un Papa… ¿Cómo se dice?... mongólicus
LELO--  Mogólico
MAESSE—No se dice Mogólico.
PAPA—Caray, si ustedes, que hablan el mismo idioma, no se ponen de acuerdo sobre cómo se dice una palabra… (Pequeña Pausa)
DOCTOR BAO— ¿Y usted, Eminencia, podría explicar por qué Dios ha querido que esas personas hayan gobernado la Iglesia?
PAPA—Los designios de Dios son insondables. Pero El debe tener una muy buena razón para haber querido eso.
CHARLY— ¿Y por qué Dios ha querido la existencia de las hormigas?
PAPA—Para manifestación de su grandeza.
LELO— ¿Y la existencia de los dinosaurios, por qué la quiso Dios?
PAPA— Para castigarlos
DOCTOR BAO— ¿Cómo?
PAPA—Le explico. Los fósiles siempre estuvieron allí. No son algo que los científicos hayan descubierto. Pero antes se les daba una explicación más razonable. Noé construye su arca y a ella acuden todos los animales, al menos todos los animales que se van a salvar. Los otros, los que no suben, son los que perecen, son los que desaparecen de la faz de La Tierra por alguna razón de Dios, que los castiga de esa manera.
MAESSE— ¿El hombre desciende del mono?
PAPA— Y los monos descienden de los árboles.
CHARLY—Hablemos en serio, Eminencia.
PAPA—… ¿Usted alguna vez ha visto un mono?
LELO—Si
PAPA—Y si el hombre desciende del mono, ¿Por qué sigue habiendo monos?
LELO—Olvidemos el asunto. .. Usted, Santo Padre, tuvo la intención de volver a instituir el latín como idioma para el rito. ¿A qué se debe eso?
PAPA—Los seminaristas están muy vagos. Hoy ya no estudian como en nuestros tiempos. Creí necesario esta medida para presionarlos, para que se esfuercen en el aprendizaje.  Por otra parte, siempre es bueno que los fieles ignoren lo que están cantando. Y me pongo como ejemplo. De joven yo disfrutaba con la música de Pappo. Pero un día aprendí vuestro idioma y descubrí que detrás de esa bella música se escondían unas letras para retardados mentales. Si egresa un seminarista medio pelotudo es mejor que la gente no lo note.
DOCTOR BAO— Y ahora voy a tocar un tema que sé que le incomoda, Santo Padre, Y es el tema del profiláctico, cuyo uso usted condena.
PAPA-- ¿Profiqué…?
LELO—Profiláctico, condón
PAPA—No entiendo.
MAESSE— ¡Forro!
PAPA—Pero la puta madre que te parió, ¿cómo me faltas el respeto?
LELO—No, Santo Padre. Maesse se refiere a… mire donde le señalo.
PAPA— ¡Ah! Bueno, todos los hombres tenemos uno y…
LELO—Nos referimos.., cómo le explico... al capuchón, no a la lapicera.
PAPA—Ah! Los capuchinos son una orden de frailes que durante mucho…
CHARLY—Nos referimos a otra cosa, Eminencia
PAPA—Ah. El capuchino es sabroso. Café con una corona de leche. Lo he probado y…
LELO— ¡Olvídelo, Santo Padre! (…)
DOCTOR BAO—Sobre los homosexuales ¿qué nos puede decir?
PAPA— (Muy alterado) Son una abominación, una plaga. Eso está en las escrituras. Los hay en todos lados, hasta en la Iglesia. Son destructores de la familia, degenerados sexuales y propagadores del SIDA. Nada bueno se puede decir de ellos… Afortunadamente, gracias al SIDA, hoy podemos identificarlos con mayor facilidad. Si tienes Sida seguro que eres puto o drogadicto. Yo siempre digo, “Si alguien tiene SIDA en algo andará” ¡Porque el SIDA no es una enfermedad, es un diagnóstico!
(Silencio)
MAESSE-- Citando a un emperador bizantino usted dijo alguna vez: "Muéstrame aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba". Esto trajo serias protestas a nivel mundial. Luego usted, Eminencia, salió a decir que lo habían malinterpretado. ¿Qué cosa han malinterpretado?
PAPA— Lo que dijo el emperador bizantino.
DOCTOR BAO—Para agravar las cosas, cuando fue a visitar Estambul, usted dijo estar orgulloso de estar en Constantinopla, y el presidente Turco le dijo: esto es Estambul, acá no existe ninguna Constantinopla. ¿No fue un poco agresivo con los musulmanes en esa ocasión?
PAPA— ¡Ellos son los agresivos, que son malvados e inhumanos que solo piensan en propagar la fe por la espada y la sangre y…!
LELO— (Interrumpiendo) Bueno, Eminencia, no se me enoje… Pasemos a un tema más agradable. En su juventud usted fue miembro de las Juventudes Hitlerianas. Eso le trajo luego más de un dolor de cabeza. ¿Podría hablarnos del tema, Santo Padre?
PAPA—Fue una época atroz, muy desagradable. No obstante lo cual, en todo régimen totalitario se esconde una semilla de verdad. Por ejemplo: en las Juventudes Hitlerianas no teníamos homosexuales, mogólicos, judíos, ni anormales de ningún tipo, ¿entiende?
DOCTOR BAO— (Irónico) ¡Qué maravilla! Apropósito de los judíos, que usted acaba de tildar de anormales…
PAPA—Yo no dije eso
CHARLY—Si. Lo acaba de decir, Santo Padre.
PAPA—Es que ustedes me han malinterpretado.
DOCTOR BAO—  Bueno ¿Qué opinión le merecen los judíos, Eminencia?
PAPA—Le voy a responder con una parábola… Un día se me presenta un judío converso, Ismael. Había sido padre recientemente. Muy triste y apenado me dijo que su mujer había decidido circuncidar al pequeño. Y yo le dije: Ismael, no te preocupes. No será ni un enfermo mental ni un discapacitado. Tendrá capacidades diferentes. Ismael: ahora tienes un angelito en la familia. Un ser lleno de bondad que te dará todo su amor. Dios ha bendecido a tu familia con un judío.
MAESSE— ¿Qué opinión le merece la Teología de la liberación? Cuando usted presidía el Tribunal de la Inquisición, perdón, La Congregación para la doctrina de la fe, usted escribió, entre otras cosas: el análisis marxista no es una herramienta científica para el teólogo que debe llevar a cabo un examen crítico de naturaleza epistemológica más que social o económico. Todo eso lleva a un clasismo intolerable dentro de la Iglesia y a una negación de su estructura sacramental y jerárquica, 'hendiendo al Cuerpo Místico de Cristo en una vertiente "oficial" y otra "popular", ambas contrapuestasEn otras palabras, dijo que es mejor construir castillos de palabras en el aire que pensar en cosas concretas. Y agregó que le deben obediencia la Papa, y que no pueden por lo tanto hacer o pensar por su cuenta.
PAPA— (Sereno) Mire, le voy a responder con la verdad, porque yo voy con la verdad a todos lados. Esos son unos comunistas que encima pretenden hacer teología. ¿Y desde dónde? Desde América Latina, poniendo en primer plano los problemas de este subcontinente, como si fuese el centro del mundo. Pero el centro del mundo está en Roma, y todos los caminos conducen a Roma, y hasta un niño sabe eso.
DOCTOR BAO—Le tengo que hacer una pregunta difícil. En enero de 2007, durante una entrevista que usted le concedió a Penthouse, edición brasileña, usted dijo literalmente: “las personas, para evitar el aborto, cogen por el orto. De modo que para evitar un mal, cometen un mal mayor. Porque si cogés por el orto, además de incurrir en sodomía, seguro que sos medio putito. Al aborto no hay que evitarlo. Al aborto hay que olvidarlo. Ya verá que el día que la gente tome conciencia habrá más embarazos, más familias, menos homosexualidad y no habrá escasez de aguja e hilo.”
PAPA—Yo no he dicho eso.
DOCTOR BAO—Perdón, Su Santidad
PAPA—No tiene porque disculparse, Doctor. Me hubiera encantado decirlo, pero la verdad es que no lo dije, y yo siempre voy con la verdad a todos lados.
LELO— Una última pregunta, Santo Padre. Sabemos que a su sucesor lo van a elegir por votación. Pero también es cierto que usted puede influir para que su sucesor sea quien usted decida. ¿Ya eligió a esa persona?
PAPA— Por supuesto, Lelo. Tengo el asunto abrochado. Mi sucesor será un grandísimo hijo de remil putas como yo. Ni más ni menos. No pienso entregarle el poder divino a un pecho frio que no tenga los cojones bien puestos para gobernar las almas.
DOCTOR BAO—Ahora que dijo la palabra le repito la pregunta. ¿Ha usado los cojones alguna vez?
(Se empieza a escuchar Canción de Palito Ortega, Yo tengo fe.)
LELO—El Santo Padre se retira. Se saca fotos con todo el mundo, hay quienes besan el lugar por donde ha caminado, esto es verdaderamente una fiesta………………..
                                                                                  Enero de 2012









viernes, 20 de enero de 2012

Payaso (video)

Este blog es de literatura, pero me he tomado la licencia de subir un video. Trataré de hacerlo lo menos posible. O tendré que crear otro blog, solo de videitos.

jueves, 12 de enero de 2012

El caso Bruckner

El caso Bruckner y otros escritos sobre música

Estos son consejos para que aprendas a escuchar música con el cerebro, desterrando prejuicios, y en algunos casos, para que no prejuzgues a tus semejantes.

Casi toda la música clásica es una mierda
Héctor Yánover, librero, sostenía que casi todos los libros que se publican son una mierda. No decía más que obviedades, pero también sabía que es necesario recordar esa obviedad cada tanto. Las mayorías tienen un prejuicio de cuna y sacralizan los libros por esos adagios que aprenden de pequeños: “Leer es bueno”, “el saber esta en los libros”, etc. Paradójicamente la recurrencia a estos adagios paraliza o espanta al potencial lector.
De las otras artes se puede decir lo mismo. La música clásica es vieja, y lo que nos ha quedado con el paso de los años es, en general, lo mejor. No es una música para iniciados. Los auditorios antiguos eran bien vulgares. Las masas escuchaban con deleite a Mozart y veían en sus óperas un momento de distracción de la misma manera que el público de hoy ve una obra maestra en el cine (verbigracia, Titánic.) Y aunque siempre hubo música para pocos, y de la buena, la enorme mayoría de lo que hoy sale al mercado con el rótulo de “música contemporánea” (esa supuesta música clásica del futuro), deja mucho que desear. Es música para minorías, para iniciados. ¿En qué se inician? En matemáticas. La música siempre fue matemática, pero ahora parece que la matemática es música.
Como la música de la época de Mozart (el clasicismo) es la más vendible, un gran sello sacó a la venta una colección que se llama “Los contemporáneos de Mozart”, unos palurdos insoportables de tan comerciales que eran (son). Uno de los mejores es Salieri, que sin embargo tiene tan mala prensa como resultado de una muy buena película. De los otros no quiero acordarme. Lo que si me quedo bien claro es que casi todo lo que se produce, en cualquier rama del arte y en cualquier tiempo histórico, es una reverenda mierda.[1]

El caso Wagner
Se puede ser un grandísimo hijo de puta y tener un alma hermosa
Richard Wagner fue ese grandísimo hijo de puta que seducía a  las mujeres e hijas de los amigos, faltaba invariablemente a toda cita y estaba tachado de moroso incobrable.  Cuando un amigo le reclamaba un mango, Richard le escupía: “Te voy a dar dos consejos: primero que te consideres afortunado, no porque poseas fortuna, pues la has perdido toda, sino porque con tu dinero has aportado a la causa de la humanidad, a quien está destinada mi música.  Y, segundo, no me vuelvas a llamar  amigo”.
Sin embargo cuando escucho la música de Wagner no puedo dejar de sentir que ese tipo poseía un alma amplia y hermosa. Y hasta llego a justificarlo en sus actos. Yo le hubiese entregado hasta el orto por una ópera más.

El caso Bruckner
Los boludos pueden ser geniales

La primera vez que escuché el final de la octava sinfonía de Anton Bruckner le vi la cara a Dios. Ese ascetismo de notas, esos tuttis, esos silencios grandiosos, esos dominios del alma ajena (la mía) me llevaron a representarme su cara (la de Dios) como la de Schönberg: la cara de alguien  torturado espiritualmente, lleno de ideas reflejadas en su rostro, seguro de sus actos, un tanto inabordable para el diálogo, sabio en su mirada, profundo en sus dudas existenciales, descreído de sí mismo.
Por aquellos años la tecnología (y el conocimiento) no eran tan accesibles, de modo que tuve que esperar para dar con la cara de mi ídolo. Compré la novena sinfonía, quizás la mejor. Venía con un retrato del monstruo y una biografía sucinta. ¡Qué decepción, hermanos míos! Anton resultó tener facha de boludo, cara de boludo, y lo que es peor, era un boludo.
Esto último merece ser explicado, porque si bien es cierto que las apariencias engañan, más cierto es que cuando las apariencias no engañan, nada especial esperamos de esos individuos. En otras palabras: de alguien que parece boludo y hace boludeses lo último que esperaríamos es que fuese un genio universal de la música.
Bruckner era obeso, de misa diaria. Su obsesión era tal que contaba las estrellas y no pudiendo contarlas a todas volvía a empezar. Tenía un edipo mal curado y su madre lo era todo para él. Su sueño era conocer a Wagner y servir a Dios con sus sinfonías.
Sus sinfonías presentaban en su época una característica única: no eran suyas. En efecto, todos los músicos que tenían acceso a la partitura corregían pasajes extensos y añadían arreglos. Bruckner los dejaba hacer. No tenía personalidad para censurarlos. Luego dirigía esas obras llenas de correcciones, casi ajenas.
Anton había empezado a componer pisando los 50 años. Y lo hizo obsesivamente. No solo componía sinfonía tras sinfonía sin respiro, también las corregía incansablemente (y se las corregían.) El caso más elocuente es el de su insólita sinfonía cero. A pesar de no haber sido estrenada y estar fuera de catálogo, se entretuvo revisándola hasta el final.
¿Bruckner tenía conciencia de su genio? Todo indica que sí. Hoy solo se publican sus sinfonías originales, porque tuvo la precaución de guardarlas. El problema es que hay en algunos casos dos o tres versiones de una misma sinfonía, consecuencia de su inseguridad que lo llevaba a corregir tanto.
Su primera obra la estrenó un director sin escrúpulos, que trató de demostrar que la obra era mala dirigiéndola lo peor que pudo. Bruckner decidió  dirigir sus propias obras, y fue peor. No tenía personalidad. Si un clarinetista le decía su parecer sobre cierto pasaje terminaba por imponerse al director. El resultado era que cada instrumento hacía lo que le venía en gana. Setenta músicos: todos directores. Esto le jugó una mala pasada al genio. Si su música era difícil y encima estaba mal ejecutada, poco se podía esperar de ella. Máxime si tenernos en cuenta que a esto hay que agregarle las manipulaciones de terceros en las partituras.
El gordo fue a la casa de Wagner con su segunda sinfonía bajo el brazo. Además, deseaba conocer a su ídolo. Richard, enterado de la presencia de este don Nadie, lo hizo esperar varias horas bajo la nieve. Finalmente mandó al portero para que reciba las hojas. Días después nuestro ídolo (Bruckner) retornó. Un alcahuete le alcanzó una nota telegráfica que decía algo así: “Obra mala. No molestar”. Pero el gordo ya tenía bajo el sobaco su tercera sinfonía. El hijo de mil putas le abrió la puerta. (Podemos estar seguros que para conseguirlo Anton clavó las rodillas sobre la nieve largamente.) La entrevista fue breve. Estaba feliz. Parece que para Bruckner, dios había asumido la cara de Richard Wagner. Y más feliz estuvo cuando el turro, que leyendo partituras no era boludo ni garca, elogió la tercera sinfonía y movió influencias para que fuese estrenada.
El estreno fue un fracaso.[2]
Pero como si todos estos problemas fuesen pocos, sus sinfonías crearon otros problemas que aún no han podido resolverse.
Desde Beethoven, medio siglo atrás, no aparecía un sinfonista innovador,  y toda novedad trae sus complicaciones. Jamás se habían hecho sinfonías tan largas y de estructuras tan lentas. Ya en su época se le criticaba la falta de solvencia para pasar de una melodía a otra, así como la falta de adornos en su música. (Afortunadamente todo esto era salvado por sus amigos que le corregían los pentagramas. Pero que tampoco podían hacer milagros.) Sin embargo lo que más le enervaba la puta sangre a esos auditorios eran los famosos silencios brucknerianos y su contrapartida: los tuttis,  llenos de bronces y metales.
Aún su música es para pocos. Un musicólogo de la revista Audio Clásica contó la siguiente anécdota. En Gran Bretaña le habían hecho un homenaje radial al genio. Él había sido convocado para explicar su música. Como tenía ganas de divertirse y no de enseñar, dijo que todos esos metales en los tuttis de Bruckner remiten a las bocinas de las locomotoras. El músico había sido muy fanático de los ferrocarriles y gustaba de escuchar los diferentes tonos de las bocinas según los trenes se acercaban o se alejaban. Innumerables oyentes llamaron a la radio agradecidos: ahora podían escuchar a Bruckner; lo habían entendido. Pobre gente.
Pero si los tuttis tienen sus problemas, la cosa no es mejor con los silencios. Anton es el músico menos indicado para escuchar en un concierto. En esos poderosos silencios, tan introspectivos y de características metafísicas, es cuando a todos se les da por toser o estornudar o aclararse la voz o aplaudir suponiendo que la obra ha concluido o chistar para callar a los que aplauden. Es una verdadera pesadilla concurrir a un concierto así. Además, la mayoría suele estar en una crisis de aburrimiento y el aburrimiento invita a retirarse, y cuando se retiran hacen ruido. Afortunadamente tengo un excelente equipo de audio que me permite emocionarme sin que nadie me vea.
Y del silencio al tutti, Bruckner nos ofrece eso que alguno definió magníficamente como “angustia existencial”. Esos ostinatos in crescendos que laceran el alma (¡por Dios el movimiento cuarto de la octava, el primero de la novena o el primero de la séptima!)
No obstante lo dicho, es evidente que gran parte de la obra de Bruckner es un tanto ingenua, infantil, irresoluta, como él mismo, o al menos como una parte de él mismo.
Nunca tuvo novia y murió virgen. Está documentado en las cartas a su madre. A medida que se ponía viejo pedía la mano de señoritas, preferentemente campesinas, más jóvenes que Heidi. Su amor a Dios era inocente. Tanto se había consagrado al Señor que prometió tener sexo sólo después del matrimonio. Pero nunca se casó. No recuerdo quien explicó los tuttis como el lugar donde Anton canalizaba su libido. Puede que tenga razón. ¿Y entonces qué decir de los silencios?

El caso Haendel
Una linda melodía no es música
Haendel era hermano de Jack London. No porque los hubiera parido la misma madre, sino porque estaban hechos de la misma madera. Ambos eran grandes plagiadores.
Cierta vez le preguntaron al alemán por esa costumbre de tomar prestadas melodías ajenas. Haendel respondió: Una melodía no es música. Esos bobos no saben elaborar nada decente con ellas. La melodía es el primer escalón de una obra, nada más que eso.
Recordemos las melodías de Paganini. Variaciones y rapsodias sobre uno de sus temas (o sea, sobre una de sus melodías) compusieron nada menos que Brahms, Rachmaninoff y Lutoslawsky entre otros. Esas melodías son hermosas. El tano era un melómano al pié de la letra, pero nunca se consagró como músico con mayúsculas. Esas melodías tuvieron que visitar la cabeza de Brahms y de los otros para elevarse al nivel de arte.
  Como un ejemplo para ratificar lo que Haendel dijo, pero en sentido inverso, bástame recordar la famosa melodía de ♫ Porque es un buen compañero♫  que plagia a Beethoven en La batalla de Wellington, perdiendo todos sus méritos. O la melodía del Himno a la Alegría tocada por Los Violadores.

El caso Paganini
Ser un virtuoso tiene más que ver con el deporte que con la música
La expresión más popular del virtuosismo es la velocidad del ejecutante. Alguien alguna vez dijo que era más difícil técnicamente en la guitarra tocar arpegios ligados que escalas a mil, pero también es cierto que resulta extremadamente más difícil tocar esos mismos arpegios a altas velocidades.
Aunque siempre conviene ser un virtuoso, es innegable que el virtuosismo en sí es algo que guarda mayor afinidad con el deporte o con el circo que con la música, como si fuesen corredores de los 100 metros llanos. Como  Niccolo Paganini, que terminó ganándose la vida ejecutando el violín en el circo.

El caso Malmsteen
Uno debe acomodar el oído antes de juzgar a un virtuoso
Al guitarrista sueco Yngwie Malmsteen y a muchos otros epígonos suyos que tocan a altísimas velocidades se los ha calificado en sus comienzos despectivamente como “licuadoras”. Como suele pasar, estos llevaron la ofensa como estandarte y hoy es como se designan a sí mismos: Shredders, en inglés.
Y es que hay que acomodar el oído antes de juzgar a un virtuoso .A esos ansiosos, la novedad de Yngwie y compañía les sonaba a una licuadora, en virtud de la velocidad con que ejecutaban las escalas.
Hoy nadie que pretenda dominar el instrumento de las seis cuerdas puede pasar por alto las innovaciones técnicas del sueco.
Muchas de las obras de Liszt o Bach fueron interpretadas en su época como alardes del virtuoso. Sin dudas lo eran, al punto que en la época de Bach eran muy populares los duelos para dirimir quién era más virtuoso. Pero pasaba desapercibida para sus contemporáneos la dimensión artística de esas obras.

El caso Charly
Tocar un instrumento es como hablar un idioma
Y sí, tocar un instrumento es como hablar un idioma. Tengo un amigo que habla cuatro idiomas. En cada uno de ellos sólo emplea cien palabras. Es un Tarzan políglota.
Pero el empleo de pocas palabras también fuerza al hablante a ejercitarse en el poder de síntesis. Lo vemos en esos maestros espirituales de oriente que muchos suponen sabios porque emplean pocas palabras. Esa gente, por falta de recursos en nuestro idioma tiende a explicar todo por medio del ejemplo. Para decir “la vida es breve” quizás no encuentren dentro de su léxico la palabra “breve”, y tengan que decir “la vida nuestra es como la vida de las mariposas. Volamos hacia la muerte, que nos espera cerca”. Siempre habrá gilbertos dispuestos a aplaudir estas naderías.
Charly es un Tarzán que habla muchos idiomas, en especial el chino mandarín. Lo hace muy bien, no lo voy a negar. Pero…

El caso Nietszche
La obra de Nietzsche es una mierda
A ver si se dejan de Joder con publicar las obras de Nietzsche o las de Adorno. Obvio; hablo de las obras que realizaron para destruirnos los oidos. Nunca va a faltar un incauto como yo o como mi amigo Maesse que gaste unos pesos en descubrir que esos tipos eran filósofos, no músicos.

La música es más importante que los músicos

Hay quienes quieren las obras de Mozart tocadas al clave, como en el original. Hay quienes critican las ejecuciones de las obras de Bach para violin, porque entienden que acercan su música a la de Brahms, haciéndola sonar muy romántica. Son los llamados puristas. Son los censores del pentagrama. Son aquellos que aman más a los músicos que a la música.
                                                                       Enero de 2012

Nota: He escuchado muchas versiones de la obra de Bruckner. La mejor es la de Szell, porque no intenta adicionarle romanticismo o severidad a la obra. La ejecuta casi sin interpretarla; escueta y filosa como debe ser. Lamentablemente esta versión de la obra no esta en el Youtube. Pero les paso la de estos tipos casi desconocidos, pero muy buenos. Mi hermano Anton, desde el cielo, te lo va a agradecer. 
http://www.youtube.com/watch?v=tEa6OUQ98OY&feature=BFa&list=PL076B0F06CEEA29C9&lf=plcp
http://www.youtube.com/watch?v=hkww_vPpewk&feature=related

ARTICULOS RELACIONADOS
http://www.baojose.blogspot.com/2011/11/sobre-eso-que-llaman-rock-nacional.html
http://www.baojose.blogspot.com/2011/11/opera-para-todos.html
http://www.baojose.blogspot.com/2011/11/la-sorpresa-de-haydn.html
http://www.baojose.blogspot.com/2011/10/bombas-en-el-paraiso.html
http://www.baojose.blogspot.com/2011/10/el-registro-del-alma-segun-el-jazz.html 


[1] Una cosa es saber discernir la buena de la mala música. Y otra muy distinta es que a uno le guste siempre lo bueno. Yo he comido mucha mierda y la verdad es que la encuentro bastante sabrosa.
[2][2] Durante uno de estos estrenos fracasados se le acercó un joven para felicitarlo: Gustav Mahler, que probablemente allí mismo en ese estreno aprendió una lección. A él los músicos de la orquesta lo iban a respetar. Quizás nunca hubo dictador director más severo que Mahler.


viernes, 6 de enero de 2012

Los dos golpes (2001)

Los dos golpes
(Aportes para el estudio de la crisis institucional de 2001. Los medios.)

“Va a llegar un momento de impunidad. Fíjese como se hizo en Venezuela. Se hace un movimiento el primero de enero de 1958. Salieron a la calle y tiraron algunos tiros los militares. Todo el mundo miraba. ¿Sabe que hicieron las fuerzas dirigidas por los comunistas? Muy hábiles. Se fueron a los cerros. Caracas está rodeada de cerros y arriba de los cerros están las villas de emergencia que rodean la ciudad de Caracas. Se fueron allí y les dijeron: “Muchachos, una semana de saqueos. Hacia el 20 nosotros sacamos un nuevo movimiento y entonces ustedes se largan hacia la ciudad”. El 23 de enero del 58´ se produce el segundo movimiento revolucionario. Se largaron los cerros sobre Caracas y— ¡Dios me libre!—empezó el saqueo. Saquearon todas las casas de comercio. Una semana tuvieron de impunidad para hacerlo. Y fue el triunfo de la revolución. Se largó todo el mundo a la calle. Y el primer día no había salido uno. Bueno, todo eso se prepara. Díganle a esa gente de villas miseria que hay una semana de saqueo en Buenos Aires. Verá usted el efecto. A esa gente no hay que hablarle de ideales ni de nada de eso. Todo esto es parte de la guerra revolucionaria.”
                                                                       Juan Domingo Perón
(Revista Primera Plana, Nro. 449, septiembre de 1971. Sacado de Perón. Obras completas, tomo XXV, pág. 187. Editorial Docencia.)

En Argentina los presidentes no caen, suben. De la Rua e Isabel subieron a un helicóptero. Perón y Frondizi subieron a un barco. Dicen que Illia subió a un taxi y sintió vértigo porque había viajado en carreta por casi tres años. También pasó con esos que fueron víctimas de los llamados golpes internos. Onganía subió a un ascensor del edificio Libertador y a Lonardi lo sacaron porque estaba enfermo: subió al cielo cuatro meses después. Extrañamente nadie ascendió al cielo desde el sillón presidencial por propia voluntad como el chileno José Manuel Balmaceda o el brasileño Getúlio Vargas. (El chileno Salvador Allende es un caso raro: primero lo mataron y luego se mató.) No hubo magnicidios en nuestro país, a lo que son tan afectos los yanquis y los bolivianos (Evo Morales incluido). A Videla le pusieron una bomba en la pista de aeroparque cuando subió a un avión, pero la encontraron a tiempo, y a Sarmiento lo quisieron hacer volar en mil pedazos cuando subió a un carro, pero la impericia del terrorista lo salvó.
Un golpe se puede presentar de muchas maneras. No solo es la destitución de un presidente constitucional por las Fuerzas Armadas. Y no siempre es mala palabra. Hay veces en que puede ahorrar muchas vidas, y en otras ocasiones las gasta sin avaricia. En el golpe a De la Rua muchas vidas fueron desamparadas por los golpistas El presidente no tenía vice, y el primero en la línea de sucesión era Ramón Puerta, un peronista. ¿No hubiera sido más fácil matar al presidente que a decenas de argentinos? ¿No hubiese sido más fácil terminar con una persona que prender fuego el país entero? Creo que no: el saqueo, aunque instrumentado, pone el acento de la responsabilidad en el pueblo, que en fin de cuentas es el soberano. ¿No hubiera sido mejor un juicio político? No: no había tiempo que perder.
Los tiempos de Duhalde
Ya para mediados de 2001 Duhalde recorría los canales de televisión diciendo que De la Rua no llegaba a fin de año. En parte era una manifestación de deseo y en parte era la estrategia que había elegido. Casi se podría decir que se trataba de una profecía autocumplida.
En este juego de Duhalde la pieza clave era Alfonsín. El mandamás del radicalismo había salido a apoyar públicamente la gestión de chupete y hasta la gestión de su ministro de economía, Cavallo. Pero era un secreto a voces que su relación con el gobierno era muy mala. Lo que sí era un secreto mejor guardado por los medios era la relación creciente que estaban manteniendo Duhalde y Alfonsín. Ambos habían fundado el MPA (Movimiento Productivo Argentino) en junio, de modo que eran, digamos, socios. El cabezón necesitaba que Raúl le suelte la mano a Fernando.
En las elecciones legislativas de octubre de 2001 el peronismo se impuso en casi todo el país. Los primeros contrincantes en la provincia de Buenos Aires fueron precisamente Duhalde y Alfonsín, los socios. El primero ganó por una cabeza. Alfonsín salió electo tercer senador por la minoría.
Como se recordará ese tercer senador por la minoría fue fruto del pacto de Olivos, suscripto en el 94´ por Menem y Alfonsín. Fue una de las concesiones del riojano al radicalismo a cambio de la reelección, y en el caso de Raúl, una estrategia para que el radicalismo no desaparezca del mapa político. Siete años después esa táctica daba sus beneficios.
Pero el pacto de Olivos iba a estar presente en ese 2001 mucho más de lo que la gente piensa.
Menem por entonces estaba preso y era aun presidente del Justicialismo. Su estrella política no se había apagado y hasta llegaría a salir primero en las elecciones presidenciales de 2003. Clarín titulaba en tapa recurrentemente sobre la causa que se le seguía a Menem por la venta de armas a Ecuador y a Croacia. El proceso a Menem fue la bandera que levantó De La Rua en su lucha contra la corrupción, que era una de sus premisas, junto con la mantención de la convertibilidad. Se equivoco feo, porque los que más querían ver a Menem entre rejas eran los peronistas.
No obstante lo cual, como Carlos no era un cadáver político, había que contar con su aprobación para pactar cualquier cosa con el radicalismo. Carlitos lo que quería era la libertad y, extrañamente, la obtuvo (noviembre de 2001).  Se llamó a silencio y desapareció de los medios (o los medios lo hicieron desaparecer, que es lo mismo.)

A partir de ese momento hay nombres que empezaron a aparecer en la prensa escrita con mayor frecuencia que la habitual, siempre vinculados a Duhalde y a Alfonsín. Esas personas eran Nosiglia, Manzano y Barrionuevo, todos ellos habían sido los testaferros de Menem y Alfonsín durante las negociaciones de Olivos. Siempre es mejor jugar un partido con jugadores que ya conocés.  Fueron ellos los que en algún momento de octubre o noviembre empezaron a tejer el descontrol social.
Sin embargo, el peronismo estaba dividido. No se notaba. Los medios daban mayor espacio a los presidenciables: De la Sota, Ruckauff y Reutemann, que con pequeñas diferencias bregaban por la continuidad de la convertibilidad y se veían no tan secretamente con Domingo Cavallo (porque querían saber de primera mano lo que se había hablado con el FMI y los organismos internacionales.) Del otro lado estaban Duhalde, un santacruceño y, quizás, un fanático de la motonáutica, por entonces diputado, y que nunca se sabe bien para donde orienta el timón. Querían devaluar, aunque nada se decía explícitamente. A estos últimos la prensa no los ninguneaba. Simplemente les daban menos espacio porque no estaban bien informados (o no les llegaba información, que es lo mismo.)
Los presidenciables deseaban que chupete se desgaste en el poder, pero sin llegar a una crisis de gobernabilidad. Para ellos, tomar la manija a fines del 2001 no era oportuno. Pensaban mantener una actitud crítica moderada y avanzar hasta las elecciones del 2003, pero sin participar en el gobierno, como llegó a proponerles chupete. Pero, queda dicho, los tiempos de Duhalde eran otros.
Un golpe anunciado
A fines de noviembre la presidencia del senado quedó en manos de un peronista: Ramón Puerta. En el acto de asunción al cargo se cantó la marcha peronista en el recinto, de pié y a todo pulmón, papelitos incluido. No hace falta ser muy pillo para entender por qué estaban tan contentos. No llegó a pasar un mes para que la escena se repitiera con la asunción de Rodríguez Saa.
Durante todo diciembre se estuvo hablando con Comisarios, manzaneras, punteros. Y por supuesto se llegó a arreglar con algunos supermercados gigantes la indemnización por potenciales daños.
Para aseverar esto me basta mi experiencia personal. Vivo en el segundo cordón industrial, en la ciudad de Los Polvorines. Ese 19 de diciembre me desperté a eso de las 8 de la mañana para estudiar la última dialéctica de Platón, que tenía que rendir. Como no había encendido ni la radio ni la tele no estaba al tanto de la realidad, de lo que pasaba afuera de la caverna. La manzanera del barrio, escoltada por muchos vecinos, me apremió para que concurriéramos a la municipalidad. Yo nunca había aceptado un solo sachet de leche, de modo que estaba desconcertado. Le pregunté el motivo por el cual yo tendría que abandonar a Platón para seguirla. La respuesta fue extraña y coral (todos me respondieron): se iba a asfaltar una calle a cuatro cuadras. Como consecuencia de ese asfalto el agua de la lluvia nos inundaría nuestra manzana, que se encuentra en la zona más baja. En otras palabras: convenía que la calle continúe de tierra porque la tierra absorbe mejor el agua. No convencido por los argumentos los seguí. Tampoco quería permanecer ajeno a algo que se adivinaba importante. Caminamos en caravana las diez cuadras que median entre nuestras casas y la municipalidad. El número de manifestantes se incrementaba a medida que avanzábamos. Noté que muchos supermercaditos estaban literalmente vacios y con las persianas destruidas. Frente a la municipalidad éramos miles de personas manifestando en contra de cien metros de asfalto. Los comercios más importantes de la zona hacia más de 48 horas que permanecían cerrados.  Algo anda mal, pensé.
A cada manzanera los punteros les habían mandado un cuento diferente. Y aunque parezca increíble, muchos en el barrio aún creen pura casualidad que nuestra demanda haya coincidido con ese histórico día. Otras manzaneras recibieron la orden de movilizar a sus barrios con consignas más decorosas. En general eran cuestiones de luz, agua, cloacas, etc. Las dos más interesantes de que tuve noticia fueron estas: A la manzanera que le correspondía la cuadra del asfalto proyectado le dijeron que no se realizaría la obra por mediación de nuestra manzanera. A otra le fueron con un cuento del tío muy sugestivo. Ella tenía conocimiento de los saqueos ese día. Le dijeron que no la iban a poder proveer de leche y otros productos a ella (y por lo tanto al barrio) si continuaban los saqueos. Tenía dos salidas: o se movilizaba hacia la municipalidad  (cosa que hizo), o se movilizaba hacia el chino (cosa que hicieron los suyos.)

Tinelli y los medios de comunicación durante el período de acefalia.  
Durante la última semana del 2001 la prensa no tenía brújula. Y eso se notaba. De alguna manera es siempre un poder que está supeditado, no es ni puede ser independiente. Lo que queda claro es que había sobreabundancia de información. Las frases más usadas por los medios eran ola de rumores, fuentes cruzadas o una jornada cargada de versiones. En otras palabras: estaban desinformados, por exceso de información.
El día que renunció Rodriguez Saa Clarín tituló: “Ahora renunció Rodriguez Saa”. Ese Ahora evocaba esa falta de información. El diario había tomado, aunque con reservas, partido por el nuevo presidente, y ninguna de todas las versiones que llegaban a su redacción había hablado de una posible renuncia. Ese Ahora es: Ahora resulta que no sabíamos un carajo de lo que estaba pasando.
Pero había alguien que estaba mejor informado que Clarín: Marcelo Tinelli.
El rol de Tinelli en el escenario político siempre fue grande. Recordemos: En el 95´ Menem le dio un abrazo al oso Arturo (un oso hormiguero con un tipo adentro que no hablaba nunca y que era la mascota del programa.) Mucho ayudó ese abrazó en las elecciones que finalmente ganó. La cama que le hicieron a De La Rua en su programa, dándole mala información sobre el nombre de la mujer del conductor, donde la seguridad falló cuando un joven llegó a abrazar al presidente para reclamarle algo y donde también fallaron sus asesores que lo alentaron a exponerse ante un imitador implacable como Freddy Villarreal, es hoy un clásico. También podemos mencionar más recientemente el caso de Graciela Alfano, panelista y jurado de Tinelli. Se la culpó por su affaire con Massera y por alguna frase inoportuna. Pero el verdadero destinatario del apriete no era la golfa, era Tinelli. ¿El mensaje? : El próximo sos vos. Esto fue justo en medio de la campaña para las últimas presidenciales. Nada es casual. Ya hace años Tinelli le dio franco al imitador de Néstor Kirchner, casualmente el mismo Freddy Villareal, ante un apriete del gobierno, justo en el momento en que el gobierno se encontraba en su índice más bajo de popularidad (popularidad que nunca perdió Marcelo.)
Hoy pocos recuerdan lo que hizo Tinelli a finales de 2001. Salió a apoyar decididamente al nuevo gobierno de Rodríguez Saa, pero lo hizo en privado, por sus contactos, no en su programa. Esto se deduce de otro hecho. Varios periodistas le preguntaron al efímero presidente qué opinaba del apoyo que le estaría brindando Tinelli. El puntano, como no podía ser de otra manera, se mostraba complacido. Al otro día Marcelo abrió el programa con una burda imitación de Rodríguez Saa. Se lo mostraba tomando del pico de una damajuana y muy borracho. ¿Qué pasó en el medio? Obvio: alguien marcó el teléfono del cabezón y le dijo: “Marcelo. El Adolfo no pasa del fin de semana.” Cayó tres días después. Tinelli estaba mejor informado que Clarín.
Sería bueno que alguien con más voluntad que yo se consagre a la tarea de analizar esa etapa única del periodismo argentino y de los medios en general.
El otro golpe
Rodriguez Saa convocó –- o le impusieron— una reunión de gobernadores. Uno de los temas fundamentales eran las elecciones, que se querían fijar para marzo. Otro de los temas eran las obligaciones que habían contraído Duhalde y compañía con varias corporaciones, a las cuales no estaban satisfaciendo los hechos porque habían pactado la devaluación como condición innegociable.  Asistieron pocos. Estuvieron ausentes los más importantes y esto precipitó su caída.
Pero hoy pocos quieren recordar lo que pasó el 28 de diciembre. Fue una reedición de lo ocurrido en las jornadas del 18 y el 19. Saqueos, cacerolazos. Prendieron fuego la puerta del congreso y tiraron cañitas voladoras hacia el interior de la residencia presidencial—estábamos en época de fiestas—. Los medios de comunicación no reportaron ni siquiera un herido, aunque describieron los hechos como graves.[1]
Se trataba de un golpe interno. El golpe del peronismo a un presidente peronista. Esto no hay que olvidarlo. En los años posteriores se repitió hasta el cansancio: el peronismo no deja gobernar (a la oposición.) Este discurso no solo estaba sostenido por los no peronistas, también al peronismo le sentaba bien ese discurso porque disuadía a muchos de ir a votar o intimaba a la población a votar por ellos. Pero la pura verdad es que ni a ellos mismos dejan gobernar si así lo creen necesario. Cuando Néstor luego trató de dominar el interior de su partido no era bobo: estaba dándole un ultimátum a uno de los cuatro factores de poder que ya han demostrado ser golpistas en otros momentos (los otros tres son el ejército,  los monopolios mediáticos y los grupos financieros.)

Consecuencia de los golpes
La intención de Duhalde no era gobernar. Había aprendido con el golpe que ejerciendo la jefatura del peronismo bonaerense se podía tener más poder que siendo gobernador de la provincia, como Ruckauf. Se sabe que siempre odio usar camisa y corbata. Y a esto hay que sumarle las declaraciones de su esposa, cuando Eduardo ya era presidente: “Yo lo tuve que empujar para que asumiera el cargo”.
Es por eso que, cuando las papas quemaron, cuando Rodriguez Saa ya no era confiable, lo presionaron para que asumiera la responsabilidad de ponerse la banda. [2]
Duhalde hizo amplio uso de los medios para presionar y sensibilizar a los organismos internacionales. Todos recordamos a esa niña tucumana que tenía hambre y que lloraba con el guardapolvo blanco. Aunque el hambre es permanente en muchas zonas del país, no se podía negar que en ese 2002 era un poco más evidente. Los cartoneros se adueñaron de la noche porteña y el vandalismo—como robar alambre de púa para venderlo—casi quedaba justificado por la coyuntura. Pero entonces, si había tanto hambre, ¿por qué no había saqueos?... Al buen entendedor pocas palabras.
Los medios de comunicación apoyaron a Duhalde reforzando la figura presidencial, que estaba desprestigiada. Si Chupete dudaba, Duhalde daba órdenes. Así es como Clarín titulaba cualquier decisión del presidente como “Orden de Duhalde”. En realidad Duhalde dudaba más de lo deseable en un presidente. En un programa dijo que estaba dudando entre un ministro de derecha y uno de izquierda, por dar un ejemplo.
Algunas reflexiones
1)    Mal les fue a los gurúes del periodismo. Años después, Rodriguez Saa manifestó en televisión: “Los medios de comunicación daban como presidenciables a Ruckauf, a De La Sota y a Reuteman. Ninguno de los tres fueron presidentes. Fuimos yo, Duhalde y Kirchner. Como suele pasar, estaban mal informados.” Lapidario. Los medios de comunicación nunca pueden saber más de la política que los políticos.
2)    Los Kirchner van a gobernar más que Menem: 12 años y medio para diciembre de 2015. Esto significa que la inestabilidad política del 2001 trajo como consecuencia lo opuesto.
3)    Duhalde se cansó de amenazar con alzamientos sociales al kirchnerismo. Lo hizo con tal torpeza que se puso más que en evidencia y llegó a espantar a muchas manzaneras.
4)    La falta de información que baja el ejecutivo (el peronismo) a la prensa durante nuestros días es el anverso de lo que pasaba por el 2001. La consecuencia es que la prensa esta tan desinformada tanto antes como ahora. La diferencia es que antes no sabían que no sabían y ahora saben que no saben. Afortunadamente.
5)    El cantito de batalla en el 2001 fue “que se vayan todos”. De la misma manera que un país no puede existir sin bancos, tampoco puede existir sin políticos. De esa manera, la renovación de los políticos no se dio de un día para el otro, llevó su tiempo, casi diez años, aunque nunca se podrá completar íntegramente. Cadáveres políticos es lo que más abundan en nuestros días. En el 2003, sino antes, los mismos de la clase media que decían “que se vayan todos” se quejaban de Néstor porque no lo conocía nadie.
Enero 2012



[1] Raro: las protestas espontáneas, esas que son con cacerolas, no cesaron durante el gobierno de Dhualde. Pero las otras, esas que son manipuladas, desaparecieron.
[2] Cuando en las últimas elecciones Duhalde decía, en referencia al Kichnerismo, “yo los puse yo los saco”, estaba apelando también a la memoria de la clase política. Porque bastante había hecho para entronizar al Adolfo.