lunes, 31 de octubre de 2011

CARTA NATAL

CARTA NATAL. (El método de la astrología.)

            Sofía vivía más allá de las nubes... en Saturno. De esto se enteró por los 20 años, cuando una astróloga le pidió su dirección... en el tiempo: 30 de marzo de 1974 a las cuatro menos cuarto de la madrugada. En ese momento había venido al mundo, a este. Sin embargo, la carta natal le marcaba aquel planeta adornado por anillos, el cual tuvo la imprudencia de pasar por aries aquella mañana, condenándola a ser altiva, voluntariosa, cobarde y un sin fin de cosas invariables en virtud de la casualidad.
            También era inocente y crédula, y llevaba ambas cosas con altivez, porque el inocente no se apercibe de ello por su misma condición, exactamente al revés del hombre sesudo. Toda su personalidad la llevó al cultivo de la astrología, de la que vive desde hace 20 años. __A decir verdad, no había mucho que cultivar, el libreto era siempre el mismo, lo que cambiaban eran los clientes, que los tenía en buena cantidad.
            El primer problema serio se presentó cuando cambiaron los planetas. Recordará el lector que a mediados de este año (2006) los astrónomos decidieron que Plutón no merecía ser considerado como tal, y eso repercutió notablemente en el mundillo de la astrología. Sofía no sabía como explicarle a sus clientes, que casualmente habían ganado la vida bajo el ascendiente de Plutón, el motivo por el cual no devolvía la plata cobrada bajo el ascendiente de una astronomía que ahora se revelaba.
El segundo problema se lo tiró cierto cliente, particularmente locuaz, que la contrariaba con preguntas razonadas. ¿Por qué una materia que nació en próximo oriente (en el hemisferio norte) nos va a servir de algo? ¿Por qué, si el hemisferio boreal y el austral presentan configuraciones estelares tan diferentes vamos a guiar nuestra vida por el hemisferio que no nos corresponde? ¿Por qué  no reconocer que las estaciones, que tanto divergen según los hemisferios, cobran probablemente mayor importancia en el parto que  el tránsito de Saturno o de Plutón? (En otras palabras, por qué no reconocer que nuestro planeta nos gobierna más que los otros.) Esta persona evidentemente renegaba de la astrología rotundamente, pero acaso por mera curiosidad o por aburrimiento o porque Sofía no era fea,  pasaba algunas horas a la semana escuchando delirantes inferencias sobre los planetas y sobre la trascendental influencia que estas magistrales creaciones de la naturaleza tenían en él, donde no veía más que chamullo -- en todo; en la astrología, en él y en el universo--.Quizás estaba admirado por  cierta hermenéutica de base que practicaban los expertos en la materia. Mercurio y Marte se alinearán indefectiblemente el  11 de octubre de 2040, la única casualidad es que alguien nazca en ese momento.  El cielo es un reloj complejo, y hay que ajustar las almas a  tan admirable mecanismo, aunque sea por humana debilidad. Pero, por más placer que encontraba en engañarse...
El problema mayúsculo se le presentó cuando un célebre aldeano sin partida de nacimiento la consultó así: “No tengo idea de la fecha y mucho menos de la hora en que vine al mundo. Quiero que en el transcurso de un año pueda determinarlo” Sofía se aplicó al estudio de este anciano cuya celebridad descansaba en gente ignorante que afirmaba que superaba los 110 años. Tejió la personalidad del viejo por diversos procedimientos; diálogos de diván, registros fotográficos, entrevistas con gente que lo había frecuentado, estudios históricos. Un tercero la había tentado con una buena suma de dinero, y además era un desafío profesional ineludible. Técnicos de otras ciencias – las de verdad –, liderados por la medicina, no quisieron permanecer ajenos a esto, y comenzó una ridícula carrera. Los de verdad no pudieron decir nada sobre el caso. Apenas una vaga especulación que ponía la edad del viejo en noventa y nueve o cien, una cifra decepcionante.  En la otra vereda, Sofía, después de dar a publicidad su ingente investigación con el deliberado propósito de justificar sus conclusiones, buscó el itinerario desarrollado por los planetas ciento diez años atrás. Sus resultados fueron concluyentes; el anciano había nacido el 8 de octubre de 1896 a las 9 y cuarto de la mañana. Tamaña precisión aseguraba que su trabajo fuese inapelable. Por otra parte, le estaba dando al público lo que este esperaba, así como una buena cantidad de ventas a los medios de comunicación, y por sobre todas las cosas, algo que ella misma ignoraba: un buen ejemplo de lo que muchas veces sucede en el mundillo de la ciencia, la de verdad, cuando intentan reproducir el mecanismo de los astrólogos y de los planetas, por medio de aparatos conceptuales que indefectiblemente llevarán a ciertas conclusiones que serán inapelables, cuando en realidad lo único inapelable es el método. Y en este sentido podemos decir que la astrología es una ciencia, en tanto se trata de una materia higiénica que hace drenar los procedimientos peores de la verdadera ciencia.



Memento

Memento (Memoria activa.)

El aplauso que recogió esta película esta relacionado seguramente con su temática: la amnesia que sufre el protagonista y principalmente el montaje de la película, que apela a la memoria del espectador.
Hay algunos inverosímiles. Una persona no debería tener tanto odio si carece de memoria. Cierto que los tatuajes que el tipo se aplica en el cuerpo, las fotos que porta y alguna cartita son el testimonio de su pasado y por lo tanto la memoria objetivada en esas cosas. También es cierto que enciende su odio al amparo de ellas, y que por la tanto no hay odio sin memoria. Pero el film esta planteado desde la verosimilitud, y por lo tanto naufraga.
Como enseñó Descartes, en el caso de la memoria lo que importa es el método. La víctima de la película se lo procura, y resulta ser muy exitoso en su aplicación.
Todo lo que mueve a actuar al amnésico es el recuerdo de su amada, es lo que lo sostiene vivo,  lo que lo impulsa a tomar revancha por su asesinato. Es el anverso de la única narración de la película realmente notable: esa mujer que convive con el otro desmemoriado, el que no tiene método y por lo tanto vive en la más absoluta actualidad periodística. Ella, que no está enferma, sostiene sus días a partir del recuerdo ostensible que significa su marido y de la mirada amorosa que a veces le dirige él fugazmente cuando le aplica una inyección. La sobredosis de la vacuna – de la mirada amorosa – la arrastrará hasta la muerte.  
El tema de la memoria es ideal para el aula: filosofía, mnemotécnica, etc. Vaticino (y a esta altura parece un cumplido) que la cinta va a ser un éxito de los que se viven en el claustro o en el chorro de tinta que supone un artículo como este. Tiene todos los condimentos para que eso pase. Debe haber pocas obras que traten el tema de manera tan literal y obvia. Y paradójicamente eso la hace original.
La memoria es lo que nos tira hacia adelante, lo que nos promueve y también lo que se nos escapa, aquello que ni siquiera ulna enfermedad puede anular completamente. Si la preocupación es la memoria proyectada hacia el futuro tampoco es menos cierto que dentro de nuestras preocupaciones intelectuales cae en primer lugar la memoria. Sino, ¿por qué persisto en llevar adelante un diario?
Todo lo que pasa es inverosímil. La película debería ser vista como una alegoría de la memoria. Incluso en cuanto al montaje (está narrada hacia atrás, como Irreversible de Gaspar Noé.) Es un esfuerzo fútil. Lo único rescatable de este bodrio es el esfuerzo que estoy haciendo para recordarlo, y hasta nos brinda un método para tal fin.
(Nota: He visto Memento hace un mes, desde ese momento no la he vuelto a ver. En los machetes que me hice después de los 90 minutos dejé marcada como frase de cierre la siguiente:
Esos viejos festejan el olvido como una forma del chiste, probablemente porque no han olvidado de reírse.”
... y créame, realmente no consigo recordar a qué me quería referir con esa frase.)
                                                                                                                      Octubre de 2oo8




Bombas en el Paraíso (Cuento historico)

Bombas en el Paraíso

Manón se va a vivir con su novio y amado. Pactan sus corazones en París, como es ley. Son felices. La ciudad no es tan luminosa como la esperaba ella, pero ni siquiera eso puede empañar el bello momento en que dos sexos se provocan, se compenetran, y como no tienen la suerte de ser mudos, se comprometen. Como todo lo hacen de a dos, cuando él escribe una carta a su padre ella no tiene mejor idea que leerla a dúo.
María está en la platea, rodeada de una mayoría de hembras jóvenes, a poca distancia de Rosina Storchio, que hoy se viste de Manón, y entiende perfectamente el francés. Pero por esas cosas de la ópera hoy se la representa en italiano, acaso porque es el idioma materno de los protagonistas. No importa: María entiende perfectamente el italiano. En la vida vulgar los italianos son la vulgaridad misma. Anarquistas algunos, feos sucios y malos los más. Llevan años invadiendo la amada patria Argentina, y es de temer que terminen por ser un poco italianos los mismos argentinos. No obstante, arriba del escenario ese asqueroso residuo del latín, pasado por los pulmones de Giussepe Anselmo— que hoy se viste de novio— se transforma en una cadena de Dantes.
María ha llegado al teatro Colón en automóvil. En la ciudad hay sólo ocho de estos modernos transportes. Mamá Silvia ha traído uno de París. Además de tener fortuna es una afortunada. La demanda de los coches es enorme y su producción, exigua. A María nada de estas novedades la seducen. Estos rodados no tienen techo, no tienen paredes, y su sofisticada ropa ha sufrido la inclemencia del viento que invadía por los cuatro costados. Mamá Silvia quería lucirse ante la gente de bien, todos amigos de la familia, así como del gobierno y de cualquier ópera que se represente en el primer teatro nacional. Pero tristemente la noche llevó cinco de los ocho autos en existencia a las puertas del Colón. Según parece todos pensaron de forma parecida a mamá Silvia.
María ahora ha olvidado esos cánceres. Ahora es consumida por el amor cantado en italiano. Atrás quedaron esas charlas interfamiliares en las que—María no se explica por qué—todos se tratan de ¨tu¨ olvidando el porteño voceo. Ahora el Bello novio de Manón eleva su canto. Giussepe Anselmo la tiene grande. Está compartiendo la lectura de la carta que ha escrito a su padre junto con su amada. Su registro es de tenor. No es un barítono. No es un castradito de esos que a mamá Silvia y a sus victorianas y castradísimas costumbres le gustan tanto.
Pero no todo es alta moda en el teatro. En las gradas superiores, esas que quizás por la altura se denominan  ¨paraíso¨- aunque la Biblia deje bien en claro que el paraíso se encuentra en el este - está parada la gente pobre, los melómanos sin plata. Son anónimos. Muchos van porque es una forma de retornar a Italia. Quizás sea el único sector del teatro que esta mayormente compuesto por varones. Y se aburren.
La gran mayoría de la concurrencia se aburre: ricos y pobres; mujeres y varones. Todos omiten que de una u otra forma la presencia en las gradas en más un evento social que una necesidad de música. Adictos al mundillo de la ópera como María hay pocos, y cuando en la previa  enfilan el diálogo hacia ese mundo son odiados y odiadas. Casi todos bostezan. El tedio es abrasador.
El novio está leyendo la carta junto con su Julieta. Hace interminables diez minutos que leen lo mismo.

“Se llama manón y tiene dieciséis años.
En ella todo seduce; la belleza la juventud, la gracia.” Y…

La bomba saca provecho de la excelente acústica del recinto. Muchos tímpanos se rompen. Todos abandonan el decoro y se apuran por ganar la puerta más próxima. Los que peor la tienen son los del paraíso. Tienen que franquear varios pisos antes de llegar a la calle. Los que en la platea estaban en torno al explosivo quedan entre muertos y vivos, con las pieles quemadas, con los vestidos raídos.  El elegante caballero de fina estampa pisotea a la institutriz de los Anchorena. La hija de los Menéndez usa los puños, por primera vez. La madre del ministro se olvida de su hijo. La escena es muy parecida a la que dos años después nos ofrece el Titanic: salvo que en este caso los pobres están arriba y los ricos abajo, quizás porque es un teatro y no es un barco.
Cuando se dan estos estruendos es normal que la gente reaccione por instinto. La mayoría de la platea – por lo menos aquella mayoría que aún esta en condiciones de pensar algo – mira para arriba. A nadie se le ocurre que la bomba pudo haber sido puesta debajo de una butaca. Están convencidos de que alguien la arrojó. Y los que mejor puntería tienen son los del paraíso: sin dudas. Mamá Silvia y su hija María piden que se haga uso de la ley de residencia, que se devuelva a sus países de origen a los terroristas. Hay que hacerles conocer lo que es una frontera a esos anarquistas que no creen en ellas. La policía responde a la gente de bien bloqueando la salida del Paraíso. Lo hace a machete limpio. Todos son arrestados y llevados a una comisaría. Son interrogados. Es la típica pregunta falaz. “¿Desde cuando es anarquista?”, preguntan.
(Hay quienes dicen que los agresores no fueron ácratas, sino estetas desesperados por  evitar esa parte en que el novio se viste de cura para no acostarse con su princesa, que es una escena realmente lamentable.)
Mamá Silvia vuelve al auto. Esta un poco chamuscada y finge un desmayo, un elegante desmayo, como para que todos reparen en su auto. Íntimamente está contenta: han suspendido la función, se lleva una anécdota inestimable y la certeza de que la tendrá que contar muchas veces. Maria esta a su lado, preocupada. Todos tenemos la muerte asegurada—piensa—pero al paraíso solo suben los pobres, y lo hacen con bombas. No importa, en la comisaría se arreglan estas cosas.

                                                                                                                 Octubre de 2oo8

Malcriando a nuestros ídolos

Malcriando a nuestros ídolos.

Olmedo busca la falopa en el balcón y termina acostado en la vereda. Monzón se estrella con el auto cuando sale de la cárcel. Rodrigo también termina su vida dentro de un auto, y bastante ebrio. Más recientemente Walter Olmos (¿ídolo?) se mete una bala en la cabeza.
“Nuestros ídolos se matan porque no los protegemos”. Esta es una creencia muy difundida entre nosotros, cuando lo que en realidad pasa es que se matan porque los hemos sobreprotegido. Solemos justificar cualquier acto errado y avalar cualquier estupidez que digan. Es más, si no encontramos justificación alguna decimos que la culpa es del entorno del ídolo. (Si Maradona es drogadicto es culpa de Fulano, pero si Fulano es drogadicto no es culpa de Maradona) El inconsciente colectivo siente su culpa ante estos mártires populares y cuando se verifica la muerte de un ídolo se intensifica la protección de los que quedan con vida. En otras palabras, se intensifica la sobreprotección para, de esa manera, anular la culpa colectiva de que se hayan matado aquellos. ¡Es muy bueno!. De esa manera también se sobreprotege la culpa para que nadie la vea. ¡Y al primero que se le ocurra hablar mal del Diego le diremos que es un estúpido y un vendepatria!. Lo mismo para el que hable mal de Gaby, que fue una de las mejores tenistas.
Siempre conviene que alguna de las mejores sea Argentina, antes que sea norteamericana. Ellos pusieron un hombre en la luna y no van a andar aplaudiendo una raqueta. Por eso nosotros tendríamos que poner una raqueta en la luna, porque si mandamos un hombre enseguida va a ser un ídolo y nosotros no vamos a arriesgar a un ídolo mandándolo a la luna. ¡Hay que mandar una raqueta, pero que no sea la de Gaby!
Esperemos que Maradona se recupere lo mejor posible de su adicción, no tanto por el bien de él, sino de quienes le siguen.


            Cierta vez le pregunté a una alemana qué sabía de la Argentina. Me respondió tres nombres propios. Evita, Maradona y Sosa. Sí, leyó bien; Sosa. ¿Cómo qué Sosa? La negra Sosa. Yo, que me mostré tan incrédulo como usted, le hice una segunda pregunta. “¿Y es muy conocida en Alemania?” La segunda respuesta fue concluyente. “Sumamente conocida”. Luego recordé que “la negra” solía quejarse por la falta de reconocimiento que tenía dentro del país en comparación con lo que pasaba afuera.
            Pensé.
A los argentinos les da vergüenza que una india sea la imagen nacional. Esto da por tierra con otra creencia muy difundida; “es necesario que se reconozca a nuestra gente primero en el exterior para que luego sea reconocida acá”. Como vemos, esto solo es cierto bajo ciertas condiciones.
            La negra no fuma, no bebe, no se droga y no es un ídolo. ¡Qué suerte tiene la negra!



Maldita sociedad

Maldita sociedad

Cliente__ Acá, en este lugar, necesito resguardar a mi familia.
Arquitecto__ Usted dirá.
C__ Nosotros depositamos en sus manos toda nuestra confianza, entiende. El perímetro de la propiedad debe aislarnos, están pasando muchas cosas y quiero disfrutar de mi mujer y de mis hijos. Habrá visto el límite del terreno. Quiero un muro sólido, sin fisuras. Con el tiempo lo voy a llenar de esas plantas que trepan a la pared para darle mejor vista. La naturaleza siempre me recuerda la libertad.
A--- ¿De qué altura lo quiere?
C—Seis metros.
A—Es mucho, sostener una estructura de ese tipo requiere una base que le va a restar terreno, y además le va a salir más caro
C—No me importa, esa es mi voluntad, yo lo quiero así, entiende. Es imprescindible que al tope del muro se fije una tupida maraña de alambres de púa. Nunca se sabe. Preferentemente que se note desde afuera. Si no lo ven pueden confiarse e intentar entrar.
A—No hay problema, usted sabrá. Pero le sugiero que se procure un revolver, le va a salir más barato.
C—Tengo uno. Hay que estar prevenido ante todo. También cuento con alarma, pero muchas veces los mismo perros la activan por descuido. Yo quiero mucho a los perros, me recuerdan la libertad. Ahora la cosa está muy jodida, pero siempre se puede hacer algo.
A__Para eso estoy
C--- Hay más, a un metro del muro quiero otro, que cubra también el perímetro. Debe ser más bajo, de afuera no se tiene que ver. Si pasan el primero se van a llevar una sorpresa, entiende. Que sea de unos cuatro metros, con eso basta, así me permite ver los vegetales que se van a trepar en el muro de atrás, y eventualmente contar con una buena vista del sospechoso.
A--- ¿A este no lo va a poblar de vegetales?
C—no, mi hija mayor es artista plástica y ya le va a dar alguna utilidad. El arte también nos libera. ¿Usted que cree?
A__ No tengo dudas, pero debe haber otras cosas que nos liberen. ¿Dónde piensa poner la puerta?
C__ ¿Qué puerta?
A__ La puerta que da a la vereda.
C__ Tiene razón. ¡¡Maldita sociedad!!


A mi lado (Cuento)

A mi lado.

            Subí al tren en Retiro. No había mucha gente y tomé un asiento junto a la ventanilla. Como la estación es cabecera del ramal, la partida de la formación se hizo esperar. Como suele pasar, cuando los asientos que dan a las ventanillas estuvieron todos ocupados, los pasajeros que continuaban subiendo tenían que resignarse con los asientos que dan al pasillo. Finalmente, los más rezagados, renunciaban al asiento y se quedaban de pié.
            Sin embargo, nadie se sentó a mi lado. Tengo por naturaleza la inclinación a dar el asiento a minusválidos, ancianos y embarazadas. Es por eso que acostumbro dedicarme a la lectura sólo después de verificar  que no haya ningún individuo que responda a esos rótulos. Teniendo un asiento libre a mi lado, podía olvidarme del asunto. Ya estaba por encarar la lectura cuando noté que muchos  preferían viajar parados antes que ocupar el asiento de mi derecha. El tren demoró su partida y el pasillo llegó casi a reventar de tanta gente. Pero nadie se sentaba a mi lado. Miré el asiento vacío y no estaba ni roto ni sucio. Luego me incorporé levemente para chequear el que yo ocupaba. No. Nada por aquí, nada por allá. Revisé la suela de mi calzado para comprobar que no tuviera mierda de perro. Nada. Después olfateé debajo de mi camisa para saber si tenía olor a chivo. Percibí que la gente me miraba, y lo atribuí a la causa del problema. Como era de noche, bajé el vidrio de la ventanilla y pude mirarme en él con bastante claridad. Nada. Evidentemente la gente me miraba porque estaba mostrando una conducta excéntrica. Hice un gran esfuerzo para tocarme la nuca y la espalda con la intención de descubrir vaya uno a saber que cosa. Nada. Como último recurso me paré en el lugar y miré detenidamente todo el sector, incluso a las personas que ocupaban los asientos aledaños. La gente seguía mis acciones con mucho interés. Pensé que la causa era yo, nadie quiere sentarse junto a un loco o a un oligofrénico.
            De pronto vi a una embarazada de pié y tuve una excelente idea. La llamé y le ofrecí el asiento, el mío, por supuesto. La embarazada aceptó y yo me paré. Junto a ella, para mi sorpresa, se sentó un hombre, tan extraño para ella como para mí. Unos veinte minutos después ambos se levantaron. Yo volví a ocupar mi lugar, junto a la ventana. La embarazada bajó del tren, pero el hombre no. Continuó el viaje, pero parado, como tantos otros. Así fue como comprobé que no había ninguna causa, simplemente nadie quería sentarse a mi lado.


El cristianismo como mito

El cristianismo como mito.

...Claude Lévi-Strauss en  el Cáp. 9 intitulado  “Historia y dialéctica” del renombrado libro El pensamiento salvaje, mantiene una polémica --donde no voy a entrar por falta de méritos propios-- con el Sartre de la Crítica de la razón dialéctica. En el curso de la misma Claude dice que la historia no puede ser contemplada como si fuera un mecanismo dialéctico. Cuando esto sucede se está tomando a la historia como si de  un mito se tratase, en tanto es, como dice mi abuela, creer o reventar. Y como esto es harto frecuente podemos afirmar que, paradójicamente, la historia se erige en nuestras conciencias como faro y norte de nuestras vidas. (Pensemos, por ejemplo, en la necesidad de forjar héroes en el pasado de todos los países con la deliberada intención de crear mentalidades colectivas para el porvenir.) La historia es, debería ser, una herramienta de conocimiento. Un martillo con el cual se moldear el hierro, no es el hierro mismo. El escritor que afirma algo sobre las voliciones o el apetito espiritual de los pueblos Godos está haciendo literatura, y hasta puede ser que de la buena, pero ni siquiera se puede decir que esté interpretando, cuando a uno le resulta harto difícil interpretar el presente. OK, el pasado deja cicatrices en el presente, pero esas cicatrices están alojadas sobre un cuerpo que es infinitamente más rico. El pasado es un accidente del presente, no es su sustancia. Cuando apelamos a la historia de esta última manera, apelamos a un mito.
Esta es una reelaboración bastante libre del capítulo en cuestión. Como esas páginas son imperdibles, transcribo algunos fragmentos a continuación.

Él [Sartre] invoca el criterio de la conciencia histórica para distinguir a los primitivos de los “civilizados” pero que, a la inversa de lo que pretende, él mismo es ahistórico; no nos ofrece una imagen concreta de la historia, sino un esquema abstracto de los hombres haciendo una historia tal como puede manifestarse en su devenir en forma de una totalidad sincrónica. Por lo tanto se sitúa frente a la historia de la misma manera que los primitivos frente al eterno pasado; en el sistema de Sartre, la historia desempeña, muy precisamente, el papel de un mito.115

A juicio de muchos filósofos e historiadores la dimensión temporal disfruta de un prestigio especial, como si la diacronía fundase un tipo de inteligibilidad, no sólo superior al que apunta la sincronía, sino sobre todo de índole más específicamente humano.

Como nosotros mismos creemos aprehender nuestro devenir personal como un cambio continuo, nos parece que el conocimiento histórico coincide con la evidencia del sentido interno.

“Una historia total se neutralizaría a sí misma: su producto sería igual a cero”. Sólo hay historias. En efecto, la posibilidad de una historia que contemple todos los aspectos de un tiempo pasado es imposible,  cada rincón del espacio oculta una multitud de individuos, cada uno de los cuales totaliza el devenir histórico de una manera incomparable a los demás. Cada momento del tiempo es inagotablemente rico en incidentes físico y psíquicos,  todos los cuales desempeñan un papel en su totalización.”

Al respecto podemos anotar las sabias palabras de Roland Mousnier, en el estudio que consagra a la revuelta conocida como La Fronda.

“Las razones para revelarse –incluso las indiscutibles—no conducen necesariamente a la revuelta. En cada hombre existen conflictos internos de intereses y sentimientos, y a menudo no sabemos porqué un sentimiento prevalece sobre otro. [...  En la mayoría de los casos el historiador es incapaz de adentrarse, consciente o inconscientemente, en la sicología de los hombres que estudia”*
Pero Lévi- Strauss no reniega de la historia en cuanto tal:

‘Lejos de que la búsqueda de la inteligibilidad termine en ella como en su punto de llegada, es la historia la que sirve de punto de partida para toda búsqueda de la inteligibilidad. Como se dice de algunas carreras, la historia lleva a todo, pero a condición de salir de ella”.

Para serle sincero, lo único que me interesa retener de todo lo anterior es el carácter mítico de la historia. Uno está tentado de radicalizar aún más las conclusiones del francés y afirmar que no solo es un mito occidental cuando se la contempla de forma abstracta o totalizadora, sino que también es un mito occidental en todos sus aspectos. ¿Acaso hay algún colectivo que me lleve hasta el pasado? ¿Acaso los pueblos primitivos, aquellos que carecen de historia, no están más cerca de ese viaje en tanto están convencidos de comunicarse con sus ancestros?
Pero, ¿qué mierda es un mito?. Rescato la siguiente definición de la enciclopedia Salvat: “Una narración verdadera que acontece en los orígenes de los tiempos y que es utilizable como modelo para los comportamientos humanos.” La historia – y cuando hablo de historia me refiero a la noción vulgar de historia—se remite siempre a los orígenes, de la patria, de la inflación, de la corrupción, o de lo que sea, y sirve como modelo de conducta, de lo que se debe o no se debe hacer o pensar. En otras palabras, la historia enseña, y esta muy cerca de los mitos que sostienen los pueblos primitivos. Si ellos ven un origen sincrónico y nosotros vemos una multitud de orígenes esparcidos en una amplia diacronía, eso se debe únicamente a que nosotros concebimos el mito como proceso y ellos no. En cualquiera de los dos casos hay una inclinación humana natural, la de buscar en el pasado una instancia que legitime las practicas actuales.
Ahora, sin duda, cuando hablamos de mito es ineludible el tema religioso. Sabido es que las tribus primitivas revisten sus orígenes con sus creencias. Nada de eso parece pasar entre nuestro proceso histórico y nuestras religiones. Pero, para mi asombro, encontré una respuesta en  Nietzsche y el cristianismo de  Karl Jaspers , en su segunda parte “Nietzsche obedece...”

Amplios sectores de la humanidad, y siglos enteros, vivieron en una sumisión indiscutida al retorno regular de los fenómenos, vivieron sin historia, completamente sometidos al presente como a una especie de eternidad, como si las cosas hubieran sido siempre, o debieran ser, lo que son hoy. ¿De dónde precede, pues, esta otra manera de pensar, tan excitante, que engendra según las situaciones un extraordinario sentimiento de impotencia o, por el contrario, la conciencia de un portentoso poder sobre el curso de los acontecimientos?
Esta concepción es de origen cristiano. Es propio del pensamiento cristiano considerar la historia humana como estrictamente única, con los sucesos decisivos que comporta: Génesis, pecado original, aparición del hijo  de Dios, fin del mundo, Juicio Final. Cristo conoce su totalidad: la historia empírica no es para él una sucesión de hechos fortuitos o de simples cambios; está impregnada de la unidad de la historia sobrenatural. De ahí extrae la historia empírica su significación profunda; en ella se juega también, en todo tiempo, la salvación de cada alma individual.
La filosofía de la historia, ese conocimiento total de índole profana, nació de una representación cristiana de esa índole, aunque ha sido profundamente transformada.116

Me agradaría transcribir aún más de este apasionante libro, pero no sería pertinente. La conclusión a la que arribo de la articulación del pensamiento de estos dos grandes pensadores es, en síntesis: La historia es el mito occidental y, como tal, reviste el carácter y el origen religioso que le es propio. Consecuentemente, el carácter progresivo de la historia tiene su origen el cristianismo, que no es otra cosa que el aspecto religioso del mismo mito.




115 El subrayado es mío. Un par de cosas sobre este párrafo. Para ser consecuente, Claude debería haber agregado comillas a primitivos, así como lo hace en civilizados. Sincrónico y diacrónico son palabras capitales en el estructuralismo y fueron acuñadas por Seaussure; la primera significa al mismo tiempo y la segunda a través del tiempo. ¡Ah!, y el tiempo ha vuelto anacrónicas ambas palabras.
* En Revoluciones y rebeliones en la Europa moderna; editorial Alianza.
116 Yo diría más bien “reinterpretadas” que “transformadas”, atendiendo  a la interpretación bíblica que pregonaron y pregonan los protestantes.

Godines, y el problema de los universales.

Godines, y el problema de los universales.
                                                                         Curioso que la gente crea que tender una cama es exactamente lo mismo que tender una cama”
                                                                                              Las armas secretas, Julio Cortazar.   

            La filosofía quizás consista en sorprenderse de las cosas más habituales de nuestra vida, y en este sentido quizás no sea soberbia, sino una de las labores humanas más modestas. Cuando un filósofo se para frente a una mesa piensa en cuales son los atributos que convierten a ese mueble en una mesa. ¿La madera?. No, las hay hasta de plástico. ¿Las cuatro patas? No, las sillas también tienen cuatro patas. (Además, si le mutila esas cuatro patas, aun continuaría siendo una mesa, una mesa hecha mierda, pero una mesa al fin.) Entonces piensa en cual es el límite de la existencia de esa mesa. Todo esto es absurdo y altamente asombroso,  como manda la filosofía, pero este tipo ya está llegando tarde al trabajo, y probablemente trabaje en un aserradero. No le importa, se detiene y piensa, porque hasta una mesa da para mucha tinta.  Si pudiese destruir todas las mesas del mundo el concepto de mesa aún seguiría existiendo. Pero como eso no es posible, piensa otra cosa. No todas las mesas son iguales. Esa oscura mesa que ahora tiene ante sí no es nada comparada con esa esplendorosa mesa que alguna vez vio en el palacio de Versalles. Por lo tanto, el concepto de mesa es bastante democrático y tiende a confundirlas a todas bajo la palabra “mesa”, lo cual obliga ciertas veces a aclarar de qué mesa se está hablando.
            Lamentablemente, para entendernos entre nosotros, y hable el idioma que usted hable, ninguna palabra designa una cosa particular. La palabra “mesa” no se refiere a una mesa en particular, en todo caso es usted el que se está refiriendo, con esa palabra, a una mesa en particular. En conclusión, no existe algo que podamos denominar La mesa, con mayúscula, al menos en la realidad efectiva. Solo hay mesas, en plural.
            Esto, que parece tan trivial, dio lugar a los más acalorados enfrentamientos filosóficos, enfrentamientos que se remontan a Platón y que tuvieron su expresión más acabada durante la Edad Media. En efecto, durante esa época, las disquisiciones sobre la relación de los nombres con los particulares se confundían con la trinidad  (Si Dios es uno y trino, entonces Jesús es Dios, pero a su vez Jesús no es el Padre ni el Espíritu santo, etc, etc, etc) Más allá de los inconvenientes religiosos que suscitó este problema semántico, las soluciones que se dieron a tal problema fueron principalmente dos, que a su vez eran opuestas; el realismo y el nominalismo.
            El nominalismo, de carácter más avanzado,  pregonaba que sostener la idea de la existencia de una MESA era una necedad. Para ellos no había un universal mesa, o mejor dicho, ese universal moría en el lenguaje. Pero se veían en la necesidad de explicar una palabra, “mesa”, y por lo tanto de explicar un pensamiento que daba cuenta de cualquier mesa. La solución más plausible al respecto fue dada por Pedro Abelardo; un determinado grupo de personas conviene en asignarle la palabra mesa a todas esas cosas parecidas, por lo tanto el lenguaje es convencional y arbitrario. (Dejo a su fantasía las implicancias que esto trae con respecto a la trinidad y las consecuencias que esto le deparó a Pedro Abelardo.)
            El realismo, de carácter más conservador, pregonaba la existencia efectiva real del universal, (que, para no cambiar el ejemplo, vamos a seguir llamando mesa.)  Pero el problema que esto suscitaba era cómo se debía entender ese universal. ¿Habría una existencia separada de esa mesa, que daba cuenta de las otras mesas en un ámbito de realidad superior, al modo platónico? ¿O ese universal estaría sujeto inseparablemente a las cosas que así designan?

            Este problema de los universales, que es esencialmente sencillo como todo gran problema filosófico pero que se complica a medida que uno lo va pensando, puede ser explicado satisfactoriamente por medio de un chiste de Godines.
Godines es un oscuro personaje de Gómez Bolaños__ El chavo del ocho__.  Es necesario aclarar que Gómez Bolaños es el Chavo del ocho porque Godines también es Gómez Bolaños, ya que es el hermano del otro, el brillante. Esta aclaración no sería necesaria si cada persona portara un apellido diferente del resto. Como esto no es así, se llega a situaciones indeseables como confundir a un Gómez Bolaños que es brillante con un Gómez Bolaños que es un menso, que es lo mismo que confundir a la mesa de Versalles con la mesa vulgar.
Si tuvo infancia habrá visto que algunos capítulos de El Chavo se desarrollan en la escuela. A esa escuela concurren los chicos de la vecindad.  Pero hay uno que no es de la vecindad, que se sienta en la última fila y que rara vez abre la boca; Godines. (Siento una especial predilección por este personaje, pues es el único de la tira que, al no ser protagonista, no repite cien veces el mismo chiste, y cuando habla suele ser implacable.)  Como todos los personajes de Gómez Bolaños, Godines está magistralmente caracterizado. Lo suyo es el agregado inusualmente estúpido al tema que se esta tratando en la clase, el comentario insensato o la renuencia para responder a una pregunta que nadie formuló. Lo que nunca se ve en Godines, y que solo vemos en Ñoño, es la respuesta voluntaria a una pregunta del profesor Jirafales dirigida a la clase en su conjunto. Y más infrecuente es que esa pregunta sea respondida correctamente, por eso me pareció tan extraordinario el chiste que sigue.
Jirafales pregunta cuáles son los cinco continentes. Godines levanta la mano. Todos se sorprenden. Mientras se toma el dedo meñique y lo mira, dice, “América”. Después se toma el anular, “Asia”. El mayor, “África’. Y así hasta completar los cinco dedos, que coinciden con los cinco continentes.  Ni los otros alumnos, ni el profesor, ni el televidente lo pueden creer. Jirafales lo felicita e insiste con otra pregunta. ¿Cuáles son los cinco dedos de la mano? Godines pide la palabra. “América, Asia, África, etc.” siempre tomándose un dedo por vez.
De la misma manera que el filósofo se detiene ante la mesa vamos a detenernos ante el chiste de Godines, que de esta manera perderá toda su gracia pero al menos nos enseñará algo. (Puede ser que con la mesa pase lo mismo.) (¿Puede ser que con el filósofo también?)
Godines le asigna un nombre fijo a cada dedo. El meñique es América y siempre va a ser América. Seguramente todos los meñiques del mundo son ‘América’. Y poco importa si es el dedo América o el Continente América. A la pregunta “¿qué es un dedo?” hubiese contestado “un continente”, porque para Godines dedos y continentes son mutuamente intercambiables, son sinónimos.
La raíz de este embrollo se encuentra en el momento en que Godines asimiló ese conocimiento, (o al menos intentó asimilarlo.) Seguramente no tenía un mapa y estudió los nombres de memoria. Para retener esos nombres primero los contó, luego les dio un orden y para terminar los enumeró incansablemente valiéndose de los dedos para fijarlos en la memoria. La memoria le respondió como era de esperar, sin embargo, como hemos visto, algo no anduvo bien. Y es que Godines carecía de un modelo de referencia, como un mapa. (Aunque de haber contado con uno es muy probable que hubiese terminado por pensar que Europa es un lugar que se encuentra ubicado arriba de la hoja.) Como no tenía un modelo, la misma insistencia en contar los continentes le proporcionó uno; los dedos. Se puede decir que Godines llegó a convenir consigo mismo, por obra del mismo uso, que sus dedos eran los continentes.
En este último sentido, Godines demuestra que el lenguaje es convencional y arbitrario, como ya lo demostrara Abelardo, pero, si Godines pudiera manifestarse al respecto nos diría una cosa muy diferente, dado que  ha tenido que valerse de un modelo.
En efecto, Godines, en otro sentido, demuestra la necesidad fatal que tenemos de contar con un modelo. Si ese modelo no existe, lo inventamos, y muy probablemente olvidemos o directamente no sepamos que se trata de un invento. Esta última ignorancia nos llevará a suponer a ese modelo como preexistente y natural, y a esa existencia, en virtud de su misma necesidad, como de mayor realidad que la pluralidad de casos que ella designa. Si Godines fuese interrogado por la causa de que ese dedo se llame América diría que eso siempre fue así pero que él lo desconocía. 
Pero es muy posible que estemos subestimando a Godines. Aunque es probable que él crea que no hay una América sino tantas Américas como dedos meñiques hay en el mundo, también es probable que el menso haya asimilado un conocimiento muy distinto. El problema no es que confunda los dedos con los continentes o viceversa, el problema quizás sea que los que estamos confundidos seamos nosotros. Godines pensó en la existencia de un raro ente llamado Los cinco que aglutina en cuanto género a todo aquello que se cuenta en número de cinco; Los cinco dedos, los cinco continentes, los libros del Pentateuco, las líneas del pentagrama, los Cinco grandes del buen humor o las cinco medallas de la viejita del tango de Gardel y Le Pera. Esta entidad que llamamos Los cinco, y que recuerda extrañamente a los pitagóricos, termina siendo un ultraplatonismo 

La importancia de llamarse José Leandro

La importancia de llamarse José Leandro.68

            Me gusta Misiones. Me gusta su gente.
            Visité a mi abuela. Diez años sin verla. Para festejar mi llegada, mató una gallina. Estaba riquísima.
            Un día después llegó Betiana. Betiana es mi prima. Diez años sin verla. Para agasajarla, abuela mató un cerdo. Era evidente que Betiana, para abuela, era más importante que yo. Eso me puso celoso
            Una semana después llegó mi tío. Tío es pastor. Diez años sin escucharlo. Para su homenaje, abuela mató una vaca. Vaca estaba rica. Yo estaba celoso.
            Un par de días después llegó Melenchuk. Melenchuk es el intendente. Ahora querían homenajear a Melenchuk. Me pareció que me miraron. Para evadirme, me ofrecí como voluntario para matar una vaca, la más grande. Abuela sonrió. Me pareció que todos sonrieron. Tomé un cuchillo y con paso firme me interné en el potrero. Cuando noté que nadie me seguía me metí en las plantaciones de té. La noche me perdió en ese laberinto verde. Me senté. Me dormí. Una voz que llamaba me sacó de una pesadilla. José Leandro, dónde estás. La realidad era una pesadilla. Quise correr,  pero noté que abuela venía sola. Tomé el cuchillo y la llamé. Vi su diabólica sonrisa y, cuando estuvo a mi alcance, la maté. Corté su cuerpo y lo enterré en lugares pequeños y apartados. No obstante, me comí un brazo. Le quería demostrar que yo también soy importante.




68 La ausencia de artículos que acompañan a los sustantivos es adrede, e intenta imitar el habla de cierta gente de la zona.

DOS POSTURAS FILOSOFICAS

DOS POSTURAS FILOSOFICAS.
Nací ateo, como todo el mundo.”                                        Lars Von Triers.
           
            La carrera de filosofía consiste en la repetición implacable de pensamientos ajenos. Con todo lo útil que esto tiene, no me resigno a esta ortodoxia académica y suelo amalgamar arbitrariamente lo que otros piensan, y llego hasta la distorsión del pensamiento ajeno. Fui censurado repetidas veces por esta actitud  Poseo un espíritu inquieto por naturaleza, casi infantil, y tiendo a escuchar más lo que quiero que lo que me dicen. Modifico esos pensamientos en provecho propio y descubro el filósofo que llevo adentro.
Como esas prácticas académicas no son estimuladas me refugio en este rinconcito tan privado para reflexionar sobre los temas más incómodos que se  pueden tratar A continuación van dos posturas filosóficas que se complementan. Están construidas con lecturas incompletas e imperfectas de los grandes filósofos, (que construyeron muchas veces sus sistemas de igual manera), y poseen ese toque personal que dibuja un retrato bastante  fiel del escritor, más que de sus ideas. Mi intención no es convencerlo de la utilidad de mis pensamientos, sino de la inutilidad de los suyos. El lector instruido podrá saber o adivinar  de que fuentes me alimento aquí o allá, pero deberá reconocer la originalidad, buena o mala, de una filosofía personal.* Me doy por satisfecho si es aceptado el cariz fantástico, el hecho estético, que en fin de cuentas la filosofía no es más que literatura, única manera de no considerarla una perdida de tiempo.
           
Ø Sobre lo útil y lo incierto.

Poseemos cinco sentidos que nos acercan el mundo. El mundo, se sabe, no es lo que percibimos de él, o, para ser más exacto, no es sólo lo que de él percibimos. Nosotros no percibimos los sonidos de baja frecuencia y los perros no ven el color rojo. El mundo del mosquito es radicalmente diferente al nuestro, aunque sólo un mosquito podría ilustrarnos sobre él.  Por lo tanto, ignoramos más de lo que sabemos del mundo, y debemos limitarnos a hablar de nuestro mundo, el mundo de nuestra especie. Pero, ¿conocemos realmente nuestro mundo? Supongamos que la respuesta es NO. Eso implicaría que conocemos o percibimos, aunque sea de manera muy vaga, casi como un fantasma, aquello que se nos escapa.
¿Hay alguna razón para que estemos limitados a nuestro mundo? Primero debemos plantearnos otra  pregunta. ¿Por qué no podemos escuchar los sonidos de baja frecuencia? ¿Por qué no disponemos de 6 o 7 sentidos? A lo cual se responde con la siguiente pregunta ¿para qué queremos escuchar los sonidos de baja frecuencia  o tener un séptimo sentido? Todas esas cosas son inútiles y no nos sirven para nada. La posesión de esas capacidades no haría otra cosa que entorpecer nuestras vidas. Sería como vivir permanentemente sumergido en ácido lisérgico. La naturaleza nos a dado lo que resulta adecuado para lo que somos. Nos dio lo útil, y afirmo que la utilidad es el principio que constituye el mundo, el nuestro. Habrá otros, muy idóneos para que se desarrolle la vida de un perro o de un mosquito. El nuestro es, antes que otra cosa, útil. Pero, insisto, ¿conocemos realmente nuestro mundo?
 El mundo es una colección de objetos que recortamos, principalmente, por medio de conceptos. Estos, que son como todo lo que sigue después de los dos puntos en un diccionario, varían de persona a persona. Para mi cigarrillo es una fuente de placer inagotable que extraño mucho y que quisiera volver a encontrar. Algo que al mismo tiempo me restringe la capacidad física y que me hace recordar al cáncer y a una vieja novia. Por supuesto que mi concepto de cigarrillo no se agota en esta libre asociación, pero es evidente que para otras personas cigarrillo es otra cosa. Y según los diccionarios es “ un rollo de hojas de tabaco que se enciende por un extremo y se chupa o fuma por el otro”, lo cual demuestra que están escritos por inhumanos, perros o mosquitos.110  De todas maneras, es posible encontrar alguna persona que coincida con mi concepto de cigarrillo, pero, como el mundo es algo más que cigarrillos, es imposible que el mundo de otra persona coincida con el mío.
Basta que salga a la puerta de mi casa para que el mundo se presente inmensamente rico. La cantidad de cosas que caen en mi campo visual es enorme. Allí hay de todo. Pero mi cerebro recortará de esa imagen sólo aquello que por costumbre ve, y que es una cantidad increíblemente pobre sobre el total. Advertido del asunto, puedo llegar a descubrir el resto de los objetos, pero siempre recortándolos del resto, un pequeño grupo por vez.  Aunque lo normal, lo espontáneo, lo útil, es recortar aquellos aspectos de la realidad a los cuales estamos acostumbrados o de los cuales conocemos algo. Como Juan, que se compró una moto y descubrió que no solo había gran cantidad de motos en las calles, sino también gran cantidad de modelos. Como Pedro, que reparaba en cada bebé que cruzaba en la vereda a partir del día que supo que iba a ser papá.  Lo que recortamos de ese mundo son aquellas cosas que nos interesa de manera egoísta, por lo tanto, podemos afirmar que el mundo que percibimos somos nosotros mismos. Luego, no existe ese mundo objetivo al que hemos denominado “nuestro mundo”, existen mundos; el mío, el tuyo, el de Juan.
Sin embargo, aunque ya no tenemos un mundo objetivo, continuamos comprobando que nuestro mundo privado continua sosteniéndose en la utilidad.111
Le sugiero que intente observar su entorno. Lo que cae en su campo visual es mucho. Por acá una calculadora, por allá un reloj, una mesa, una hoja, una lapicera, etc, etc. Usted releva esas cosas una por una. Cuando lo hace ya le está añadiendo un concepto, le está añadiendo su forma de ser útil. Esto es para escribir, aquello da la hora y lo otro sirve para hacer cuentas. Si miramos el reloj, por ejemplo, veremos que se puede desintegrar en ulna serie de conceptos que lo constituyen; agujas, números, péndulo, etc. Esa es una estructura conceptual. Si concebimos el reloj en su conjunto, lo hacemos porque presta una utilidad, sirve para algo, al igual que muchos de nosotros.112
Sin embargo, ese reloj, por más que sea una obra humana, no es un reloj, ante todo es un ente. Al igual que la lapicera, la calculadora o cualquier cosa que cae en nuestro campo visual, solo es lo que es en el momento en que no reparamos en él. Caso contrario ya le imprimimos un concepto y restringimos nuestra apertura hacia el mundo. Las cosas son lo que realmente son cuando las ignoramos.
Hay personas que intentan con diferente fortuna abrirse a ese mundo, principalmente los artistas. Yo creo que nunca lo lograrán. Por suerte el patrimonio del arte no tiene techo. Todos los fantasmas que nos rodean le dan un grado de incertidumbre muy alto a la realidad.


>Sobre la causa de la existencia de Dios.                                       

            Los niños no profesan religión alguna. Su mundo es el mundo de todos. Todavía no disciernen los útiles propios de los ajenos, manifestando esa característica en el típico egoísmo infantil. Mamá y papá son útiles, una prolongación de ellos mismos, de la misma manera que lo es un juguete. Por lo tanto no profesan religión alguna, naturalmente.
            El paso del tiempo  los deja solos, angustiados en su mundo adulto,  particular, que ahora se revela amarrete, pobre. Si antes el mundo eran ellos, ahora ellos son el mundo. Se ven obligado a interactuar con otras personas que, aunque semejantes, difieren sustancialmente de él mismo. Se adhieren a una religión, o a ninguna; a un dios, o a ninguno, y encuentran que muchos manifiestan esa adhesión, pero de diferente manera, tantas maneras como personas hay.113
            Así, de la misma manera que hay un mundo para cada uno según la utilidad, también hay un dios para cada uno según la utilidad (o la inutilidad, como en el caso de los ateos y los agnósticos.) Un vecino del barrio puede figurarse a dios con características parecidas a como me lo figuro yo, pero resulta altamente improbable que su representación coincida con la mía, en tanto somos dos mundos distintos. --Al punto tal que, para él, yo soy el vecino del barrio--. Dios no es una necesidad universal sino individual. No nos podemos resignar a la certeza de la fatalidad más grande: yo soy yo. La autoconciencia es la causa más evidente de la existencia de dios, precisamente porque es inexplicable y necesitamos de una instancia superior que la justifique. Voy a ilustrarlo con mi propio pensamiento, que no es más que una experiencia interior e intransferible.
Es obvio que dios existe, pues el hombre lo inventó (la frase no es mía.) Hablamos de él como hablamos de la libertad, de mil maneras. Es una necesidad que, como la de la muerte, le da sentido a la vida; incluso en un sentido inútil. Si tengo que ponerme un rótulo, soy deísta (dios puso el mundo en movimiento y, afortunadamente, lo olvidó.) En su acto de creación le imprimió un tipo de armonía perenne que pone orden en el universo y lo torna bastante previsible. Los hombres estudiamos esta armonía por medio de la ciencia Física. Hay una lógica en el universo, una lógica física, por la cual los milagros quedan abolidos. Quizás el hombre mañana altere esa lógica física, pero sólo dentro de los límites de su propia lógica, que no es otra cosa que la física del hombre.
Sin embargo, mi postura filosófica al respecto,  que solo constituye una explicación de mi “religión” (o de mi mundo) ni yo mismo me la explico. Todas estas posturas pecan de ingenuidad, y revelan por eso mismo nuestros residuos infantiles. Esta es la razón por la que proyectamos a dios como padre de la humanidad. Él, al menos idealmente, tiene que satisfacer nuestros caprichos. Las religiones, que mancomunan a millones en sus filas, sólo reclaman un común anhelo de restituir el mundo infantil, el privado, de reducir a dios a las dimensiones de un padre de familia que en el cerebro del niño solo es un instrumento de ese mundo.  Por lo tanto, la religiosidad esconde el deseo de su propia aniquilación. Si los fieles se ven retribuidos holgadamente por dios relajan su fe, pues sienten que ese mundo se acerca al de su infancia (y puede ser que la felicidad sea la vivencia en el propio espíritu de un mundo de tipo infantil.) ¿Será preciso crecer (dije crecer, no creer) para entender la causa de dios y, sobre todo, de nuestra autoconciencia por la cual fatalmente yo soy yo y vos sos vos? No pudiendo volver a la infancia sólo nos queda seguir creciendo. Quizás con la muerte encontremos a dios, y descubramos en él a otro vecino del barrio.






* Si quiere una ayudita, el primer artículo es malo, y el segundo es bueno.
110 Es alarmante que las enciclopedias dediquen tan poco espacio a las cosas más habituales de nuestra vida, como cigarrillos, sillas, mesas, zapatos, etc, que tienen una historia detrás, una serie de variantes o modelos y unas determinadas formas de uso. ¡Claro, es eso! Son útiles. Son tan útiles que  su misma vulgaridad las ha condenado a no despertar mayor interés entre los humanos. Un buen escrito sobre los conceptos y el relativismo cultural es Mirando un árbol atentamente, en este diario. Allí podrá notar la diferencia conceptual de árbol, baño, comida, naturaleza, etc.
111 Valga la aclaración; el mundo está segregado entre lo útil y lo inútil, de modo que en este texto la palabra útil incluye su negación, ya sea parcial o total, dado que algo puede ser inútil para esto pero no para aquello.
112 Los conceptos__ o sea los prejuicios__ que aplicamos a personas desconocidas cuyo trato no padecemos son, casi invariablemente, falsos. Cuando reparamos en ellos es porque nos empiezan a resultar útiles (para hablar, para lucrar, para seguir, para garchar, o para lo que sea.) Sin embargo, al revés que en el caso de los cochecitos, el concepto que construimos de esa persona continúa siendo falso. En tanto no podemos dar cuenta de la representación que esa persona tiene del mundo. Así, como se verá después,  compartimos un mundo físico que no existe mas que a nivel intelectual, y hay tantos mundos posibles como personas en el mundo hay.
113 Esta diferencia entre los niños y los adultos puede incluirse en Donde los razonamientos nadan como un feto, primera parte, como razón suficiente para el infanticidio, en tanto los niños no son, como pretende la iglesia, inocentes ante dios, sino, como pretende el cineasta danés, ateos por naturaleza. Si se me permite la expresión, la naturaleza predomina en ellos naturalmente. Por otra parte, de alguna manera este escrito es un complemento, más prosaico y menos sintético, de Historia de occidente. (Ambos textos en este diario)

Antes de mayo (Teatro)

ESTA OBRA INTEGRA EL VOLUMEN LOS INEPTOS, PUBLICADO POR DEVERET EDICIONES. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. (J.L.Bao)                                           

ANTES DE MAYO
(Comedia negra en dos actos.)

Personajes: 10 (2 no hablan.)

Negro

Gaucho
Indio
Preso
Cesar
Papa
Mama
Nena
Oficial  (Ingles.)
Soldado 1 (Ingles.) (No habla.)
(Soldado 2 (Ingles.) (No habla.)

            La indumentaria del Negro, el Gaucho, el Indio y el Preso obedece al estereotipo mas difundido y no se corresponde a la época ni al lugar de la acción. Así, el Indio es mas parecido a un Siux del norte de América que a un querandí de las pampas; o el preso parece salido de una cárcel del siglo XX y no de una del XIX.
            La indumentaria de los otros personajes será de época (principios del XIX), y Cesar y Papa usaran galera. El traje histórico del Regimiento de Infantería 1, Patricios, será indispensable, pues marca una analogía con el uniforme ingles—puede ser el de Cazadores escoceses o cualquier otro de color rojo—y supone ulna síntesis entre la galera de los hombres y la pluma del indio.
            El habla de Cesar (no siempre el lenguaje) se acomoda torpemente a su procedencia. De esta manera, Cesar habla con acento castellano, pero puede eventualmente utilizar un lenguaje criollo. El Oficial  habla con un exagerado acento ingles. El Preso, que es holandés, y un poco de ningún lado, habla como un porteño del siglo XX, al igual que el resto de los personajes no especificados.
























ACTO PRIMERO
(Escena primera)

(El interior del alto o planta alta de una casa colonial. Una gran ventana con rejas se destaca en el centro, y junto a esta una pequeña cómoda con dos o tres cajones grandes. A la izquierda de la ventana, un armario. En el centro una pequeña mesa. A la derecha, de frente, hay un sillón. Ala izquierda quizás haya un piano. Además, la casa puede tener todos los muebles que el director crea conveniente. Por la ventana puede verse claramente la parte superior de un mástil con la bandera española.)(De espaldas, CESAR y PAPA mirando por la ventana. Se escuchan voces de vendedores ambulantes.)

VOZ EN OFF 1__ Mazamorra, mazamorrita, para la señora que lo necesita.
VOZ EN OFF 2__ Aguatero, aguatero, llegó el aguatero.
VOZ EN OFF 3__ A la rifa, a la rifa. Compren una rifa para la iglesia Del Pilar, que dios se lo va a agradecer.
VOS EN OFF 4__ (Suena una corneta.) Última noticia: la armada de Su Majestad ha sido vencida en el cabo de Trafalgar.
VOZ EN OFF 5__ Fruta fresca, Fruta fresca.
(Estas voces se irán intercalando a lo largo de la escena entre los discursos de los actores según el criterio del director. Progresivamente Irán perdiendo el volumen y la frecuencia hasta callarse al final de la escena.)
CESAR__ Que ruido. Y cada día es mayor.
PAPA__ Como ve, la ciudad esta prosperando, las calles están iluminadas y hasta hay una a la que le han puesto empedrado. Nuestro virrey,  realmente sabe hacer las cosas.
CESAR__ Lástima los extranjeros, están por todos lados. Antes uno se asomaba a la ventana durante la siesta o durante la misa y solo perros veía. Ahora hay perros y extranjeros, que es como decir lo mismo.
PAPA__ No es para menos. He recorrido el mundo y he notado que la mejor forma de saber de la prosperidad de un lugar es contar la cantidad de extranjeros que tiene. Este país esta lleno de forasteros; gente del altiplano, paraguayos, cordobeses. Y también de los otros; alemanes, holandeses y muy especialmente ingleses. (Pausa.)
CESAR__ Tengo miedo. Se han perdido los valores, las buenas costumbres.
PAPA__ ¿Como cuales?
CESAR__ Como no tener miedo.
PAPA__ ¿Miedo a qué?
CESAR__ Al porvenir. (Pausa.) Baje del barco hace menos de un día y ya han matado a dos personas, ¡coño!
PAPA__ ¿Se refiere a los dos gringos?
CESAR__ (Sorprendido.) No sabía que eran extranjeros. Mejor así.
PAPA__ Si, extranjeros, pero personas como usted y como yo al fin, que vivimos del comercio y que a nadie molestamos.
CESAR__ ¡Joder! Tendremos que andar con cuidado ¿De dónde eran?
PAPA__ Los mataron por ingleses…
CESAR__ Muy bien hecho. Esos herejes protestantes no merecen piedad.
PAPA__… Pero se equivocaron: uno era irlandés, católico como cualquiera y de buen juicio. También se equivocaron con el otro: era del norte de América y odiaba a los ingleses tanto como cualquiera de por acá. (Entre irónico y minimizando el asunto.) Parece que hablar ingles es un problema.
CESAR__ El problema es ser atacado.
PAPA__ Eso pasa en todos lados.
CESAR__Esas cosas no pasaban cuando dejé la ciudad.
PAPA__ Bueno, usted no habla ingles, tampoco se preocupe tanto. (Pausa.)
CESAR__ Muchas cosas han cambiado. Incluso en la intimidad de nuestras casas. (Pausa.) Escuche, le voy a decir una cosa: mi esclavo me mira a los ojos. Me sostiene la mirada... no la baja. Todavía obedece, pero no sé por cuanto tiempo más. Se muestra arrogante y altivo.
PAPA__ ¿Cuál de ellos?
CESAR__ El más alto, el más fuerte... el más caro.
PAPA__ Usted debe hacerse respetar. ¿Porqué no le ordena que...?
CESAR__ (Interrumpiendo.) ¡Vamos! ¿Es que acaso no entiende? (Pausa.)(Como reflexionando, ensimismado) La culpa es de mi abuelo. Hace cien años compró un negro bozal, recién traído de Angola. No hablaba el español, no entendía nuestra cultura, no había pisado una iglesia. Era un santo... Fiel como un perro. Mi abuelo lo cruzó con una negra que media dos metros, para tener esclavos grandes y fuertes. Así fue como mi padre heredó de mi abuelo un negro de dos metros. Pero mi padre no tuvo mejor idea que cruzar a este negro con otra negra de su misma talla. Así fue como llegó este negro a mi casa  (Pausa breve.) Como verá es de pedigrí. Vale una fortuna, Mi señora está empecinada en no arriesgarlo más que en tareas domésticas. Se ha acostumbrado a la vagancia. Le gusta ir a la iglesia. Es callado. Reza mucho. En su silencio se esconde algo...
PAPA__ Bueno, no es para tanto. Piense que los pobres negros vinieron hacinados en los barcos, nadando sobre sus propios vómitos, en condiciones miserables…Quédese tranquilo que no va a pasar nada.
CESAR__ Usted es muy optimista. (Larga pausa.) No se oye nada. No hay nadie en la calle.
PAPA__ Deje sus temores. Están todos en la iglesia
CESAR__... Y yo tengo que pasar por mi casa y coger a mi familia. Ya se me olvidaba una buena costumbre
PAPA__Lo acompaño, tengo algo importante que decirle.
(SALEN POR LA DERECHA.)

                                                           (Escena segunda)

 (Mismo ambiente.)
(La NENA esta leyendo una carta que acaba de escribir. Mira por la ventana con intermitencias.)
NENA__ Se abre un nuevo ano y no sabes lo contenta que estoy. Papá esta en la Banda Oriental, que es lo mismo que decir enfrente, pero lo bueno es que no esta entre nosotros. Seria perfecto si se hubiera decidido a marchar tierra adentro, donde los indios. Todas esas misiones punitivas contra el salvaje se vuelven tan riesgosas que una de dos: o se retorna héroe o se retorna cadáver... o indio (se ríe). Como recordarás ya ha vuelto héroe alguna vez, pero parece que no le gusto y se decidió por la otra orilla. (Pausa.) Desde mi ventana alcanzo a ver cualquier embarcación. Cuando los visitantes y los que retornan se asoman al barro de esta asquerosa ciudad, yo ya adivino las notas más importantes de los que llegan. La gente buena, la gente cultivada destaca sobre el resto. Son lindos por naturaleza. Descienden de los carretones con las manos vacías porque tienen quien cargue con sus cosas. Llego a imaginar el perfume que esconde esa piel bajo esos uniformes bellísimos. Los amo... No encuentro hombre de jerarquía entre los nuestros. Son baratos. No conocen la buena moda ni los buenos modales. Son pendencieros. Son barro. No son hombres. Papa esta decidido a ensuciar la casa, a casarme con uno de estos. Quiero que se muera. Íntimamente su deseo es casarme con un indio; una flecha en mi corazón. (Se ríe.)  Quiere casarme con un potro, que lo reduzca, que lo monte, que lo domestique. ¡Ay, amiga! Si supieras cuanto cuida papá su dinero, su hogar que afortunadamente poco ve y estas ventanas que dan al río.
(ENTRA PAPA)
NENA__ ¿Ya llegaste? Pensé que estabas enfrente. (Esconde la carta a sus espaldas.)
PAPA__ Y yo pensé que estabas en la iglesia. ¿Por qué no fuiste? (Pausa.) Estuve en Montevideo esperando un embarque de mercancías que venían de España. Pero no llegó ese barco… no llegó ninguno. Sólo la triste noticia del episodio de Trafalgar. Se han hundido todas las armas de su majestad. Ahora los mares tienen un solo dueño: Inglaterra.
NENA__ ¿Vas a comerciar con ellos, padre mío?
PAPA__ (Pausa.) No. Es peligroso.
NENA__ ¿Y qué va a pasar con tus negocios?
PAPA__ Justamente de eso te quería hablar. Te tengo una sorpresa. Si todo sale bien vamos a hacer fortuna. Haz cumplido once años, y aún no te he dado un regalo por eso.
NENA__ (Entusiasmada.) ¿Dónde está?
PAPA__ Lo tenía acá hace un rato. ¿Te acordás de Cesar?
NENA__ (Contrariada.) ¿El conde?
PAPA__ Sí. Es una buena persona y te va a querer. Anda necesitando algo como vos, y nosotros necesitamos algo como él. Su patrimonio es muy sólido. Cierto que quizás tenga algunas ideas raras y quizás sea demasiado intransigente con los extranjeros. Pero estoy seguro que será un buen marido. (Pausa.) ¿Qué escondés ahí atrás? Vamos, dame eso (Ella accede.) (La lee brevemente y le da una cachetada con las hojas.) (Ella permanece impasible.) Ya te dije que no quiero que te relaciones con esa mujer. Tiene la cabeza llena de ideas raras. (Arruga la hoja y la arroja al piso.) Se dirige hacia la salida de la derecha, pero antes de salir agrega.) Te vas a casar con Cesar porque ese es mi deseo… y el de Cesar.
NENA__ (Se arrodilla y toma las hojas arrugadas.) (Apenada, murmurando.) Ni siquiera me dejan tener una amiga.
(ENTRA MAMA.)
MAMA__ ¿Ya le diste de comer al gato?
NENA__ (Escondiendo la mirada.) Si
MAMA__ ¿Y al perro?
NENA__ (Igual.) Si.
MAMA__ ¿Y al negro?
NENA__ (Violentamente, mostrando la cara.) El negro sabe cocinar.
MAMA__  ¿Qué te pasa hija mía? (La abraza.) Ni siquiera fuiste a la iglesia. No sabés que lindos muchachos…
NENA__  (Interrumpiendo.) Papá me quiere casar.
MAMA__ (Entusiasmada.) ¡Ya era hora!
NENA__ Con Cesar
MAMA__ Hay cosas peores.
NENA__ Yo no quiero casarme con Cesar
MAMA__ (Lentamente) Yo tampoco quería casarme con tu padre… sin embargo…
NENA__ (Molesta.) ¿Sin embargo qué?
MAMA__ Bueno… (Piensa) sin embargo, si no me hubiera casado con tu padre vos no estarías acá… Cuando tengas un hijo lo vas a entender.
NENA__ Es que no quiero tener un hijo con Cesar.
MAMA__ Yo tampoco quería tener un hijo con tu padre. Sin embargo…
NENA__ ¡Basta! No quiero casarme.
MAMA__ ¿Pero no querés tener un hijo?
NENA__ Si, pero….
MAMA__ Para tener un hijo hay que casarse.
NENA__ ¡Me querés cruzar con Cesar como si fuese una negra!
MAMA__ Vos no sos negra.
NENA__ ¡Mamá, sos la esclava de papá¡
                                  
(Escena tercera)

(Un fuerte de madera. En el medio de la escena y dividiéndola en dos, hay una pequeña empalizada que marca el limite entre el lado derecho y el lado izquierdo del escenario. Sobre este ultimo lado, que es el lugar del fuerte, hay algunos trastos viejos y sucios, uno o dos animales de corral y un pedazo de carne que se esta asando sobre una estaca.) (Al fondo se ve, con alguna dificultad, junto a la empalizada, seis o siete damajuanas,.) (El Gaucho esta tomando mate.)

GAUCHO__ Que aburrido que estoy. Tratar con estos salvajes no era tan peligroso como decían. Tengo un fusil y no tengo balas. Y para que las quiero si no las se usar. Lo mío son las boleadoras y el cuchillo. (Pausa.) Ahora resulta que el tipo era irlandés y católico. Ja! Que combinación. (Levantando la mirada, como hablándole a dios) Portate bien, mira que yo no sabia nada. Te lo juro. Bueno, a decir verdad, si esto es un castigo tan mal no la estoy pasando.
(ENTRA EL INDIO, con una carretilla.)
GAUCHO__ ¿Qué quieren?
INDIO__ Queremos avanzar y destruir toda la civilización.
GAUCHO__ Y como podríamos evitarlo.
INDIO__ Estamos sedientos.
GAUCHO__ (Saca una damajuana y se la entrega.) Mire, ahí tiene más.
INDIO__  (Sortea la empalizada y va llenando la carretilla con las damajuanas.)
GAUCHO__ (Al indio, distendido.) Mire, yo no soy un santo. Yo también mate gente. Lo primero que mate fue un negro que no valía nada. Su dueño se entero y quiso que se lo pagara. Y lo pague. Pero por barato que sea un negro para un pobre siempre es caro. Hubiera preferido que me redujeran a la esclavitud, pero dijeron que no era lo suficientemente moreno. En otro momento quise irme con ustedes, pero me dijeron que era blanco. Entonces fui con los blancos... y me dijeron que no era nada. Así fue como termine en la frontera. Pero, créamelo, en la frontera de todo.
INDIO__ (Ya ha terminado de llenar la carretilla y se dispone a partir.) Nos vemos.
GAUCHO__ Oiga. Hace tiempo que le quería decir algo. Yo no soy un santo, pero la vida me ha enseñado: nada se gana con la violencia, amigo.
INDIO__ Salvo que haya algo que ganar.
(SALE EL INDIO por la izquierda, con la carretilla.)
GAUCHO__ Pero yo no tengo nada que ganar. Todo lo perdí: la tapera, la china y hasta el caballo. Afortunadamente no perdí a mis padres porque nunca los tuve. (Pausa.) Yo no se por qué el gobierno, nos manda aquí, a la frontera, gringada que ni siquiera se sabe atracar a un pingo.
(Mirando hacia la salida de la izquierda, o al frente, hacia algún horizonte.) ¿Quién viene? (Se escucha el galope de un caballo.) Es un oficial. Les tengo más miedo a estos que a los indios.
VOZ EN OFF de PAPA__ Venga conmigo.
GAUCHO__ (Vacilando.) Pero... es que yo estoy acá para...
VOZZ EN OFF de PAPA__ Deje todo. Hay cosas más peligrosas que los indios.
(SALE EL GAUCHO por la derecha. La escena queda vacía por unos segundos.) (ENTRA EL INDIO por la izquierda, sigilosamente. Como nota que no hay nadie cruza la empalizada y se dispone a salir por la derecha. Antes de salir hace un gesto, invitando a otros que se encuentran a la izquierda. Luego se escucha el galope de muchos caballos.) (SALE EL INDIO.)

                                                           (Escena cuarta.)

            (Una cárcel. Hay una cama. En el fondo una ventanita con rejas. Sobre algún costado se tiene que ver la reja perimetral y la puerta.)

(De abajo del colchón saca una pala. Toma la cama y la voltea violentamente.) (Justo debajo de la cama hay un pozo, que continúa cavando mientras dice su parlamento.) Que silencio. O están todo en la cama o están todos en la iglesia. Mientras los demás bostezan, yo aprovecho. Primero me iban a colgar en la plaza, pero parece que el verdugo se quedó dormido. Todavía no me explico como pude caer en este lugar tan horrible, lleno de rejas por todos lados. Y ojo que estoy hablando de la ciudad. Naci en Holanda y crecí en el mar, robando el cargamento de cuanto barco se me cruzaba. Pero cuando puse un pie en Buenos Aires, y vi lo dormido que están todos, no lo dude: me dije; acá voy a tener mucho trabajo. Y así fue. Robe mucho y no tuve inconvenientes. Siempre zafé porque buscaban al indio o al negro. Si me enganchaban tampoco había problema; tenia lo suficiente como para pagarle a quien corresponda, incluso a la victima.  Pero no hay nada que dure para siempre. Un día tuve la mala idea de afanar el altar de una iglesia. Y ya se sabe; este pueblo odia a los que no creen. Pero son bastante estúpidos, y sé que voy a tener otra oportunidad. (Se oyen pasos.)¿Quién será? (Se apresura a tapar el pozo con la cama.)
(ENTRA PAPA, saca unas llaves y abre la reja.)
PAPA__  Deje ese pozo y venga conmigo.


(Escena quinta.)

(Una plaza, que solo estará aludida por un mástil, y que por lo mismo parece tratarse mas de una plaza de armas que de una plaza convencional. En el mástil la bandera de España. Al fondo una casa colonial que domina todo ese sector de la escena. En esta casa, de dos plantas, domina una gran ventana en la planta superior. Dentro de la ventana deberán ser visibles los personajes que a ella se asomen.)

(PRESO, INDIO, GAUCHO y NEGRO mirando hacia delante, hacia un horizonte. El Negro lleva la cadena y el grillete sujeto a su pierna derecha. El Gaucho unas boleadoras sujetas a la cintura. El Preso sostiene una pala y el Indio un arco.)
PRESO__ Qué lindo espectáculo.
GAUCHO__ Yo nunca vi tantos barcos juntos.
INDIO__ Yo nunca ví un barco.
(El GAUCHO y el NEGRO miran fugazmente al INDIO.)
GAUCHO__ Che, ¿será lindo navegar?
NEGRO__ (Lo mira fijo al gaucho.)
GAUCHO__ ¿Y vos porqué me mirás así? (Aparte.) Yo soy más español que estos. ¿Cómo es posible que nos mezclen así? (Al Preso.) Oiga, ¿usted de dónde es?
PRESO__ De Holanda.
GAUCHO__ ¿Y qué hace por acá? ¿Por qué no se vuelve a su país?
PRESO__ Porque me metieron en prisión por matar un gaucho.
GAUCHO__ (Al negro.) ¿Y vos porque no te volvés al África?
NEGRO__ (Lo mira fijo como toda respuesta.)
GAUCHO__ (Se voltea y lo mira al INDIO, pero prefiere no hablar.)(Aparte) Yo me volvería a mi casa, si la tuviera.
INDIO__ (Aparte.) Yo soy el único hijo de esta tierra. Lo único que extraño es a la mujer de este gaucho. Fue lo mejor que robamos. ¡Qué yegua!
NEGRO__ (Aparte.) Ahora resulta que vamos a defender nuestra Santa Religión. Pero yo soy el único de los cuatro que va a la iglesia.
(ENTRA CESAR. Lleva una bayoneta terciada y  otras cuatro. )
CESAR__ Quiero que se pongan en hilera y miren hacia acá. (Los otros obedecen.) (Saca una hoja.) (Leyendo) A ver... El patricio.
GAUCHO__ Presente.
CESAR__ El convicto.
PRESO__ Presente
CESAR__ (Al preso.) Más vale que te portes bien. No vayas a creer que abrimos las cárceles por placer. Si quieres la libertad tendrás que ganártela. (Volviendo a leer) El esclavo.
NEGRO__ (Pausa.) Presente.
CESAR__ (A Negro.) Pase lo que pase tu sigues siendo mi esclavo. ¿Has entendido?
NEGRO__ (Mira a Cesar largamente y luego responde.) Si, amo.
CESAR__ (Leyendo.) El salvaje.
INDIO__ (Levanta la mano.)
CESAR__ (Levanta la vista.) ¿Es que acaso no hablas como un cristiano? “Presente”, di “presente” (Pausa.) (No hay respuesta.) ¡Baja, baja la mano ya!
INDIO__ (Baja la mano.)
CESAR__ Primero vamos a inspeccionar sus cuerpos. El cuerpo es la mejor arma de un soldado. Y no hay bayoneta que venga bien si un cuerpo esta malo. Vamos, quiero verlos.
(Los cuatro asumen posturas dignas de un fisiculturista.)
CESAR__ Bien. Como veo, sois lo suficientemente jóvenes y fuertes como para matar o morir. Presenten armas.
(El INDIO enseña se arco, el GAUCHO enseña su boleadora,  el PRESO enseña su pala y el NEGRO, después de vacilar, enseña la cadena que lleva atada al tobillo.)
CESAR__  (Aparte) Estos tíos van muy pobremente armados. Son una lagrima. Si los ingleses los ven van a perder el miedo, si es que acaso tienen alguno.
CESAR__ (Al preso.) (Le ofrece la bayoneta.) A ver, tu: ¿sabes usarla?
PRESO__ (Toma el arma al revés y utiliza la culata como si se tratara de un martillo.)
CESAR__ Trae para acá, inútil. (Le quita la bayoneta.) (Al Gaucho.) A ver, tu.
GAUCHO__ (Se la coloca terciada, imitando la forma en que la traía Cesar.)
CESAR__ ¡Dame eso! (Toma el arma.)(Al negro) A ver.
NEGRO__ (Vacila. Toma el arma al revés y se pone a remar.)
CESAR__ No, mejor deja. (Al Indio.) (Le ofrece la bayoneta.)
INDIO__ Presente.
CESAR__ No, bravucón. Quiero que tomes el arma.
INDIO__ (Como si se tratara de una flecha intenta poner la bayoneta en tensión con el arco.)
CESAR__ Venga.(Toma el arma) Sois unos buenos para nada. (Pausa.) En cualquier momento llegan los ingleses y tendremos que presentar batalla. Daréis la vida por nuestra santa religión, por nuestro amado rey, o por vuestra querida familia...
(Las tres siguientes acotaciones con rapidez y aparte.)
INDIO__ ¿Qué religión?
NEGRO__ ¿Qué rey?
GAUCHO__ ¿Qué familia?
CESAR__... y si no tenéis nada por lo cual ofrecer la vida, entonces tu vida no vale nada, y nada pierdes en ofrecerla.
PRESO__ (Grita.) Ahí vienen los ingleses.
(Se apagan las luces intermitentemente. Entre apagón y apagón podrá verse algún gag.  Se sugiere el humor absurdo, por ejemplo: el gaucho tomando tranquilamente mate o el preso cavando para escaparse mientras Cesar defiende la posición con empeño.)

(Escena sexta.)

(La casa colonial. En el mástil, que se ve por la ventana, no hay bandera.)(MAMA le esta cortando el pelo a la NENA.)

MAMA__ Solamente tenés que aprender a ser más reservada, a cocinar y a tocar mejor el piano. Es todo lo que la vida te pide.
NENA__ Yo no quiero aprender a tocar el piano. Cocinar no me gusta. Quiero salir, conocer el mundo. Hablar con quien me de la gana.
MAMA__ Así nunca vas a conseguir un hombre. (Pausa.) Por eso mama y papa te han elegido uno muy distinguido, de alcurnia, un hombre que lleva más de cincuenta años recorriendo el mundo, un hombre que...
(ENTRAN CESAR, NEGRO, GAUCHO, INDIO Y PRESO.) (Cesar va a la cabeza. Todos están con barro por lo menos hasta la cintura.)
CESAR__ Estos son mis hombres, que han hecho lo posible, que no fue mucho, para ganar la batalla. Les he hecho promesas de libertad y de dinero. No pudiendo retribuirles los servicios que me han prestado, os pido humildemente que se queden aquí por el tiempo que sea necesario. Al menos hasta que las cosas mejoren.
MAMA__ Por supuesto. (A los cuatro.) Pónganse cómodos.
INDIO, GAUCHO y NEGRO__ (Uno se tira en el sillón boca abajo. Otro se rasca la ingle con las piernas bien abiertas o alguna cosa similar.)
 PRESO__ (Mientras se suceden los próximo diálogos, manipulara y examinara algunos objetos de la casa un tanto distraídamente y se guardara alguno o vario en el bolsillo. Luego intentará forzar el cajón de un mueble, primero discretamente.)
MAMA__ (Nerviosa.) ¿Se van a servir algo los señores?
INDIO__ Estamos sedientos.
MAMA__ (Pone una damajuana sobre la mesita.)
CESAR__ (Se arrodilla frente a la Nena.) Amada mía.  Quiero que sepáis que he ofrecido la vida por ti...
NENA__ (Indiferente.) No la has ofrecido toda, pues aún vives.
CESAR__ (Pausa.) Es que no he tenido la suerte de morir. Pero todos los riesgos que he asumido...
NENA__ (Despectiva.) No era necesario.
CESAR__ (Aparte.) Me parece que no he sido lo suficientemente persuasivo. (Con mucha afectación.) ¡Oh princesa y señora universal! ¿Cómo vuestro magnánimo corazón no se enternece viendo arrodillado ante vuestra sublimada presencia a la coluna y sustento de la andante caballería?
NENA__ ¡Estás loco!
CESAR__ (Se incorpora con ira.) ¡Pero qué es esto! ¡Qué escucho! Quiero hablar inmediatamente con tu padre.
MAMA__ Su padre se ha marchado a la Banda Oriental, donde un tal Santiago de Liniers prepara la reconquista.
CESAR__ (A Mamá.) ¿Qué clase de marido tiene que la deja sola en el momento más difícil?
MAMA__ Primero está la patria.
CESAR__ (Enojado.) Qué patria ni qué patria. Para mi primero está ella y por ella me he quedado y he arriesgado mi vida también por ella. (Pausa.)  Se han perdido los valores, las buenas costumbres... Y no sólo lo digo por esta mocosa insolente. El relajamiento moral es total...  (el INDIO empina la damajuana.)...absoluto...(el PRESO fuerza repetidamente y con estruendo el cajón.) (Repara en lo que hacen los otros.)  ¿Qué están haciendo?¡Firmes! (Los aludidos se paran firmes y en línea.) (Pausa.) (Aparte.) Ahora que lo pienso, quizás no estuvo del todo mal haber perdido. De haber ganado ¿qué haríamos con todos estos? (A los que están en fila.) Todavía me deben respeto y obediencia. Al menos hasta que en ese mástil pongan una bandera. (Se asoma a la ventana, abstraído.) ¡Qué joder! ... La ciudad está en total anarquía. Que incertidumbre. Que silencio. (Pausa.)  No hay luces.
PRESO__ (Lentamente.) Porque los negros que las encienden están en armas...
NEGRO__...o muertos.
CESAR__ No se oye ningún vendedor.
PRESO__ (Lentamente.) Porque los gauchos que venden están en armas...
GAUCHO__... o muertos.
CESAR__ No hay policia.
PRESO__ Porque los indios...
INDIO__ (Eruta o lanza un par de hipos.)
CESAR__ (Continuando mirando por la ventana.) Están saqueando las casas y los negocios. (Pausa.) Aun queda una casa sin saquear.
EL NEGRO Y EL INDIO SALEN corriendo, sin que CESAR, que continua abstraído en la ventana, lo note.)
(Pausa.) (Izan la bandera británica.)
CESAR__ Adiós. A correr se ha dicho.
(SALE CESAR, corriendo.)
MAMA__ Señor conde, no nos abandone.
(SALE MAMA, detrás de Cesar.)
PRESO Y GAUCHO__ (Toman el mueble del cajón que no pueden abrir y salen con él.)
(SALEN EL PRESO Y EL GAUCHO.)
(Pausa. Luego tiran un sobre por la ventana.)
NENA__ (Recoge el sobre y lee.)
VOZ EN OFF de PAPA__ Hija: ahora que lo ingleses ganaron tienes que saber una cosa. No se cuanto querés a Cesar... no se ni me interesa. Pero es un español, y en este nuevo orden de cosas es lo mismo que si fuera un indio. Su fortuna desapareció, y con ella también desaparece el para nosotros. Espero que seas fuerte, y que sepas aceptar los caprichos del destino.
NENA__ Si, padre: te amo. (Continúa leyendo.)
VOZ EN OFF de PAPA__ No obstante, si todo sale bien estaremos marchando sobre la capital mas temprano que tarde. Y, si dios ilumina nuestras armas, echaremos al invasor, y podrás casarte con Cesar… Tu padre, que solo piensa en tu felicidad.
NENA__ Te odio. Quiero que te mueras, vos y todo tu ejército.


ACTO SEGUNDO

                                                           (Escena primera.)

(La plaza.)(En el mástil esta la bandera británica.) (El OFICIAL ingles y DOS SOLDADOS formados en línea frente a el. Hay una mesita con un voluminoso libro en el centro.)

(Los DOS SOLDADOS hacen ejercicios sincronizados, respondiendo a la voz del oficial.)
OFICIAL__ Un, dos, tres cuatro; un, dos, tres, cuatro... (etc.) Firmes. (Pausa.) A continuación se leerá la proclama del señor Beresford. (Saca una hoja y lee.) Se respetara a las personas y a sus bienes. Se abrirá el comercio a todas las naciones de la tierra, y a todo los hombres del mundo que quieran habitar este suelo se los invitara de la mejor manera. La religión que profesa este pueblo será respetada, y se permitirá el libre ejercicio de cualquier religión. Desde ya, quedan abolidos todos los títulos de nobleza. (A los otros.) Un, dos tres cuatro; un, dos, tres, cuatro... (Etc.)
(Los DOS SOLDADOS marchan en el lugar.)
(ENTRA NENA, asomándose a la ventana, mirando hacia la plaza.)
NENA__ (Con mucha afectación.) Que ven mis ojos. Es un sueno o estoy sonando. Son los ángeles que van marchando. Que ven mis ojos. Y solo tengo dos para apreciar tanta belleza. Miren esos pelos, rubios como el sol, adornado estas calles llenas de barro. Que ven mis ojos. Miren esos uniformes, ajustando esas carnes perfectas, esas pieles blancas que sudan perfume. No, no es un sueno: tengo los ojos abiertos. Quiero que se muera el conde. Quiero que se muera mi padre. (Desaparece de la ventana.)
(SALE NENA.)
OFICIAL__ A continuación, se invitara a las familias mas distinguidas de esta ciudad para que presten juramento a su majestad, el Rey de Inglaterra, de la Gran Bretaña y de todos sus dominios. (Pausa.) Se llama al señor Leonardo Quintana Morales. (Es un personaje imaginario y no estará representado.) Ponga la mano sobre el libro y diga: “juro solemnemente obedecer a su excelencia, el rey de Inglaterra, y defenderlo, si así fuese necesario, con la vida.” (Pausa.) Desde este momento usted es súbdito de su Majestad, el Rey de Inglaterra... Se llama al señor Cesar Sánchez Ortiz.
(ENTRA CESAR.)
CESAR__ (Pone la mano sobre el libro.) Juro solemnemente obedecer a su excelencia, el Rey de Inglaterra, y defenderlo, si así fuese necesario, con la vida. (Aparte.) Soy lo suficientemente cobarde como para dar la vida por muchas causas. (Se queda parado a un costado.)
OFICIAL__ Afortunadamente, este pueblo esta manso y obediente. Nos ha recibido con las manos abiertas y con los corazones contentos. Si todo sale bien... (Interrumpe su discurso ante la entrada abrupta de NENA.)
(ENTRA NENA, corriendo, con una carta en la mano.)
NENA__ Tome, oficial. (Le entrega la carta.) (Pausa.) (Mientras el oficial lee.) Señor oficial,  quería decirle que vivo en esa ventana y que desde siempre he admirado...
OFICIAL__ (Interrumpiendo con vehemencia.) Pero que es esto! Todavía hay alguien que se atreve a desafiarnos. Armas al hombro. (Los aludidos obedecen.) Vamos a presentarles batalla a ese ejercito de salvajes. Un, dos, tres, cuatro. (Etc.)
(SALEN EL OFICIAL y los DOS SOLDADOS.)
NENA__ Nota que se ha quedado sola con Cesar y sale velozmente tras los ingleses.
CESAR__ (Una vez que nena ha salido.) Oye, niña. Cuídate de que las cosas no cambien. Tu padre esta llegando con un ejercito.

                                              
                                                           (Escena segunda.)

(La plaza En el mástil la bandera española.)(INDIO, NEGRO, PRESO, GAUCHO, visten impecablemente con el uniforme del regimiento de infantería 1, Patricios. Están realizando ejercicios sincronizados respondiendo a la voz de Cesar, que tiene el mismo uniforme, pero con tres plumas en la galera, para destacar su mayor jerarquía. El ejercicio que realizan es el mismo que realizan los soldados ingleses en la escena anterior.)

CESAR__ Un, dos, tres, cuatro; un, dos, tres, cuatro. Firmes.
PAPA__ (Misteriosamente.) ¿Será que la civilización es contagiosa?
CESAR__ Pues es posible... Todavía no me explico como pudimos ganar con un ejercito como este. Bastante he tenido que transpirar para sacarle algún provecho. Y fíjese lo que he logrado. (A los otros.) Cuerpo a tierra.
NEGRO, INDIO, GAUCHO, PRESO__ (Se tiran al piso y quedan rígidos, boca abajo.)
(La siguiente serie de preguntas deberán ser hechas con rapidez y contestadas de igual manera.)
CESAR__ (Al Negro.) Tu y el millón de negros que ha entrado al país son el aluvión zoológico, la escoria de la civilización y el último escalón en la pirámide de la dignidad humana. ¿Es verdad o estoy mintiendo?
NEGRO__ Es verdad.
CESAR__ (Al gaucho.) Quiero que repitas conmigo: “soy un guacho, soy un guacho, soy un guacho.”
GAUCHO__ Soy un guacho, soy un guacho, soy un guacho.
CESAR__ (Al Indio.) ¿A quien quieres más, al rey o a tu padre?
INDIO__ Al rey.
CESAR__ (Al Preso.) ¿Qué deseas?
PRESO     Morir por la patria.
CESAR__ (A Papá.) Esto se logra con esmero y paciencia, Lo fundamental es la disciplina, que es la madre de toda civilización y de todo orden social. Hay que procurar por todos los medios que sean obedientes. De lo contrario estaremos peleando dos guerras al mismo tiempo.
PAPA__ No tengo dudas. Si no les inculcamos los altos valores de la vida, estamos perdidos.
CESAR__ Firmes.
INDIO, GAUCHO, NEGRO, PRESO__ (Se incorporan.)
CESAR__ (A Papá.) Lo peor ya pasó... y no estoy hablando de los ingleses.
PAPA__ Usted tiene que comprender que en todo guerra hay excesos y situaciones no deseadas.
CESAR__ Hay quienes afirman que estos soldados se han enriquecido mucho con el pillaje y con toda clase de abusos.
PAPA__No vaya a creer. Hay muchas exageraciones.
CESAR__ (Pausa.) Usted es muy optimista.
INDIO__ (Levanta la mano.)
CESAR__ ¿Qué quiere?
INDIO__ ¿Cuándo vuelven los ingleses?
(ENTRA MAMA.)
MAMA__ (Desde la ventana.) Cesar, venga, suba.
PAPA__ Le tenemos un regalo. Está bien guardado.
CESAR__ (A Papá.) Usted sí que es un hombre de palabra. Lo dejo un momento. Ya regreso.
(SALE CESAR.)
(Durante los próximos diálogos intrascendentes podrán verse situaciones cómicas en el interior de la ventana.)
NEGRO__ (A Indio.) Nosotros somos la raza superior. A los barcos sólo subieron los más fuertes. Y de esos, solo los más fuertes bajaron.
INDIO__ (A Negro.) No. Nosotros somos la raza superior. Somos puros. Un día vino el hombre blanco y trajo todas las enfermedades.
GAUCHO__ (A Preso.) ¿Qué es lo que más extraña de Holanda?
PRESO__ Los barcos. ¿Y usted que es lo que más extraña de su pago?
GAUCHO__ El caballo.
(ENTRA CESAR, por la izquierda. Se esta abrochando la bragueta.)
CESAR__ Afortunadamente esta criollita no ha caído victima de un ingles. Que digo “de un ingles”. No ha caído victima de nadie, y a las pruebas me remito. (Saca una toalla llena de sangre.) En este momento ya debe estar embarazada. No hay mejor manera de festejar una victoria. (Pausa.) (A los otros, que ya se han relajado.) Silencio. Firmes. (Pausa.) A continuación procederemos a entregarles las armas. Pero primero, tendrán que aprender a disparar.
INDIO__ (Levanta la mano.) A quien hay que dispararle?

                                                          


(Escena tercera.)

(Casa. Hay muchos tachos esparcidos por el ambiente. Por la ventana se ve el pabellón Español. Nena apartada, en el rincón izquierdo, casi entre bastidores, sentada, con la cabeza baja.  Papa y mama asomados a la ventana, tomados de la reja.)

MAMA__ Que silencio. (Pausa.) No se van a animar.
PAPA__ (Irónico, malhumorado.) Entonces para que vinieron desde el otro lado del mundo? (Pausa.)
MAMA__ ¿Tenés miedo?
PAPA__ (Pausa.) No.
MAMA__ ¿Entonces porque te quedas en casa?
PAPA__ (La mira.) (Luego.) Escuchá.
(Se empieza a escuchar un redoblante que ira aumentando el volumen, alcanzando su clímax justo cuando termina la escena.)
MAMA__ Se están acercando (Pausa.) Parece que son los ingleses.
NENA__ (Levanta la cabeza y permanece expectante.)
PAPA__ Si, son los ingleses. Y también los nuestros... que están retrocediendo. (Pausa.)
MAMA__ Vienen para acá. (Pausa.) Los ingleses están abajo.
NENA__ (Se precipita a la ventana y se aferra a la reja.) (Grita.) Sálvenme, los amo, los amo, quiero irme con ustedes, no me dejen en esta cárcel, vengan... (A medida que la escena avanza continuara con este tipo de manifestaciones, que crecen junto al redoblante. Puede decir algunas palabras en ingles.)
PAPA y MAMA__ (Toman los tachos y tiran el agua por la ventana, empapando a la hija que se encuentra en ese lugar. La reja cae. Luego tiran el agua con tacho y todo.)
PAPA__ Parece que están subiendo los nuestros.
(ENTRAN EL PRESO, EL INDIO, EL NEGRO Y EL GAUCHO uniformados, con la bayoneta en la mano.) (El PRESO y el NEGRO disparan uno desde cada lado de la ventana.) (El INDIO ve los tachos y sigue la conducta de Papa y Mama.) (El GAUCO, en contraste con el resto de los personajes, se queda súbitamente congelado en el lugar al ver que PAPA y MAMA empiezan a arrojar por la ventana floreros y ceniceros.) (El INDIO también lo nota y junto al GAUCHO, y luego junto a los otros uniformados, tiraran literalmente la casa por la ventana, amparados por la situación, en un acto de odio de clase.)
NENA__... quiero que me penetren, quiero que me penetren. Oh, yes, oh, yes. Oh, my god. Open, open... (El INDIO y el GAUCHO la toman de las piernas y la arrojan por la ventana.)
(SALE HIJA.)



                                                           (Escena cuarta.)

 (La casa colonial. En el mástil, la bandera española. No hay prácticamente ningún mueble.) (CESAR, PAPA y MAMA. Al fondo, en fila y con uniforme, PRESO, NEGRO, INDIO y GAUCHO. Llevan la bayoneta terciada.)

VOZ EN OFF 1__ Mazamorra, mazamorrita, para la señora que lo necesita.
VOZ EN OFF 2__ Aguatero, aguatero, llego el aguatero.
VOZ EN OFF 3__ Fruta fresca, fruta fresca.
PAPA__ (A Cesar, aparte.) Afortunadamente todo volvió a la normalidad. Esto me enseña una cosa: no hay que confiar en los extranjeros. (Pausa.)
CESAR__ ¿Usted esta tranquilo?
PAPA__ ¿Porque no voy a estarlo?
CESAR__ (Pausa.) Se muestran altivos y arrogantes. Están llenos de peticiones y no se conforman con nada.
PAPA__ No se preocupe. Para algo estamos acá.
CESAR__ Usted es muy optimista. (Pausa.) ¿Falta alguien o ya están todos?
MAMA__  Están todos.
CESAR__ Entonces podemos empezar. (Va hacia el centro y se coloca de frente a los cuatro en fila.)
(ENTRA NENA, por la izquierda, apenas entre bastidores. Esta sobre una silla de ruedas y con una panza enorme que marca su embarazo. Va muy despeinada y con hematomas en la cara. )
CESAR__ Bueno, nos hemos aquí reunido para celebrar una nueva victoria sobre el invasor.
MAMA__ (A Papa, aparte.) Que hace otra vez esta gente en mi casa? Se van a quedar a vivir?
CESAR__ ( A los otros.) Se le dará una justa recompensa a todos los que han participado de esta gesta heroica.
(En esta parte  aplauden  todos, menos los cuatro que están en fila.)
CESAR__(Al preso) A ti te daremos la libertad.
(Aplausos.)
CESAR__(Al esclavo) A ti te compraremos la libertad.
 (Aplausos.)
PAPA__ (A Cesar) (Aparte) (Le entrega una bolsa con el signo pesos.)  ¿Acá están los quinientos soles que pidió por  Raúl?
CESAR__(Al gaucho) En cuanto a ti, (pausa) te daremos un aplauso.
(Aplausos.)
CESAR__(Al indio) (Luego de un incomodo silencio, mamá  se acerca y le coloca una damajuana entre los dedos.)
 (Aplausos.)
NENA— (Se retira por la izquierda, imperceptiblemente.)
(SALE NENA.)
CESAR__ Buenos. Espero que estén disponibles cuando el rey los necesite. Han escrito una pagina de oro en la historia de esta tierra sin historia. Mañana, vuestros hijos, recordaran con hondo sentimiento esta enorme epopeya de la que ustedes han sido protagonistas... Bueno, eso es todo. Ahora entreguen las armas. (Larga pausa.) ¿Pero qué es lo que les pasa? Entreguen las armas.  (Al gaucho) ¿Es que quieres acaso un poco de yerba?
INDIO— (Tira la damajuana, en un gesto provocativo.)
CESAR-- ¡Os he dicho que entreguéis las armas, alcornoques! (Al Negro.) ¿Y tú porqué me miras así? ¡Vamos, habla!... (A todos) ¡Sois una manga de ineptos! ¡Os faltan cojones del primero hasta el último! ¡Vamos, entregar las armas, joder!
PRESO, NEGRO, GAUCHO, INDIO— Armas al hombro. Izquierda quier (giran hacia la izquierda.) (Se retiran como columna militar, con mucha sincronización) (Luego marchan, gritando, desafiantes) Uno, dos, tres, cuatro; uno dos tres cuatro.... 
(SALEN LOS CUATRO POR LA DERECHA.)
CESAR__ (Abstraído.) ¿Y ahora?
PAPA__ No se preocupe (pausa.) En cien anos no habrá mas negros, no habrá más gauchos y, por supuesto, no habrá mas indios.
CESAR__ Usted es muy optimista. (Pausa larga.) Y mientras tanto que hacemos?
GRITO DE NENA EN OFF.
MAMA__ El bebe.
(TODOS SALEN POR LA IZQUIERDA.) (La escena queda vacía por unos segundos.) (Por la ventana se ve que arrían la bandera española, quedando el mástil sin bandera.)
(ENTRA MAMA.)
MAMA— Nació muerto.                                           CAE EL TELON