domingo, 30 de octubre de 2011

Argentina en Bolt y en Los Simpsons

Argentina en Bolt y en Los Simpsons.        

            En Argentina nos ofendemos muy fácilmente. Demandamos respeto por cualquier niñería. El ejemplo de Los Simpsons es el que mejor se presta para esta columna.
            La genial serie amarilla nos cita en más de una oportunidad. Esto, que ya parece un exceso o tendría que ponernos contentos porque al menos un dibujito nos destaca, puso del tomate a muchos cuando en un capítulo se dijo que Perón era un dictador que hacía desaparecer personas. La ignorancia flagrante está a la vista, pero no creo que nadie en el mundo nos estigmatice por ese error, aunque es posible que mal la pase el peronismo.
Más ofensivo—y divertido—fue un chiste que muestra a Hitler arreglando su auto en la patagonia mientras es saludado por los vecinos. Este hallazgo no levantó quejas, quizás porque la patagonia la compartimos con Chile, quizás porque no se puede negar el servicio que le prestó el generar a más de un jerarca nazi.
El razonamiento de los libretistas parece ser así: como es mundialmente famoso el auxilio del general a los alemanes, de la misma manera que es célebre el tema de los desaparecidos, es muy probable que mezclaran ambas cosas. Pero de ello no nos cabe ofendernos sino dar gracias: desde que Costa Gavras dirigió Missing (Desaparecidos), es un milagro que no las tachen a las Madres de Chilenas y las pongan a dar vueltas a la Plaza de la Moneda.

Boolt es una película animada de Disney. Hay un grupo de palomas que hacen las veces de Gangsters neoyorquinos. A esta altura eso no es nada raro (en Madagascar los simpáticos animalitos que imponen su propia ley toman la forma de pingüinos.) Lo que es realmente original en la cinta es que las palomas hablen con un acento marcadamente porteño.
Se sabe, la mayoría de nuestra tierra fue poblada por tanos. Incluso Torcuato Di Tella, escribió un ameno librito llamado Argentina, ¿Una Australia Italiana?, que por supuesto habla de nosotros… y de su familia. Y he leído en más de una guía de turismo que en esta parte del globo se habla Español con acento italiano.
En el acento y hasta en los gestos—por no hablar de los apellidos— de la mafia yanqui siempre vi escondido a un argentino. Es por eso que celebro el acierto de los dobladores de Bolt. Pero también aplaudo al argentino, que hasta donde sé, no ha entendido eso como una ofensa. (Aunque por momentos mereceríamos ser identificados como una manga de gangsters.)
                                                                                 
                                                                                              Noviembre 2009.

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