miércoles, 10 de abril de 2019

Instrucciones para revisar una bolsa de basura


Elegimos a la víctima: la vecina de enfrente. Sabemos que el camión pasa a las 22, así que diez minutitos antes le recogemos la basura. La metemos en nuestra casa y revisamos absolutamente todo lo que contiene la bolsa. No subestimamos nada. Consideramos hasta ese trozo de lechuga que pende del hilo dental. 
Procedemos de idéntica manera por un mes. Manoseamos todas las porquerías, nos ensuciamos hasta los codos. Barbijo no debemos tener. Vergüenza, claro está, menos.
Enumeramos, mensuramos, inferimos patrones, frecuencias, cambios de dieta, de hábitos, de gustos, de chongos. Finalmente llegamos a conclusiones.
Es extraño. La gente no sabe tanto de sí misma como la basura que tira. En esa basura están todos sus secretos y sus olvidos, la parte más material, brutal e inconsciente de un ser humano. Yo en un mes sé más de la vecina que la vecina misma. Puedo apretarla, extorsionarla, conmoverla, enamorarla…  Ella se está cuidando de lo que publica por Facebook. No lo sabe, pero yo ya soy ella.

Lo que acaba de leer es un cuento de terror. Pero si quiere más sobre el tema basura en este blog: La basurología


martes, 2 de abril de 2019

Mails


¿Los conocés a Carlos Pagni y a Roberto García? Son periodistas estrellas.  Ellos fueron procesados en 2012 por la jueza Arroyo Salgado por un tema de pinchaduras de mails. Del tema no se volvió a hablar, obvio. Estos periodistas estaban vinculados con un sector de la SIDE que no respondía al gobierno nacional. Como dijo Weber, el gobierno nacional debe tener el monopolio de las pinchaduras. Se pudrió todo cuando estos periodistas sabían antes que el mismísimo gobierno kirchnerista lo que estaba pasando. Era información confidencial que se filtraba como agua entre los dedos (o entre los teléfonos y las computadoras). ¿Quién no recuerda, por dar un ejemplo, que se filtró la expropiación de YPF y que se enteraron en España antes que en casa? Nadie lo recuerda. Ni bien asumió  Macri, la jueza levantó la causa. Pagni y García, a quienes hay que seguir para estar al tanto de las cosas, continúan con información privilegiada.

Lo que ahora está pasando no es más que el reverso de la moneda. Los servicios de inteligencia no se han ajustado al ejecutivo. Ahora los periodistas acusados han cambiado de nombre. Pero es lo mismo. Y cuando venga otro gobierno la cosa va a seguir. Porque el problema es muy serio. Y la gente no entiende nada. Para mayor gloria de los servicios...y de algunos periodistas.



Algunas Fuentes: