¿Volvió la
democracia a nuestro país por la derrota de Malvinas y la concientización de
nuestro pueblo? Hoy, a 36 años de aquel conflicto, es muy difícil sostener
semejante simplificación.
Hay que verlo
a escala regional. Las democracias retornaron a los países sudamericanos a
partir de su restauración en Ecuador en 1979 y en Perú un año después. La
primera causa fue la política que llevaba adelante la administración Carter en
EEUU, que relajó las pretensiones hemisféricas de imponer dictaduras desde la
Casa Blanca. La causa más importante fue el posterior relajamiento de la guerra
fría y, en 1989, con la caída del muro de Berlín, el fin del enfrentamiento
este-oeste. No por nada la última dictadura del cono sur cae en Chile en 1990.
Como la expresión
más acabada del cambio de política internacional de la administración Carter
sería bueno recordar lo que pasó en Bolivia. Este país llevaba adelante un
proceso democrático luego de la dictadura de Banzer, con la venia de EEUU. Ese
proceso fue interrumpido en 1980 por un golpe que puso en el poder al general
García Meza. Notablemente, ese golpe de estado fue digitado y apoyado por
Argentina en contra de los intereses de los Estados Unidos, lo cual desató un
conflicto diplomático de envergadura entre los dos países. Los yanquis tomaron
nota de este atisbo de independencia de los militares argentinos, pero tal vez
no se imaginaron que iban a ir más lejos.
La guerra de
Malvinas fue un ejemplo planetario en dos sentidos. En primer lugar confirmó a
Estados Unidos que las dictaduras tenían contraindicaciones, porque cualquier
país periférico podía emprender un conflicto por iniciativa propia y a espaldas
de la superpotencia hegemónica del hemisferio, con el agravante de poder caer
en las manos del enemigo. En este sentido hay que recordar al canciller
argentino Nicanor Costa Méndez entrevistándose con Fidel Castro, los intentos
desesperados por aliarse estratégicamente con la URSS, los atisbos
tercermundistas y el discurso final de Galtieri, donde denuncia al imperialismo
yanqui de ¨traidor¨.
Sin embargo,
hay detalles a tener en cuenta. Perú en esa guerra, es fama, nos ayudó. Pero
eso no fue sólo por San Martín o porque se coparon. Un año antes de Malvinas,
las dos primeras democracias recuperadas de América del Sur fueron a la guerra
en lo que se conoce como conflicto de Paquisha. Tuvo 50 muertos. No pudieron
matarse más porque intervino la OEA, presidida por los Estados Unidos. A los 8
días la guerra había concluido. Perú se quedó con una cantidad ingente de armas
que no pudo usar. Esas armas fueron las que buscaban un destino y casi que lo
encuentran en nuestras islas.
Más
importante, la guerra de Malvinas contribuyó a constatar que la URSS, que ya
tenía una guerra en Afganistán, no se iba a meter en el cono sur. En otras
palabras, fue un signo de debilidad, porque Estados Unidos estaba apoyando abiertamente a los Muyahidines con armas y
logística desde Pakistán. [i]
Por supuesto,
podemos encontrar otras causas de la recuperación de nuestras democracias. Por
nombrar algunas: el fin de la esperanza de que el desarrollismo lo arreglaría
todo y en su lugar una aspiración optimista en las urnas. ¨Con la democracia se
cura, se come, se…¨. Ahí se dio toda una inversión, porque antes era prioridad lo
económico y después venía lo político y ahora era primero lo político y después
lo económico. Y otra de las causas, sin dudas, fue la derrota de las izquierdas
(y la forma en que fueron derrotadas) a
nivel continental.
Sin dudas, la guerra de Malvinas fue una
guerra dentro de otra guerra (Tal vez una guerra dentro de otras dos guerras).
Contribuyó a que la democracia retornara más rápido; entre dos o cinco años
antes. Pero la conquista de la democracia viene por otro lado.
Más sobre
Malvinas en este blog:
[i] No se
debería omitir que un aliado estratégico de EEUU como Israel emprendió en plena
guerra de Malvinas su ataque a el Líbano.
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