lunes, 24 de diciembre de 2018

Si es Bayer es bueno


Acaba de fallecer Osvaldo, un escritor mal leído. Sus títulos legibles se agotaban en tan sólo un libro; Los vengadores de la Patagonia trágica, y la síntesis del mismo de tan sólo cuatrocientas páginas: La Patagonia rebelde. A su vez, esta síntesis fue supersintetizada en una famosa película homónima  que él mismo guionó.
La película, censurada por Isabel Perón y por los milicos, que además resultó una excelente excusa para pasar a retiro al gobernador Santacruceño Jorge Cepernic por haber prestado la provincia para el rodaje, no es tan parcial como parece. Casi pasan desapercibidos esos momentos en los cuales unos bandidos que también son peones huelguistas  asaltan y matan a los estancieros y violan a sus mujeres. Estos dos personajes en el libro se apodan El 68 y El Toscano. Tampoco se suele reparar en Héctor Benigno Varela, el malo de la película (rebautizado como Zabala en el film). Tanto en el libro como en la cinta se deja bien en claro que no era una mala persona sino una víctima de las circunstancias. Y otro poco se puede decir de las familias dueñas de la Patagonia. Bayer habla de ellas casi con admiración en la apertura del libro, por lo emprendedoras, por sus orígenes humildes, por ser víctimas de persecuciones, por sus ambiciones que en un principio nos parecen irracionales en una tierra hostil y lejana.
Otra de las cosas que impactan es la sensación de estar en un mundo extraño, donde en ambos bandos hay muy pocos argentinos. Anota Bayer en el cap. 4: en Puerto San Julián ¨sobre 1570 habitantes hay solamente 80 argentinos mayores de 18 años¨. Y por supuesto, por todos lados hay muy pocos seres humanos, y casi no hay mujeres. La sensación de un enfrentamiento entre extranjeros que tiene por escenario nuestro país no puede evitarse. Bayer llama la atención sobre esto varias veces, aunque nadie parece leer esas partes.
Quizás toda su obra y su vida queden resumidas en esa famosa última escena de la película donde le cantan en inglés ¨Porque es un buen compañero¨ a Varela. Es una adaptación de lo que leemos en el cap. 6, cuando Varela lee un periódico de la comunidad estanciera  inglesa para demostrar que lo hecho está bien hecho. Pero es una adaptación que da un giro con respecto al libro. Varela en la película se siente usado por los ingleses. ¡En el libro se siente usado como un forro por Yrigoyen! Menuda diferencia.
Osvaldo Bayer era un anarquista de alma, pero era objetivo en sus obras. Este mérito quizás quede eclipsado por lo peor de su escritura que son esas manifestaciones éticas y morales donde parece un indignado menor de edad, esas páginas que adoran quienes menos lo entendieron. Necesité escribir estas líneas casi al borde del brindis de navidad, ante una noticia que tocó mis primeras lecturas, esas que se tienen antes de los dieciocho.

Post scriptum. Nota borgiana: El gobernador de Santa Cruz, Correa Falcón, fue removido de su cargo en 1921 como consecuencia de su ineptitud ante los sucesos subversivos. En 1975, otro gobernador, Jorge Cepernic, es barrido de su cargo por permitir el rodaje de la película La Patagonia rebelde. Por supuesto, Cepernic era de la llamada Tendencia Peronista, amigo de montoneros. Un subversivo. En 2003 Argentina tuvo al fin un presidente santacruceño. Nunca estuvo en la Tendencia. Pero un relato efectivo logró que todos creyeran que había sido un subversivo.




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