El
avance de la religiosidad ante la ausencia del Estado en las colonias del este
de Misiones
Introducción:
La
religión en Misiones
La provincia, desde el mismo nombre, tiene una historia claramente
vinculada a la religión. Los alumnos de primaria aprenden como una Biblia la
llegada de los jesuitas y su posterior expulsión. La historia muestra a los
jesuitas del lugar con notas mayormente positivas, en contraposición a la
llegada de la religión a otras regiones del país. Ellos fueron quienes hicieron
la ocupación del espacio geográfico en primera instancia, preferentemente sobre
la rivera del Paraná. Pero también ellos son los que defendieron el suelo
misionero de los bandeirantes portugueses. Esa historia se confunde luego con
la del héroe provincial, Andresito Guazurarí, un indígena que también luchó
contra los lusitanos. Si bien Andresito era católico, y no le debe a ese hecho sus hazañas, la historia oficial de esta provincia destaca el dato.
El diario El Territorio, de la
provincia (ver Bibliografía al final), indica que Misiones es la cuarta provincia con
mayor cantidad de iglesias, o sea, de templos (incluyendo a todos los cultos)
detrás de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Sin embargo, es la provincia que
más iglesias tiene por habitante y la que tiene mayor cantidad de credo no
católico. El matutino agrega que este dato es más acentuado en las zonas centro
y alto Uruguay. En otras palabras, esta zona es la de la ruta 14, y de allí
hacia el este, donde se encuentra nuestra área de estudio.
Las picadas
Las
picadas son caminos abiertos en la selva a principios del siglo XX, con el
objeto de procurar la yerba silvestre. Ahora esos caminos son los principales
accesos a las chacras. Además son un referente cardinal obligado, dividiendo la
picada en sur, norte o centro. Sin embargo, hoy la denominación ¨picada¨, es el
término con el que se designa a toda la zona servida por el camino original. Distancias
enormes median entre las pequeñas poblaciones que crecieron en sus márgenes, en
el caso de que las haya. Pero estas distancias son incrementadas por los
tiempos de desplazamiento, causados por
las mismas condiciones de los caminos, de tierra, especialmente cuando ha
llovido, cosa más que frecuente en un clima subtropical sin estación seca. Ramificaciones
del camino principal llevan a los caminos intervecinales, de accesos abruptos,
con pendientes espectaculares, por momentos inaccesibles para los rodados. Todo
esto contribuye al aislamiento de la zona. Esos mismos caminos fueron
remontados por los colonos para asentarse en tierras fiscales, tras la ley
Avellaneda que fomenta la instalación de
colonias agrícolas. Entre sus muchas cosas espirituales, traían sus
religiones, ya extintas. Además de estos contingentes,
que como mi abuela vinieron del este de Europa, también llegaron o ya se habían
asentado esclavos libertos o hijos de esclavos que venían del Brasil, como mi
abuelo.
Picada
Yapeyú
La
picada Yapeyú se encuentra entre la ciudad de Oberá y el límite con Brasil. Aunque
es un vasto espacio geográfico no figura con nombre propio en los mapas, al
igual que la gran mayoría de las picadas.(Se la identifica porque está al sur del
arroyo Once Vueltas, que sí figura en la imagen con su nombre.) Llegar a su
corazón, desde Oberá, toma casi dos
horas, por caminos casi desiertos de vehículos. La zona vivió durante el siglo
XX todas las contingencias que también afectaron a las otras picadas: abrupta
demanda del tung y del té como consecuencia de la segunda guerra mundial, auge
y decadencia del tabaco en la segunda mitad del siglo y más recientemente el
despunte de la forestación.
Las
Iglesias evangélias pentecostales
Las iglesias pentecostales llegan a
la zona hace más de 50 años, y crecen aceleradamente. Como toda iglesia
protestante, tiende a la división interna. Originarias de Estados Unidos, las
pentecostales se constituyen como iglesias autocéfalas que responden a una
Asamblea común, sin perder cierta independencia y ciertas obligaciones o
prescripciones entre sus fieles, lo cual las individualiza unas de otras. Así, se
puede encontrar en Oberá iglesias pentecostales que no prohíben el alcohol entre
sus miembros e iglesias en las picadas que sí prohíben su consumo. Esto
significa dos cosas. Por un lado son débiles en cuanto se dividen
incansablemente. Pero por otro lado, esa versatilidad doctrinal les da la
posibilidad de adaptarse al medio en el cual se encuentran. De modo que si el
problema en una determinada zona es el alcoholismo o el juego, esas cosas serán
prohibidas. En contrapartida, si hay problemas que no perjudican a la iglesia o
le son funcionales, esos problemas serán pasados por alto e incluso
estimulados. (Como los colonos cosechan tabaco, el tabaco no es combatido).
Pero no es lo mismo Oberá que las
picadas. La población de la ciudad puede optar por una congregación u otra. La
cercanía física y la facilidad de transporte da esa posibilidad. En cambio, en
las picadas las distancias obligan. Se asiste a la iglesia que está cerca. Las
mismas están repartidas regularmente a lo largo del camino principal, y gracias
al sistema de asambleas no superponen áreas de influencia. Cada una se ocupa de
su ¨rebaño¨. Esto se traduce territorialmente, porque se puede marcar donde
comienza el área de influencia de una iglesia y comienza la de otra. Incluso se
puede determinar a cuál pertenece un colono con sólo saber dónde vive.
La
política de la iglesia
Sobre los caminos
principales de las picadas se levantan dos instituciones importantes en la vida
de los colonos: la escuela y la iglesia. Cualquier colono que desea acercarse a
la ciudad más próxima tiene que pasar necesariamente por estas dos instuituciones.
La escuela funciona intermitentemente. Dos factores contribuyen a esto.
Primero, los maestros son escasos y difícilmente acepten trabajar en lugares de
difícil acceso. Segundo, los pocos colonos que son maestros se ausentan con
frecuencia, especialmente cuando es temporada de cosecha. Los diferentes grados
están mezclados, principalmente por la baja matrícula, aunque también por falta
de personal de todo tipo, no solo docente. Aunque las notas son casi óptimas y
no hay repitientes, los alumnos salen apenas sabiendo leer y escribir, sumar y
restar. Quienes salen de esta institución difícilmente puedan ingresar a un
secundario distante y cuya exigencia es mucho mayor. Así, el ascenso social
queda excluido por esta vía.
Para ser pastor no se necesita saber leer ni escribir. La escuela no es
necesaria para predicar en la zona y obtener la prima, o sea, el trueque de bendiciones por la primera gallina
ponedora o la primera camada de cerditos. El ascenso social pasa por la Biblia. Para obtener
comida es más fácil predicar que cosechar. El requisito fundamental para ser
pastor es haber contribuido con la prima
sin falta por un espacio de tiempo importante y haber sido útil en el tráfico
de delaciones, (verbigracia, delatar a un vecino cuando ha tenido un ternerito
y no se ha pronunciado para evitar la prima).
Quienes comienzan a ejercer como pastores ahorran para procurarse un
auto. Tener un vehículo es de capital
importancia. No solamente es importante para trasladarse de un lugar de
predicación a otro y para cargar la prima,
también es un medio de transporte alternativo para aquellos creyentes que
quieren acercarse al pueblo de Guaraní o de Oberá. El pastor no acerca a
quienes no son miembros de la iglesia. Es más importante un hermano espiritual
que un hermano de sangre. Ser parte de la iglesia es también poder desplazarse
con mayor facilidad. Además, la iglesia recoge a sus fieles por el camino
principal con vehículos colectivos propios los fines de semana. Estos
colectivos reemplazan a las viejas bañaderas,
colectivos que recorrían con regularidad las picadas hasta la década de los
noventa, cuando dejaron de ser rentables y el estado decidió eliminarlas.
Pero si no se puede salir a pié o en vehículo, siempre queda el recurso
de viajar por medio de la tecnología: televisión, radio, celulares. Todos estos
recursos están prohibidos por la iglesia. Los maestros en las escuelas tratan
de hace política al respecto, y no emplean las Tics por precaución. (Conozco
personalmente a muchas personas que jamás han salido de las picadas, ni
siquiera de modo virtual, por una pantalla). Por otra parte,
los celulares no tienen señal adecuada. La topografía, de impresionantes
subidas y bajadas, entorpece el uso de ese medio., especialmente en las zonas
bajas, que es precisamente donde suelen vivir los colonos por la mejor
disponibilidad de agua (de pozo).
La iglesia hace una promoción de la reproducción: ¨tendrás tantos hijos
como estrellas tiene el cielo ¨. Aunque la práctica de tener muchos hijos es
consuetudinaria, este incentivo contribuye nefastamente a la subdivisión de la tierra o parvifundio.
Originalmente todos los colonos recibieron 25 hectáreas en la
zona. Las primeras familias se dividieron las tierras adyacentes aún no
colonizadas. Posteriormente, al roturarse las tierras lejanas al ¨final de la
ruta 14¨, muchos descendientes del lugar decidieron mudarse a las nuevas
tierras de San Vicente y San Pedro (cuyos nombres santos son pertinentes).
Finalmente, no habiendo más tierras nuevas que colonizar, y con la creación de
la reserva Saltos del Moconá, en 1967, al este de la ruta, los habitantes del lugar quedaron
fijados a la tierra y el proceso de subdivisión de la propiedad se incrementó
notablemente. Esta subdivisión tampoco
atiende a papeles de propiedad. Ningún documento certifica la lógica que se
sigue. En general, son los hijos menores los que se quedan, construyen una casa
a la sombra de sus padres y estos a su vez de sus abuelos, siguiendo la cadena
hasta que la carga poblacional que resiste
esa tierra llega a su límite. Sin embargo, el trabajo de la chacra no se
da de forma separada, sino como una unidad, por parte de una familia
multigeneracional. Viven separados. Comen juntos. Duermen separados. Trabajan
juntos. Y, por supuesto, se casan con algún lugareño, un vecino o vecina que
cada vez con mayor frecuencia es un consanguíneo, alguien que en el fondo es de
la familia. Esta práctica es contenida por la iglesia Pentecostal, de manera
bastante efectiva, condenando el incesto explícitamente como ¨cosa del demonio
¨. No obstante lo cual, no condena el
tráfico de niños ni lo denuncia. El mismo está tan extendido y naturalizado que
denunciarlo sería motivo de conflicto con los habitantes. Además, se dan casos
intermedios, por el cual se da a hijos ya crecidos a gente de afuera (previo bautismo en el Once Vueltas)
. Mi propia madre vino a Buenos Aires a los 12 años en el auto de un porteño
que la puso a trabajar en su kiosco, limpiando (gratis).
Los lazos de sociabilización
Así, los ámbitos de
sociabilización de la picada oscilan entre el Estado y las Iglesias Evangélicas
Pentecostales. En la escuela los chicos
se reúnen para comer, incluso en verano, independientemente de la situación
económica de cada uno. Al amparo del establecimiento suele haber una canchita
de fútbol, que se usa haya clases o no. En la iglesia aprenden a hacer
actividades prácticas como bordar, dibujar, tejer, ¨encuentros de comida¨ donde
comparten alimentos, intercambio todo tipo
de bien, se dan charlas que van desde persuadir a los alcohólicos para que
dejen el vicio hasta estrategias a seguir para peticionar infraestructura al
municipio. Y, por su puesto, la iglesia siempre está presente cuando alguien
nace, se casa y muere. (Cualquiera de
estos eventos son multitudinarios, en un lugar sin multitudes).
El proceso de
territorialización llevado a cabo por la Iglesia Pentecostal.
Jesús Palomares Franco define: “La territorialización es la estrategia que se utiliza, y el efecto que
causa delimitar un territorio – o espacio -…La territorialización sugiere un
control determinado por una persona, grupo social o étnico. En este
sentido no existe un acto privativo del espacio, aun cuando se presenta una
delimitación y control de él. La territorialización es el proceso de crear
territorio, concibiéndose por medio de actividades materiales y simbólicas¨,
como puede ser un bautismo, o la negación de trasladar en auto a alguien que no
es miembro de la iglesia, ¨Los procesos
de territorialización se dan de diferente forma dependiendo las normas
culturales de los habitantes. La territorialización la podemos entender como un
concepto inmaterial, que aun cuando tiene que ver con los límites y control de
un espacio, ésta sólo se presenta en el reconocimiento de los habitantes¨.
Si Picada Yapeyú no figura en el mapa, al menos figura en el
espíritu de su gente, que es el lugar donde se inscriben las territorialidades
más duraderas.
Siguiendo a Denis Merklen, con el advenimiento del neoliberalismo el Estado
se replegó del territorio. Los lazos de socialización entonces se inscribieron
territorialmente, en el ámbito local. Iglesias, organizaciones no
gubernamentales, sociedades de fomento, y otros ámbitos vinculantes ocuparon el
espacio dejado por el Estado. La pérdida
de calidad educativa para los más pobres y para vincular a estos con el empleo,
dio realce a estas organizaciones. En el este de Misiones este actor fue y es
la iglesia que nos ocupa. Como producto de esta nueva centralidad de la
iglesia, las pautas culturales se modifican o se fortalecen en una dirección
que no depende de políticas estatales. Merklen subraya que este nuevo orden,
asociado a la familia y al vecinazgo, o sea, a la inmediatez física, crea bases
territoriales, pero marginales, por fuera de la integración nacional. La falta
de ¨rutinas integradoras¨ estatales da
otras formas de integración. (Los maestros faltan con regularidad, los pastores
no, e incluso van de casa en casa)..
En este contexto, si bien los recursos provenientes de las políticas
sociales no dejan de estar, son los pastores los que operan como verdaderos
punteros políticos. También es cierto que los pastores cada vez se vinculan más
al poder político local, pero no es menos cierto que el intendente no puede
sostenerse en el poder si no consolida sus alianzas e intereses con esta
iglesia.
Conclusiones:
La religiosidad de la zona es heredada y enseñada en los
establecimientos educativos, si bien no de forma directa. Se sabe que cuando el
Estado está ausente, una ONG, una sociedad de fomento o alguna institución
ocupa su lugar. Es por eso que ciertas competencias que debería tener el Estado
están siendo asumidas por la Iglesia Evangélica Pentecostal. en Picada Yapeyú.
Los habitantes de esta zona del país han
sido literalmente Dejados a la buena de
dios. En un aspecto, por lo tanto, esta iglesia opera como un clientelismo
alternativo para aquellos que están insertos en la estructura religiosa y un
factor de ascenso social casi excluyente.
BIBLIOGRAFÍA
--Sergio Schneider e
Iván G. Peyré Tartaruga, Territorio y
enfoque territorial: de las
referencias cognitivas a los aportes aplicados al análisis de los procesos
sociales rurales. En PDF:
--Jesús palomares Franco, Reflexiones sobre Arquitectura y Ciudad, Cap 4, Territorialización y Apropiación, en PDF:
--Denis Merklen; Pobres ciudadanos, Cap 1, ¨La política contra la sociedad¨
No hay comentarios:
Publicar un comentario