El 11 de septiembre de 2001 generó una encendida polémica posmoderna cuando el músico y esteta Karlheinz Stockhausen declaró que el atentado
a las torres era la obra de arte más grande de la historia. Desde este humilde
lugar yo mismo entré en la batalla cuando en 2011 subí un viejo escrito al
inaugurar este blog [Stockhausen
y las torres gemelas]
Ahora vengo a ocuparme del autor
de las torres, no para ponderar las gemelas, sino para demostrar ciertas
coincidencias entre estas y una obra de Minoru Yamasaki injustamente olvidada: el complejo Pruitt Igoe.
En los años de posguerra Estados Unidos vivía un boom económico. Pero
esa prosperidad no cayó pareja en su geografía. La ciudad de San Louis, en Missouri,
era de las que iban de mal en peor. La
industria se retiraba y la pobreza crecía, especialmente entre los negros, que
eran víctimas de la segregación racial. De esta manera, la misma segregación
racial se cristalizaba claramente en una segregación espacial (barrios para
negros, colectivos para negros, colegios para negros, baños para negros) y así se podía tener identificados a los
pobres por su color y el lugar que ocupaban. Sin embargo, la cosa se complicó
cuando los blancos (al menos los que no eran pobres) empezaron a reparar en el crecimiento desmedido de la pobreza y en un hecho inminente: el fin de la segregación asomaba a la vuelta de la esquina.
Entonces decidieron llamar a
Yamasaki, un norteamericano nacido en Seattle, pero que no era ni blanco ni
negro. El arquitecto y urbanista barrió con un área amplia del centro de la
ciudad y la llenó con torres en monoblock. Era una obra que seguía los
lineamientos de la arquitectura moderna, algo así como nuestro Lugano 1 y 2.
Treinta y tres torres en total, rodeadas de parque, con todos los servicios y
división estricta de funciones. Se esperaba la afluencia de todas las razas,
incluso se pronosticó que los blancos, que ya se estaban suburbanizando,
volverían con este emprendimiento al centro de la ciudad.
Pruitt Igoe, el 16/3/1972 |
Hoy casi pasa desapercibido el caso del complejo residencial Pruitt
Igoe de San Louis. Si atendemos a Samuel Huntington, y suponemos que la caída
de las gemelas se puede entender como el fin de la posmodernidad, estaríamos
ante un arquitecto cuyas obras consagran el fin de dos períodos, y que además
lo hace con la caída de sus propias construcciones. Por último, y no es menor,
se debe rescatar que ambos eventos fueron registrados y son dos obras de arte
(Stockhausen mediante).
Enlaces:
Película Koyaaniskatsi (1982). A
partir del minuto 4:30 podemos ver el complejo y luego su voladura. https://www.youtube.com/watch?v=KApGIJnyh3o
Pruitt Igoe |
La torre Rainier, en Seattle, su ciudad natal y una de sus últimas obras. Se encuentra en una zona sísmica. |
[i] La película opone la maquina
urbana al campo, y hace evocar claramente el film The
City (1939), escrito por Lewis Mumford.
No hay comentarios:
Publicar un comentario