Se habla mucho
del especismo en estos días, esa corriente que dice que no deberíamos comer
carne porque los animales son criados en condiciones horrorosas. Por supuesto,
el tema no es interesante para encararlo inocentemente, sino para interrogarnos de por qué ahora se habla del tema, siendo que el especismo lleva sus años.
Obviamente,
cuando un tema se instala es porque poquísimas personas decidieron encarar un
asunto por medio de otro como una estrategia para un fin determinado. Puede salir bien o puede salir mal. Ejemplos
abundan. Los y las homosexuales vincularon sus demandas por medio del amor, el
matrimonio legal, y ganaron. La primera estrategia del colectivo, hace 15 años,
fue un fiasco. Tal vez alguno se acuerde: fue a través de la homofobia. Se
decía recurrentemente que cada minuto muere un homosexual a manos de alguien. Y
no resultó. Quizás la sociedad no estaba aún madura. Pero el argumento dejaba
mucho que desear. Los argumentos que invitan al amor son siempre mejores que
los que invitan a la indignación.
Ahora bien, la
estrategia del aborto legal no dio buenos resultados. De hecho sus adversarios
defendían ¨las dos vidas¨ y repetían que un embrión es un ser humano. El
antropocentrismo, el hecho de defender la vida humana (como algo especial),
caló profundamente, especialmente en el interior del país y entre las enormes
mayorías que no se movilizaron y que no llevaban pañuelos de ningún color.
Claramente
ahora la estrategia es mejor. Vinculando el aborto legal con el especismo se
busca ser más papista que el papa: ligar la defensa del aborto legal a la
defensa de toda vida animal, teniendo en cuenta que los seres humanos somos también animales. El argumento es el siguiente: un feto menor a tres
meses no siente; un animal no humano sí . Van más allá aún: las mujeres fueron históricamente
discriminadas, al igual que los animales, los negros y los pueblos originarios, por el hombre
blanco macho. Por lo tanto defender todo ser o colectivo discriminado es un mandato.
A mí me parece
que como estrategia es muy poco inteligente. Ya los adversarios tejieron el
argumento de que ¨hablar de no comer carne cuando hay humanos que hoy no comen
en Argentina es una falta de respeto¨.
El especismo es un movimiento de los países centrales que, como otros,
se vincula a nivel local por medio de las capas medias urbanas. Yo entiendo
que sus argumentos son interesantes, pero a esta gente hay que ayudarlos a
tener empatía con los otros humanos, los de las villas, los cartoneros que
castigan a sus caballos, los millones de argentinos que viven en el interior
conservador, los propietarios de pequeñas chacras que matan
con sus propias manos lo que comen en Misiones, Salta, Tucumán…
Estoy
con ellos y la ley de aborto legal va a salir tarde o temprano. Pero mejor que
sea temprano.
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