miércoles, 21 de diciembre de 2011

Luna de medianoche

Acrilico sobre tela: 1:50 X 1:00
Puede resultar extraño que critique mi propio cuadro. Pero lo veo como una defensa o justificación de su existencia. El muy pobre se vio injustificado en la palabra de gente que sabe y que merece mi mas amplio respeto. Sin embargo, creo que lo vieron muy superficialmente y privilegiaron mi tarea de escritor por sobre la novedosa inclinación que estoy mostrando por la pintura. Ellos tienen razón: y es por eso- tal vez- que tengo que justificarlo desde la ecritura. (No quiero olvidarme de los admiradores incondicionales, como mamá; ni de los que lo alabaron, causándome asombro porque los creia competentes.)
Más que interpretar la obra, la voy a describir: que es como obligar a  la gente a que vea aquello que no quiere o no puede ver.
La tela esta bastante inspirada en La separación, de Munch. Los colores están puestos con un criterio que aprobarían los fauves y que pretenden transmitir el estado de ánimo del protagonista, que es ese flaco con facha de marioneta. Tiene los ojos cerrados y traté de equilibrar eso con el enorme ojo abierto e inquietante en el otro lado. Junto al oido- que es el único representado en la marioneta- hay una clave de sol. La protagonista no tiene rostro, pero tiene oreja. La clave de sol parece caer en pétalos. Con esto busqué, además de transmitir un estado emocional, un contrapunto con ese helecho (?) que se ve al pié, y ambas cosas están dialogando con los dedos blanos y abiertos del flaco. Tanto la marioneta como la clave lloran lágrimas del color del cielo. (Creo que la tela se me mojó mucho, porque sobran lágrimas.) La luna no es blanca, pero su luz, que está distribuída en los rostros masculinos, en los contornos del árbol, etc, si lo es. Señalo que el helecho blanco es un conjunto de hojas largas, y que busca contrastar con el árbol, que no tiene hojas. Tratar de exponer el motivo de un dedo amarillo, del mismo color que la señorita, sería arruinar el cuadro.
No me queda mucho más que decir. Pero ahora estoy pensando que tenían razón los detractores.

Diciembre 2011

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