El natalicio de nuestro Señor Jesucristo en Rumania, 1989
En la navidad de 1989, Nicolae Ceaucescu y su mujer, Elena, subieron a un helicóptero para abandonar el poder y el país. No pudieron salir de Rumania. Ese mismo día, una tropa del ejercito romano -perdón, rumano- fusiló a la pareja. El hombre que había gobernado el país por 22 años partió para siempre.
Lo que sigue a su muerte es de película. El dictador fue enterrado en una tumba vulgar. Le añadieron una cruz, porque era comunista y ateo. Los rumanos, enemistados con Ceausescu, y quizás como fruto inconsciente de ver tamaño hijo de puta en tumba tan pequeña, se empezaron a preguntar si efectivamente Ceausescu estaba enterrado allí. Se habló de tumba profanada, acaso de que le habían cortado las manos. En 2010 se exhumó el cuerpo y se le practicó pruebas de ADN. Efectivamente, era el dictador.
Dijeron que era para curar las heridas del pasado, pero a mí se me hace que la nueva tumba del fusilado, esa que es tan grande como su residente, fue levantada para calmar las conciencias del pueblo rumano.
Abril de 2012
Isabel, Elena, Nicolae y Juan Domingo |
José L. no entiendo. Me mandás u mail y me decís xfas? tengo la presión baja pero seguro q no es eso.
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