La selección de la Federación de Fútbol de Chile (FFCh) le acaba de ganar a la selección de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA) la final de la Copa América Centenario, en el no tan mítico Metlife Stadium de New Jersey. Fue por penales, y es una pena ver tantos millones de argentinos tristes. Estuvimos a un paso de tocar el cielo con las manos. Y aquí estamos.
La alegría de la mayor cantidad de personas es mi norte, mi deseo. Y debería ser el deseo de todos. El mundo es injusto. La victoria chilena alegra la vida de 18 millones de personas, no de 40 millones de argentinos. Mejor hubiera sido la victoria de Brasil, alegría para 200 millones de seres humanos. Lo óptimo, lo inmejorable en este torneo, hubiese sido la victoria de Estados Unidos, más de 300 millones, que si bien mayormente no gustan del fútbol, seguramente hubiesen sonreído al alzar la copa. Todos somos hermanos, No hay fronteras posibles. Brindemos en cualquier idioma. El verdadero corazón cosmopolita desea que China y la India jueguen la final de Rusia 2018 ( y que la gane China, claro). No se trata de una mera cuestión aritmética. Ser altruista es no ver fronteras, no ver razas, no ver diferentes colores de ojos. Da todo igual. Ellos son nosotros y nosotros somos ellos, en tanto homos sapiens, en tanto personas... en tanto chinos.
Y a mis compatriotas les digo: ante semejante catástrofe, tal vez necesitemos un buen seguro de vida.
Y a mis compatriotas les digo: ante semejante catástrofe, tal vez necesitemos un buen seguro de vida.
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