jueves, 14 de julio de 2016

El extraño fetichismo de Néstor Kohan

Pensaba comprarme un libro de Néstor Kohan. Quería hacerle justicia. Vengo mirando los videos de la Cátedra Che Guevara que colgó en el youtube.  Son muy buenos. Es un tipo simpático, piola y copado. Y sabe. Sabe mucho. Un experto en marxismo. Debe haber poca gente en el país que sepa tanto como él sobre Marx. Y yo, que transité sus discursos virtuales con placer, quería conocer otro aspecto de Néstor: lo que escribe.

Sin embargo, tiene contraindicaciones. Es un poco fundamentalista, es un poco foquista, es un poco muchas cosas. Es de esos tipos para los cuales todo papel escrito por Marx es imprescindible. Da lo mismo los pasajes que el mismo pensador subrayó en El capital que la lista de libros que le tiró al empleado de la Biblioteca Británica o las cartas que le confeccionó a Jenny, su mujer,  para avisarle que se vaya a dormir porque él iba a quedarse trabajando toda la noche. Néstor opera como los teólogos que no pueden olvidar las cartas a los tesalonicenses sin ponerse colorados. Si hay alguna contradicción entre estas cartas y los evangelios, siempre, pensándolo seriamente, se podrá arreglar. 

Pero lo que más me alertó de Kohan fueron sus incoherencias. No son muchas, pero me parecieron alarmantes. Recuerdo un video donde comenta el famoso apartado de El capital donde Marx nos habla sobre el fetichismo de la mercancía. Esas fascinantes cuatro páginas son expuestas en más de una hora de video. No es un exceso, lo hace muy bien y le mete onda. Pero durante todo el video, al igual que en todos los videos, está con el mate en la mano, y las fotitos de Marx, de Walsh, y de muchos otros que nos miran desde los anaqueles. Agreguemos que—y esto fue lo que más me conmocionó—  como siempre invita a leer a otros autores,  sacando un libro de la biblioteca, dos libros, tres libros, infinitos libros, todos añejos, trabajados, agotados la mayoría. El cariño que tiene Kohan al hablar de esos libros es emocionante. Pero yo no podía olvidar que el tipo estaba hablando del fetichismo de la mercancía. En cuanto a él, es claro que lo había olvidado; o mejor dicho, es claro que se había olvidado de él mismo, que estaba alienado. Siempre con la mate en la mano, ya frío, sólo le faltaba besar la foto de Marx.

Sentí empatía con su extraño fetichismo, porque soy igual. Para mi los libros caminan y me dominan;  me viven, me cosifican. 

Se puede aprender mucho de Néstor, siempre que uno sepa poner el filtro donde debe ir. Es un artista y un profesor de primera que no sólo sabe transmitir un conocimiento, sino también una emoción. Incluso se puede aprender sobre uno mismo. Es más, te puede cambiar la forma de pensar. Pensaba comprarme un libro, pero lo pensé mejor y me decidí por bajar un PDF. No sea cosa que después termine con la fotito de Néstor Kohan en la biblioteca.

Dejo un video de la Cátedra: 
https://www.youtube.com/watch?v=eMpbMO9jTVg





1 comentario:

  1. Ja ja ja es asi tal cual; mejor bajarlo pdf o pub o fotocopiarlo; y nunca habla de actualidad; vive en su mundo; son como testigos de jeova ; encontre rl blog buscando alguna nota de actualidad de nestor pero no hay; ellos no viven en la realidad temporal presente ni la analizan; una lastima ; tal vez seria util; esta ocupado haciendo exegesis marxista son

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