miércoles, 25 de diciembre de 2013

Nuevo mapa del mundo

Como en el espacio no hay ni arriba ni abajo, nada extraño nos debería resultar ver un planisferio invertido, donde la Argentina y Australia se encuentren arriba. De hecho, estos mapas “al revés” existen y son exhibidos si las circunstancias lo ameritan. Pero, por convención, los planisferios vienen con el sur abajo y el norte arriba.
El mapa que tenés a la derecha es una proyección de Peters. Lo que Peters quiso destacar con esta rara cartografía son los trópicos y las paupérrimas regiones que lo componen. Es algo así como obligarte a ver aquello que no podrías ver por tus propios medios. Si te fijás, la proyección agranda las zonas centrales del globo, donde hay países que ni el nombre uno sabe, y achica a las naciones ubérrimas más septentrionales; como Alemania, donde fue parido nuestro amigo Peters.
Y digo “nuestro amigo” porque esto se le ocurrió para 1974, cuando los países del África negra se estaban terminando de emancipar (Angola y Mozambique, en último término.) Si, nuestro amigo, porque fue un oscuro benefactor de la humanidad, y si usted mira bien, notará que en el centro del mapa, agigantado, aparece el continente negro. Cierto es que siempre en los planisferios, incluso en los”invertidos”, África aparece en el medio, pero la relevancia que adquiere en el mapa de Peters es fabulosa, y más aún si atendemos a las mayores distorsiones, que se dan en las regiones del norte, que están representadas casi como caricaturas.
Ahora bien, si el continente menos contenido por la piedad humana aparece, ya sea más grande o más chico, siempre en el medio, no es por un raro altruismo, sino porque se sobreentiende que el Pacífico es pura agua y grande al pedo, y porque nos vemos impelidos a favorecer con el centro a esa enorme extensión de tierra que está debajo de Europa, que en fin de cuentas europeos fueron los primeros cartógrafos.
Sin embargo, China está reviviendo después de varios siglos, y entre la emergente potencia China y los Estados Unidos solo hay agua, mucha agua: el océano Pacífico. Es por ese motivo que les quería ofrecer el mapa que remata este texto. Se trata de una proyección Peters con una modificación, que resalta—se deja ver—ese enorme “vacio” de agua en su centro.
El Pacífico está llamado a ser el mar más importante del globo. Ya en las postrimerías de la segunda guerra, cuando la armada de los Estados Unidos se pació por las remotas islas del sudeste asiático para tomar represarías finalmente sobre Japón, este océano estaba avisando sobre su importancia estratégica. Y ni que hablar de la guerra fría, cuando Rusia puso su armada a tiro de Yankilandia, en los puertos de Petropávlovsk y Vladivostok. Por no hablar de las Coreas y sus añosos problemas, que siempre son más profundos que una fosa.
Sin embargo es con China que veremos, antes de que pase mucho tiempo, al mapa de abajo como cosa habitual, imprescindible, máxime si tenemos en cuenta que en el mismo la propia China asume una posición privilegiada. Estoy seguro que las generaciones venideras mirarán nuestros planisferios con un poco de aprensión. Y lo triste será que África dejará de estar en el centro de la escena. Bueno, al menos en los mapas, que no siempre se representan a sí mismos.
 

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