Se la conoce
como la maldición de la 9na sinfonía. Schubert, Dvorak, Malher y Vaughan Williams, además del que
inaugura la serie, Beethoven, no pudieron componer una décima. Se murieron
antes.
Anton Bruckner cayó en esa maldición. Ya me he explayado
sobre Anton en El caso
Bruckner . Con él todo es extraño.
Su sinfonía número cero y la dobles cero (00) así lo demuestra. Si omitimos
este detalle perturbador podemos decir que se murió dejando inconclusa su 9na, una
de las mejores piezas de la historia. Dedicó esta sinfonía a su ¨amado dios¨. Luego murió.
Encontré en el
Youtube una joya: el final del primer movimiento de la 9na interpretado por 3 capos. No se trata de Celibidache, Giulini o Furtwangler, a mi juicio, los mejores interpretes brucknerianos. Se trata de Abbado, Karajan y Bernstein.
El estado en que queda Karajan al finalizar la pieza es de un
ensimismamiento mágico, como poseído, como en trance, como yo cuando no me
rompen las pelotas y puedo escuchar sin interrupciones. A Bernstein es
muy impresionante verlo hechizado, con todo su cuerpo como a punto de eyacular.
Karajan quedó
postrado en una silla de ruedas en ese tiempo, finales de los 70s y murió luego
de ejecutar la 7ma de don Anton. Bernstein luego de este concierto vivió 6 meses
antes de ir a tocar el arpa. No es un
secreto que luego de estos recitales en Viena tuvo que suspender sus presentaciones por
las toses en el medio de los conciertos (sus toses). Abbado pasó la prueba en 1987, fecha de la
interpretación que nos convoca. Murió a los 80 años. Su última obra ejecutada y
grabada antes de partir, en 2014, fue la 9na de Bruckner.
Fuentes sobre las últimas interpretaciones de los maestros:
Sobre Abbado:
Sobre Karajan:
Sobre Bernstein:
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