viernes, 24 de mayo de 2019

Una sinfonía peligrosa




Se la conoce como la maldición de la 9na sinfonía. Schubert, Dvorak,  Malher y Vaughan Williams, además del que inaugura la serie, Beethoven, no pudieron componer una décima. Se murieron antes.
Anton Bruckner  cayó en esa maldición. Ya me he explayado sobre Anton en El caso Bruckner  . Con él todo es extraño. Su sinfonía número cero y la dobles cero (00) así lo demuestra. Si omitimos este detalle perturbador podemos decir que se murió dejando inconclusa su 9na, una de las mejores piezas de la historia. Dedicó esta sinfonía  a su ¨amado dios¨. Luego murió.
Encontré en el Youtube una joya: el final del primer movimiento de la 9na interpretado por 3 capos. No se trata de Celibidache, Giulini o Furtwangler, a mi juicio, los mejores interpretes brucknerianos. Se trata de Abbado, Karajan y Bernstein.  El estado en que queda Karajan al finalizar la pieza es de un ensimismamiento mágico, como poseído, como en trance, como yo cuando no me rompen las pelotas y puedo escuchar sin interrupciones. A Bernstein es muy impresionante verlo hechizado, con todo su cuerpo como a punto de eyacular.
Karajan quedó postrado en una silla de ruedas en ese tiempo, finales de los 70s y murió luego de ejecutar la 7ma de don Anton. Bernstein luego de este concierto vivió 6 meses antes de ir a tocar el arpa.  No es un secreto que luego de estos recitales en Viena tuvo que suspender sus presentaciones por las toses en el medio de los conciertos (sus toses). Abbado pasó la prueba en 1987, fecha de la interpretación que nos convoca. Murió a los 80 años. Su última obra ejecutada y grabada antes de partir, en 2014, fue la 9na de Bruckner.

Fuentes sobre las últimas interpretaciones de los maestros:
Sobre Abbado:
Sobre Karajan:
Sobre Bernstein:

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