domingo, 14 de septiembre de 2014

Tempestivamente



Tempestivamente
           
Máximo Kirchner dio un discurso político, él primero, y a pesar de haber insistido con una re-reelección de su mamá, a nadie le resulta raro pensar ahora en una posible candidatura del hijo de Cristina. Muchos, como el diario La Nación, se muestran descolocados y hablan de “sorpresa”. Sin dudas es una de las tantas admirables sorpresas del gobierno que desconcierta a cualquiera que no tenga timing político. A esta altura a nadie debiera sorprender las habilidades de manejar tempestivamente—  la palabra existe  —y no intempestivamente sus novedades.
El momento para lanzar la candidatura del hijo de la mandataria es oportuno por varios motivos. En primer lugar, su madre ha tenido un repunte en las estadísticas como consecuencia del voto favorable obtenido en la ONU a propósito de los fondos buitres. En segundo lugar, no hay que menospreciar la predisposición generalizada a ver en los descendientes un valor en sí mismo como consecuencia de la recuperación del nieto de Estela de Carlotto—  noticia que según las malas lenguas se habría diferido con un fin también político—. Y en tercer lugar por un montón de otras cosas que desconozco…
Por supuesto, una de las estrategias fue hacer pasar por un nabo a Máximo todo este tiempo, como para que no se sospeche, y para poner el foco en otros posibles candidatos, muchos impresentables o al menos inverosímiles, que nadie con un mínimo de rodaje político podía tomar en serio.
Hace años realicé un gol de media cancha. Vaticiné a inicios de 2008 que Cristina iba en lugar del Pingüino como candidato presidencial. Se me hacía obvio: estaban persiguiendo a Isabelita, la ex del General. Era el lavado de imagen de la figura de una primera dama peronista. Aquella, tonta,  había terminado en la presidencia más desastrosa; esta, brillante,  tenía  que terminar con aquel mal recuerdo antes que se lo recordaran.
Pude haber leído el artículo que les dejo abajo, de octubre de 2013, donde  Infobae ya anunciaba sigilosamente  lo que a muchos hoy sorprende. Ahora escribo estas líneas para al menos adelantarme a lo que mañana mismo van a escribir los otros diarios. ¿Y si me equivoco? ¿Y si no es más que una farsa que esconde otros móviles, como la de trasladar la capital a Santiago del Estero? Seré otro engañado, pero nunca un desilusionado. Yo admiro la capacidad de maniobra sorpresiva que tiene este gobierno. Si se van, los voy a extrañar. 


http://www.infobae.com/2013/10/09/1514843-desde-el-kirchnerismo-admitieron-primera-vez-que-maximo-siempre-opino-gestion

Un buen ejemplo de como los medios reprodujeron lo que el gobierno quizo


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