Si
yo te quiero robar el reloj, te lo voy a robar. No importa lo que
hagas. Yo estoy pensando todo el día en tu reloj. Se tus movimientos y
organizo los mios. Todas mis energías mentales están puestas en lo que
tenés en la muñeca. Vos tenés la guardia baja. Estás pensando en otra
cosa. Es obvio que te lo voy a terminar robando. Y si empezás a
sospechar algo, ya es tarde. Yo vengo pensando en tu reloj desde hace
meses.
Con el fiscal pasó lo mismo. Se le empezó a tender la cama desde
mucho tiempo atrás. Cuando todo estuvo listo se uso a los de siempre
para que vuelva corriendo. Dicho de otro modo: no lo mataron porque iba a
hablar, sino que le dijeron que iba a hablar para matarlo. Todo
calculado, sincronizado. Como las agujas de un reloj.
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