miércoles, 13 de mayo de 2015

De Seúl a Buenos Aires



De Seúl a Buenos Aires
(Sobre el arroyo Maldonado)

          
El río Cheonggyecheon, entubado
 
Durante años los porteños le dimos la espalda al Río de la Plata y a todo curso de agua que cruza la ciudad. El arroyo Maldonado corrió la peor suerte, fue enterrado bajo la avenida Juan B. Justo, corriendo la misma suerte que el Medrano, el Vega y tantos otros. Eran tiempos en los cuales se hacía una asociación directa entre cursos de agua y contaminación. Y si el Riachuelo no fue soterrado fue porque era demasiado grande  y costoso el proyecto.

            Pero hoy en día los cursos de agua empiezan a ser valorizados por los urbanistas de todo el mundo. Las clases altas sueñan con vivir al amparo de un río o de un lago, bajo la única condición de que sean saneados adecuadamente, como para ir a dar una vuelta en yate o para relajar la mirada sobre las aguas. Puerto Madero es nuestro mejor ejemplo al respecto.

            No es una novedad que seguimos lo que hacen otros. Esto no tendría ningún inconveniente, siempre que imitemos bien y con criterio. El río Nervión, en Bilbao, fue limpiado de toda podredumbre y acá se invoca el hecho como ejemplar. Es un mal ejemplo. El Nervión nunca estuvo tan contaminado como nuestro Riachuelo ni Bilbao puede compararse a la enorme Buenos Aires.

            Sin embargo, hay ejemplos que podemos tomar, al menos para el Maldonado. Este riacho corre principalmente por Palermo, donde hay mucha densidad de población y mucha gente de plata. Es, además, una zona muy urbanizada, donde tenemos un centro neurálgico como Pacífico, dónde el ferrocarril San Martín se cruza con la línea D de subte y un sinfín de bondis, lugar de tránsito de la clase baja y media baja. ¿Por qué no hacer lo que hicieron los coreanos?

           
Río Cheonggyecheon, hoy
El río
Cheonggyecheon (Ver fotos) recorre el centro de Seúl. Durante años estuvo entubado como el Maldonado, oficiando de pista para miles de autos. Un día quitaron la avenida— y una autopista añadida— y quedó como un parque público céntrico, por donde corre un hilo de agua que, en caso de fuertes lluvias, puede crecer hasta convertirse en un verdadero río, incluso arrasando el parque adjunto, pero con barreras que impiden que el agua llegue a la calle. No sólo sirve como lugar de recreación; también, cuentan, gracias a las paredes laterales del parque la temperatura del lugar, por el agua, está notoriamente por debajo del resto del centro de Seúl.

            La avenida Juan B. Justo se puede ver de dos maneras diferentes: como una avenida—que es la manera más obvia—, o como uno de los puentes más anchos del mundo—que es una manera muy boluda de ver las cosas—. Pensemos en una tercera posibilidad: dejar de verla, verla como los coreanos. Esa es la mejor manera.



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