Macri fue a
ver al Papa. El sumo pontífice no tuvo mucha onda con el presidente y su
esposa, que fue ataviada con algo que recordaba al luto de Cristina. Según El país de Madrid, Bergoglio se cansó de que lo usaran políticamente en
Argentina y se puso serio. No querría ser víctima de la manipulación política de
Macri como antes lo fue de Cristina. La
Nación fue más inteligente en su intento de
descalificarlo y recuerda que cuando era arzobispo de Buenos Aires el ahora Papa se quejó a Macri porque el Pro
no hizo más para impedir sanciones progresistas, como la ley de matrimonio
igualitario.
Todo
cambió cuando llegó a Papa. La política es el arte de lo posible. En la medida
de sus posibilidades siempre se mostró copado con los gays. Incluso un
sacerdote del Vaticano confesó ser puto ante las cámaras, y se sabe que esa movida
no podría haber sido difundida tan rápidamente sin la venia papal.
La gente más
mediocre y los oportunistas creen que las personas cambian espontáneamente. Te
dicen: ¨Juan está cambiado¨, pero no
reparan en que, simplemente, no lo conocían lo suficiente a Juan, y que ahora
acaso lo conozcan un poco más. Juan no cambió, tal vez lo que cambiaron fueron
las circunstancias.
Hacer política
es disfrazarse. Nadie llega a lo más
alto si no se disfraza (y cambia de disfraz) un poco. Hitler tuvo que disfrazarse;
Gandhi tuvo que disfrazarse. Tal vez
Nestor tuvo que disfrazarse.
Yo no creo en
dios y no soy puto, pero creo en las personas. Bergoglio es el hombre más inteligente de este
planeta. Arriba de Bergoglio no hay nadie. Sólo dios (al menos hipotéticamente). Ahora puede ser él
mismo, sin necesidad de disfrazarse, en la medida de lo posible. Bendito seas querido Papa.
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