miércoles, 10 de agosto de 2016

La resurrección de Andrea del Castagno

            Me propuse desde hace tiempo no escribir en este blog, a menos que se trate de algo importante, sustancial. No siempre cumplo. Pero en general aprendí a dejar el blog para pensamientos que considero auténticamente míos. No siempre acierto. Alguien ya pensó por uno lo que suponíamos original. Suele pasar.

            En este caso lo que me trae por acá no es ningún secreto, o no debería serlo. Por lo tanto no voy a decir algo original, pero voy a comentar algo que usted no va a encontrar fácilmente en otro sitio.

            Una de las formas en que aprendemos consiste en mirar y nada más que en mirar. Nadie nos va a explicar que las panteras se parecen mucho a los gatitos. Puede ser que con el correr de los años nos transformemos en licenciados en felinos. Pero lo cierto es que con sólo mirar reparamos en semejanzas obvias. Si dios hizo a los bichos, seguramente para hacer a las panteras se inspiró en los gatitos. O viceversa. Todo es cuestión de saber las fechas para asumir cual fue creado antes.

            La primera imagen de la resurrección es de Andrea del Castagno. La segunda es de Piero de la Francesca, y es algunas décadas posterior.





La de Piero, de factura genial, está obviamente inspirada en la de Andrea, que sin ser tan genial tiene el enorme mérito de la originalidad.

Sin embargo, la obra de Castagno es sólo una parte de un fresco enorme. En su conjunto se ve muy diferente y es muy poco reproducida. Se ve así.




En esta escala se advierten genialidades varias del maestro. La resurrección queda arriba a la izquierda, como poca cosa. La última cena, que contrariamente a la parte superior, fue restaurada, es un falso teatro; es un trabajo de perspectiva emocionante y uno de los primero trampantojos de la historia del arte. Es, en otras palabras, la invención de un espacio que no existe sobre una pared. (La palabra trampantojo es literalmente una trampa para el ojo y fue un neologismo necesario por culpa de gente como Andrea del Castagno). Por otra parte, la influencia  de las simetrías y los colores de las alitas que vemos en la parte de arriba la podemos rastrear en Piero y en su alumno Luca Signorelli. Esas influencias las notamos con sólo mirar. Miren.

La virgen del parto



Los condenados


No es mi intención restarle importancia a estas obras maravillosas. Yo mismo escribí en este blog en diciembre del 14´ sobre La virgen del parto. Pero no se puede negar el ascendiente de Andrea sobre los otros. 


¿Por qué La resurrección de Andrea del Castagno es prácticamente ignorada? Encuentro una explicación plausible para esta obstinada ceguera. En casi todos las reproducciones, tanto las de la web como las de papel, se reproduce la cena y se evita la parte superior, tal vez porque está gastadita, tal vez por la genialidad que supone la parte inferior, o tal vez  porque sí. En suma, nadie sabe del obvio antecedente de La resurrección de Piero de la Francesca simplemente porque no se encuentran muchas reproducciones de esta obra de Andrea del Castagno en su conjunto, y se prefiere reproducir sólo la cena.

Tengo la fortuna de poseer una de esas colecciones ochentonas de pinacoteca, que venían con fotos de pésima calidad. Sin embargo, traían muchas obras enteritas. No explicaban mucho, y precisamente por eso nos obligaban a ver con detenimiento las imágenes, sin la seducción permanente de un clic en el mouse. Bastaba con mirarlas con atención para aprender. Hoy se puede encontrar de todo en la web. Es una maravilla, no lo voy a negar, pero por momentos distrae demasiado. Me encontré con unos tipos que comentaban la trinidad de Masaccio como antecedente de nuestra obra de Piero y otras cosas descabelladas. ¡De donde sacaron eso! Bueno, me dije, vamos a seguir buscando. Con la ayuda de traductores, me obsesioné en buscar en sitios de museos, en gente destacada, en wikipedias, en mil lugares alguien que dijera lo obvio. Nada por acá, nada por allá. Seguí con obras de papel del siglo XXI que tengo en casa. Más de lo mismo. Todos buscaban antecedentes irracionales—algunos eran diabólicamente complejos: mezclaban una miniatura y una estatua griega, al divino botón— o directamente le daban la originalidad absoluta a Piero— ¨nunca a nadie se le había ocurrido antes¨, afirma un temerario. Ya estaba creyendo que yo estaba loco, o peor, que veía mal. Volví a la pinacoteca ochentona. Me dije; ¿debo ser el primero que se da cuenta?  ¿Sirvo para algo? Desgraciadamente dí con la página que dejo al final, donde alguien dice la siguiente obviedad: La resurrección de Piero de la Francesca se inspiró en La resurrección de Andrea del Castagno. Es tan fácil como eso.


  

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Mi escrito sobre La virgen del parto de Piero de la Francesca:

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