sábado, 18 de marzo de 2017

Es tonta

 Cristina Mucci conduce desde hace 30 años  Los siete locos, un programa sobre libros y cultura—en ese orden—, y es bien sabido que no le da. Han desfilado multitud de intelectuales y pseudo-intelectuales por allí, y es al día de hoy que no me explico como nadie tuvo el coraje de decir a viva voz aquello que es un secreto a voces: es tonta.
                Todo juicio sobre la inteligencia del prójimo conlleva la consideración sobre la propia inteligencia. En efecto, cualquier persona que tache de tonta a otra se está poniendo por encima del tachado. He escuchado a gente realmente muy tonta decir lo mismo de la Mucci. Eso habla muy mal de su cerebro.
                Paradójicamente, veo Los siete locos. Después de todo es un espacio donde puedo escuchar a gente mucho más inteligente que yo. Muy pocas veces en mi vida he tenido la oportunidad de hablar con una luminaria. En una de esas contadas oportunidades,  David Viñas—que  en paz  descanse, si eso es posible—  me soltó un rosario de adjetivos descalificativos  en torno a la Mucci. Lo más seriecito que le disparó fue ¨ignorante¨. El resto era para llamar a los bomberos. Por supuesto yo estaba de acuerdo en todo, tenía miedo y sabía de su encontronazo con la conductora, donde David hace una exégesis brillante de la escenografía del programa.(Ver material en fuentes, al fondo de estas líneas)
                La historia y la geografía nos enseñan que el mundo no comenzó ayer y que no termina en la esquina. Son una de las formas que asume la inteligencia. Yo demando que cualquier persona medianamente inteligente salga, al menos cuando es pertinente, del aquí y del ahora, porque sino vamos a estar atados al ombligo, vamos a terminar pensando que no hay procesos, que no hay otra cosa más que lo que vemos y lo que oímos.
                Otra de las formas de la inteligencia es evitar con empeño los lugares comunes. Una persona que está persistentemente aplaudiendo a quienes se debe aplaudir y criticando a quienes se tiene que criticar tiene más de mascota que de ser humano.
 La Mucci carece de estas virtudes grandemente. Por dar sólo algunos ejemplos. Haciéndole reportajes a destacados historiadores como son Félix Luna y Tulio Halperin Donghi,  a ambos le hace la misma observación: ¨nosotros tenemos una historia terrible¨. Ellos—que son entrevistados en programas diferentes y en épocas diferentes— le contestan igual: ¨ni más ni menos que la historia de otros países¨. Pero ella insiste, con cara de pocos amigos: ¨¿le parece…?¨.
Cuando reportea a Juan José Saer hay un momento de tensión espectacular. Saer dice que odia al público y que no le importa que su obra se lea o no. Es una declaración de principios que a mí me parece admirable. La Mucci le da a entender, indirectamente, que su programa consiste precisamente en vender libros. Juan José retruca que debe vivir, pero que todo el medio literario de ventas le parece una payasada. Agrega que no le gusta Gabriel García Márquez, y Cristina se indigna. El escritor va por más: Neruda se hacía el que no le importaba las ventas porque tenía el éxito asegurado por obra y gracia de su medio de difusión: el Partido Comunista y su aparato. La Mucci, que no sabe apreciar un razonamiento inteligente, independientemente de que sea válido, suda, hierve, despide un olor desagradable.
Por supuesto, cuando se trata de Borges o Cortázar no se cansa de decir que el mundo se despierta y se duerme pensando en ellos. Son intocables. Por eso mismo es interesante el reportaje que le hace a una genia, Beatriz Sarlo. Beatriz defiende que Julio Cortázar es un escritor para adolescentes y eso enfurece a Cristina. La pensadora había ido al programa a presentar su libro sobre Juan José Saer, a quien por supuesto pone por encima de Julio. A la Mucci le rechinan los dientes, gime. No sé ni cómo, pero en un momento llegan a hablar de García Márquez, a quien Beatriz no volvería a leer. La conductora comenta que a Saer no le gustaba, pero agrega, indignada: ¨ ¡no sabés lo mal que habló de Gabo!¨.(Afortunadamente el reportaje quedó grabado y es interesante notar que el escritor no habla ¨mal¨ de García, simplemente dice con énfasis que no le gusta).  Cristina no aguanta más y le tira a Beatriz: ¨vos fuiste muy amiga de Saer¨, como para descalificarla, incurriendo en lo que los lógicos llaman falacia ad hominem. Pero Sarlo defiende a su amigo con argumentos. Saer nunca ganó un premio literario, a no ser uno absolutamente menor, a pesar de lo cual es un autor de prosapia.  Y a renglón seguido agrega algo prohibido, un tabú, especialmente para un programa que vende autores y libros—en ese orden—: ¨Juan José no tenía agentes literarios, y vos sabés que sin agentes literarios no se puede ganar premios¨. En esas pocas palabras está diciendo muchísimo. Por un lado le está dando un excelente ejemplo de que su amigo no quería realmente los premios y el halago. Los detestaba tanto que se negó hasta su muerte a tener un agente literario. Por otro lado, está diciendo que estas gentes existen y que son los que arreglan en gran medida a quienes se le otorgan premios y a quienes no. (Y quien esto escribe sabe perfectamente que es así). Mucci quiere ser enterrada viva después de esta observación inteligente. Queda flameando y se agarra a las cuerdas.
Rezo todas las noches para que el programa siga adelante, que en fin de cuentas me gusta, a pesar de la conductora. Hay que bancársela. Beatriz pudo haberle hecho otra observación: ¨este programa existe porque vos lo producís y en eso se agota tu mérito¨
Yo me quedé pensado y rastreé los premios de la Mucci. Por supuesto, son muchos más que los de Saer. Cuando uno es parte del circo se aplaude cualquier payasada. Siempre habrá un grupo de claque para los que pagan, y muchos más para los que cobran.

·         Cuatro Premios Martín Fierro
·         Premio especial a la trayectoria (APTRA),
·         Premio Broadcasting,
·         Premio Gente de Letras,
·         Julio Cortázar (Cámara Argentina del Libro)
·         Leonardo (Museo Nacional de Bellas Artes),
·         La Feria del Libro de Buenos Aires (en tres oportunidades),
·         El Grupo Interamericano de Editores y Buenos Aires Herald.
·         Los siete locos fue declarado de Interés Cultural por La Secretaría de Cultura y la Cámara de Diputados de la Nación.
·         Premio Konex 2007: Literaria
·         2010 - Medalla del Bicentenario.

Nota: Nobleza obliga: estos premios de Mucci  son por su labor en la tele, no por sus libros inhallables. Podemos comparar con el programa El refugio de la cultura de Osvaldo Quiroga, que no es tonto, y notar que tiene una cantidad de premios similar. En conclusión, cualquiera que incurra en eso que se llama ¨un aporte a la cultura¨ por un medio masivo y por largos años, acopiando intereses, será obsequiado con sendos premios otorgados por sus clientes, sea tonto o no. Esos premios, otorgados por las mismas instituciones en ambos casos,  en el fondo no son más que un Me gusta del Facebook.

Fuentes


                 





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