Cristina Mucci conduce desde hace 30 años Los
siete locos, un programa sobre libros y cultura—en ese orden—, y es bien
sabido que no le da. Han desfilado multitud de intelectuales y
pseudo-intelectuales por allí, y es al día de hoy que no me explico como nadie
tuvo el coraje de decir a viva voz aquello que es un secreto a voces: es tonta.
Todo
juicio sobre la inteligencia del prójimo conlleva la consideración sobre la
propia inteligencia. En efecto, cualquier persona que tache de tonta a otra se está poniendo por encima del tachado. He escuchado a gente realmente
muy tonta decir lo mismo de la Mucci. Eso habla muy mal de su cerebro.
Paradójicamente,
veo Los siete locos. Después de todo
es un espacio donde puedo escuchar a gente mucho más inteligente que yo. Muy
pocas veces en mi vida he tenido la oportunidad de hablar con una luminaria. En
una de esas contadas oportunidades, David Viñas—que en paz descanse, si eso es posible— me soltó un rosario de adjetivos
descalificativos en torno a la Mucci. Lo
más seriecito que le disparó fue ¨ignorante¨. El resto era para llamar a los
bomberos. Por supuesto yo estaba de acuerdo en todo, tenía miedo y sabía de su
encontronazo con la conductora, donde David hace una exégesis brillante de la
escenografía del programa.(Ver material en fuentes, al fondo de estas líneas)
La historia y la geografía nos enseñan que el mundo no comenzó ayer y que no
termina en la esquina. Son una de las formas que asume la inteligencia. Yo
demando que cualquier persona medianamente inteligente salga, al menos cuando
es pertinente, del aquí y del ahora, porque sino vamos a estar atados al
ombligo, vamos a terminar pensando que no hay procesos, que no hay otra cosa
más que lo que vemos y lo que oímos.
Otra de las formas de la
inteligencia es evitar con empeño los lugares comunes. Una persona que está
persistentemente aplaudiendo a quienes se debe
aplaudir y criticando a quienes se tiene
que criticar tiene más de mascota que de ser humano.
La Mucci carece de estas virtudes grandemente. Por dar sólo algunos ejemplos. Haciéndole reportajes a destacados historiadores como son Félix Luna y Tulio Halperin
Donghi, a ambos le hace la misma
observación: ¨nosotros tenemos una historia terrible¨. Ellos—que son entrevistados en programas diferentes y en épocas diferentes— le contestan igual: ¨ni más ni menos que la historia de otros países¨. Pero ella insiste,
con cara de pocos amigos: ¨¿le parece…?¨.
Cuando reportea a Juan José Saer hay un momento de tensión espectacular. Saer dice
que odia al público y que no le importa que su obra se lea o no. Es una
declaración de principios que a mí me parece admirable. La Mucci le da a
entender, indirectamente, que su programa consiste precisamente en vender
libros. Juan José retruca que debe vivir, pero que todo el medio literario de
ventas le parece una payasada. Agrega que no le gusta Gabriel García Márquez, y
Cristina se indigna. El escritor va por más: Neruda se hacía el que
no le importaba las ventas porque tenía el éxito asegurado por obra y gracia de
su medio de difusión: el Partido Comunista y su aparato. La Mucci, que no sabe
apreciar un razonamiento inteligente, independientemente de que sea válido, suda,
hierve, despide un olor desagradable.
Por supuesto,
cuando se trata de Borges o Cortázar no se cansa de decir que el mundo se
despierta y se duerme pensando en ellos. Son intocables. Por eso mismo es
interesante el reportaje que le hace a una genia, Beatriz Sarlo. Beatriz
defiende que Julio Cortázar es un escritor para adolescentes y eso enfurece a
Cristina. La pensadora había ido al programa a presentar su libro sobre Juan José
Saer, a quien por supuesto pone por encima de Julio. A la Mucci le rechinan los
dientes, gime. No sé ni cómo, pero en un momento llegan a hablar de García Márquez,
a quien Beatriz no volvería a leer. La conductora comenta que a Saer no le
gustaba, pero agrega, indignada: ¨ ¡no sabés lo mal que habló de Gabo!¨.(Afortunadamente el reportaje quedó grabado y es interesante notar que el
escritor no habla ¨mal¨ de García, simplemente dice con énfasis que no le
gusta). Cristina no aguanta más y le tira
a Beatriz: ¨vos fuiste muy amiga de Saer¨, como para descalificarla,
incurriendo en lo que los lógicos llaman falacia ad hominem. Pero Sarlo defiende a su amigo con argumentos. Saer
nunca ganó un premio literario, a no ser uno absolutamente menor, a pesar de lo
cual es un autor de prosapia. Y a
renglón seguido agrega algo prohibido, un tabú, especialmente para un programa que vende
autores y libros—en ese orden—: ¨Juan José no tenía agentes literarios, y vos
sabés que sin agentes literarios no se puede ganar premios¨. En esas pocas palabras
está diciendo muchísimo. Por un lado le está dando un excelente ejemplo de que
su amigo no quería realmente los premios y el halago. Los detestaba tanto que se
negó hasta su muerte a tener un agente literario. Por otro lado, está diciendo
que estas gentes existen y que son los que arreglan en gran medida a quienes se
le otorgan premios y a quienes no. (Y quien esto escribe sabe perfectamente que es así). Mucci quiere ser enterrada viva después de esta observación inteligente.
Queda flameando y se agarra a las cuerdas.
Rezo todas las
noches para que el programa siga adelante, que en fin de cuentas me gusta, a
pesar de la conductora. Hay que bancársela. Beatriz pudo haberle hecho otra
observación: ¨este programa existe porque vos lo producís y en eso se agota tu
mérito¨
Yo me quedé
pensado y rastreé los premios de la Mucci. Por supuesto, son muchos más que los
de Saer. Cuando uno es parte del circo se aplaude cualquier payasada. Siempre
habrá un grupo de claque para los que pagan, y muchos más para los que cobran.
·
Premio
especial a la trayectoria (APTRA),
·
Premio
Broadcasting,
·
Premio Gente
de Letras,
·
Leonardo
(Museo Nacional de Bellas Artes),
·
Los siete locos fue
declarado de Interés Cultural por La Secretaría de Cultura y la Cámara de
Diputados de la Nación.
·
2010 -
Medalla del Bicentenario.
Nota: Nobleza obliga: estos
premios de Mucci son por su labor en la
tele, no por sus libros inhallables. Podemos comparar con el programa El refugio de la cultura de Osvaldo
Quiroga, que no es tonto, y notar que tiene una cantidad de premios similar. En
conclusión, cualquiera que incurra en eso que se llama ¨un aporte a la cultura¨
por un medio masivo y por largos años, acopiando intereses, será obsequiado
con sendos premios otorgados por sus clientes, sea tonto o no. Esos premios,
otorgados por las mismas instituciones en ambos casos, en el fondo no son más que un Me gusta del Facebook.
Fuentes
Archivo del
programa: http://www.tvpublica.com.ar/programa/los-7-locos/
David Viñas: https://www.youtube.com/watch?v=JeUTBI2iFoY
Juan José
Saer: https://www.youtube.com/watch?v=W8xb7haRl0U&t=613s
Beatriz Sarlo:
https://www.youtube.com/watch?v=ROhFEXmP7vU
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