Ya lo enseñó
Sócrates: antes de hablar deberíamos ponernos de acuerdo de qué estamos
hablando. Pasaron 2.400 años y aún no lo hemos aprendido. Parecidamente, antes
de decir si son 8 mil o 30 mil deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo:
¿política o historia?
Cuando hago
política no lo dudo ni un segundo: son 30 mil, tal vez más. Lo defiendo a capa
y espada vaya donde vaya. Ayer fui a la plaza y lo repetí hasta el cansancio. Pero
si estoy haciendo historia debo contar con un documento o algo que acredite
aquello que afirmo, y haciendo historia debo decir que fueron unos 8 mil, tal
vez menos, y es una enorme cantidad de gente.[i]
Pero qué pasa
cuando un escritor o un intelectual que se precie debe decir la verdad histórica sin bajar sus banderas
políticas. Por supuesto, tiene que ser sutil, decir y no decir. Veamos los
siguientes ejemplos.
Pilar Calveiro,
quien fuera víctima de los años de plomo, escribe al iniciar un párrafo de Somos compañeros, amigos, hermanos: (Los
puntos suspensivos son del original).
¨Diez, veinte, treinta mil torturados,
muertos desaparecidos… En estos rangos las cifras dejan de tener significación
humana¨.
Mucho
más sutil fue Hernán López Echagüe, que dice lo siguiente en El hombre que ríe,
la biografía de Carlos Ruckauf, página 58: (En este caso también los puntos
suspensivos son del original)
¨A partir del 24 de marzo de 1976, y hasta
las últimas semanas de la dictadura, hubo, no caben dudas, un extermino
planificado. Más de cuatro mil desaparecidos en 1976; 342 por mes; 11 por día.
Más de tres mil en 1977, 238 por mes; 8 por día… El ochenta por ciento de los
treinta mil desaparecidos tenía entre dieciséis y treinta y cinco años.¨
Ahora, preste
atención. Sáquese los prejuicios de la cabeza. En esos puntos suspensivos y en
ese ¨y hasta las últimas semanas de la dictadura¨ hay una sugerencia de progresión
aritmética. Veamos. En 1976 y 1977 sumamos 7 mil. Si seguimos la progresión
sumamos otros 7 mil para 1979 y otros 7 mil para 1981 y otros 7 mil para cuando
se fueron los milicos. El resultado de la cuenta nos da… 28 mil. Sin embargo,
López Hechagúe no debe de desconocer que para mediados de 1978 se paró el
genocidio.
No obstante lo
cual, debemos felicitarlo al haber dado cifras correctas en los primeros años y
especialmente por graficar la masacre dividiendo las
víctimas de los primeros años por la cantidad de días, lo cual estremece a
cualquier bien nacido.
Pero hay
alguien más inteligente para decir y no decir. Horacio Verbitsky fue
entrevistado por la revista Playboy
en marzo de 2016. Del reportaje, que es imperdible por varias razones y que
evidentemente no leyeron muchos, se recortó lo que a cada sector le convenía.
Se afirmó que había dicho que eran más de 30 mil y que había dicho que eran unos
9 mil. La cosa es más interesante, sutil y calculadamente ambigua. Dijo:
¨El número puede
ser muy superior al que está registrado con nombre y apellido. Yo no cuestiono
en absoluto el esfuerzo de precisión. He tenido una polémica al respecto con
(el periodista Ceferino) Reato, donde me atribuía a mí
sostener el número de 30 mil, y yo nunca dije eso. He dado el número que estaba
acreditado con nombre y apellido, desde la época de la revista El Periodista en
adelante. He dicho ‘tal número acreditado con nombre y apellido, pero que otras
fuentes elevan hasta 30 mil’. Ahora, que quedó instalado
como un lema, como un símbolo, eso es evidente¨.
...Y ¨el
número acreditado con nombre y apellido¨ es, claro, un poco más de 8 mil.
Estas cosas
las puedo decir con libertad porque soy un don nadie que escribe y que poca
gente lee. Cuando Graciela Fernández Meijide, madre de un desaparecido ,dijo más
o menos lo mismo que ahora yo sostengo, fue acribillada por los organismos de
derechos humanos.[ii] Yo no hubiera dicho nada.
Siempre quedará
la duda si fue Hebe o el ex montonero Luis Labraña el que ideó la cifra
de 30 mil. Pero ya no tiene importancia. Hoy es un estandarte, un símbolo. Y
piensen una cosa; si no se hubieran ido 100 mil argentinos al exilio hubiesen
desaparecido muchísimos más que todas las cifras que hoy manejamos; piensen que
los militares argentinos mataron 8 mil argentinos y 250 ingleses (en una guerra donde mandaron a morir otros 650 compatriotas); y
piensen que hablar de 30 mil es tal vez una falta de respeto (al menos parcial)
para los 8 mil que realmente desaparecieron, con nombre y apellido, un promedio
de casi 9 por día a lo largo de 2 años, como dice Echagüe.
Por supuesto, no somos el único país en el mundo que transita
este problema, y hay casos donde la disparidad entre las cifras son más abismales
y los castigos por dar un número no oficial son terribles. Hace poco veía el
canal oficial iraní en lengua castellana, HispanTV.
Conmemoraban el aniversario del Viernes Negro de 1978, uno de los eventos que
contribuyeron al derrocamiento del Sha. La tele hablaba de decenas de miles de
muertos y estigmatizaba a unos supuestos negadores de los números oficiales.
Empecé a averiguar, con la fascinante y peligrosa herramienta que es el
traductor automático de Google. Allá por el 2003 se armó un escándalo cuando el
prestigioso historiador y activista por los derechos humanos, Emadeddin
al-Baghi, (a veces transliterado como
Emad al-Din Baghi), escribió que los muertos del Viernes Negro no fueron 15 mil (que es el número emblemático) sino… 25 (veinticinco). Desde ya, Baghi sufrió cárcel y destierro por decir
semejante cosa, y otros historiadores que puede revisar no elevan la cifra más
allá de cien. [iii]
Querido
lector, si algún día haciendo una actividad política tu me llegaras a endilgar
estas líneas debes saber que las voy a negar, y que si insistes te voy a
denunciar, te voy a anatematizar, te voy a denigrar. Pero si nos encontramos
haciendo historia las voy a defender, lo vamos a hablar, lo vamos a sufrir. Y,
por supuesto, si algún día la política me lo exige, voy a eliminar este
artículo sin que me tiemble el pulso. Tengo dos caras, como las monedas.
Lamentablemente la mayoría de la gente tiene sólo una: la del número.
Fuentes:
Pilar Calveiro. Somos
compañeros, amigos, hermanos, en Poder y desaparición. Los campos de concentración en la Argentina, Buenos Aires,
Colihue, 1998, pag 29-53. Reproducido en el libro de la materia Problemas
socioeconómicos contemporáneos de la Universidad nacional de Gral. Sarmiento
(UNGS), pág. 93
Reportaje a Horacio Verbitsky; Playboy,
marzo de 2016. http://www.playboyrevista.com/verbitsky-antes-y-despues-del-kirchnerismo
López Echague, Hernán. El hombre que ríe. Biografía política de Carlos Federico
Ruckauf, Buenos Aires, Sudamericana, pág. 58)
Fernández Meijide, Graciela, La
historia íntima de los derechos humanos en la Argentina, Buenos Aires,
Sudamericana, 2009
Daniel Muchnik y Daniel Pérez, Furia ideológica en la Argentina de los 70,
Buenos Aires, Ariel, 2013
Sergio Schoklender, Sueños postergados, Coimas y corrupción en
la patria de los desvíos, Buenos Aires, Planeta, 2011
Luis Labraña en Diario Registrado. 22-12-14: http://www.diarioregistrado.com/politica/labrana-dijo-que-invento-la-cifra-de-los-30-mil-desaparecidos_a54a760b542b51e2eea006465
Reato, Ceferino, Disposición final, Buenos Aires,
Sudamericana, 2012
Reato Ceferino, Hablan de 30.000 desaparecidos pero saben
que es falso, diario La nación, 20 de septiembre de 2013 http://www.lanacion.com.ar/1621505-hablan-de-30000-desaparecidos-y-saben-que-es-falso
Sobre el Viernes Negro de Irán:
A question of numbers, en Iranianvoices.org:
[i]
Reato Ceferino, Hablan de 30.000
desaparecidos pero saben que es falso, diario La nación, 20 de septiembre
de 2013 http://www.lanacion.com.ar/1621505-hablan-de-30000-desaparecidos-y-saben-que-es-falso
[ii] Por
supuesto, esto Graciela lo había escrito en su libro La historia íntima de los derechos humanos en la Argentina, pero
hasta que no lo dijo en la tele nadie se despeinó. Lo mismo con Ceferino Reato
en Disposición final: tuvo que salir Lopérfido en los medios para que se arme
el escándalo. Después no se pregunten por qué los libros son peligrosos. Son
peligrosos porque en ellos uno se da libertades que no existen en otros medios.
¿Sino por qué creen que los programas del tipo de TVR o 678 citaban de la tele
o de la radio o del diario pero nunca de los libros?
[iii] En general se suele hacer un paralelismo con
el caso del holocausto. Es un mal ejemplo, o al menos no es tan bueno como el mío
de Irán por varias razones que aquí no vienen al caso.. Ya le dedicaré un
artículo a ese tema. También intenté averiguar qué opinan en otros países de
nuestros desaparecidos, y me encontré con una sorpresa. Desde la exitosa
película Missing de Costa-Gavras, de
1982, muchos en el mundo asocian la palabra ¨desaparecidos¨ a Chile,
especialmente porque en ese año la Argentina fue famosa por otra cosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario