sábado, 25 de marzo de 2017

Decir y no decir ¨30 mil¨ (Calveiro, Verbitsky y López Echagüe)

Ya lo enseñó Sócrates: antes de hablar deberíamos ponernos de acuerdo de qué estamos hablando. Pasaron 2.400 años y aún no lo hemos aprendido. Parecidamente, antes de decir si son 8 mil o 30 mil deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo: ¿política o historia?
Cuando hago política no lo dudo ni un segundo: son 30 mil, tal vez más. Lo defiendo a capa y espada vaya donde vaya. Ayer fui a la plaza y lo repetí hasta el cansancio. Pero si estoy haciendo historia debo contar con un documento o algo que acredite aquello que afirmo, y haciendo historia debo decir que fueron unos 8 mil, tal vez menos, y es una enorme cantidad de gente.[i]
Pero qué pasa cuando un escritor o un intelectual que se precie debe decir la verdad histórica sin bajar sus banderas políticas. Por supuesto, tiene que ser sutil, decir y no decir. Veamos los siguientes ejemplos.
Pilar Calveiro, quien fuera víctima de los años de plomo, escribe al iniciar un párrafo de Somos compañeros, amigos, hermanos: (Los puntos suspensivos son del original).

¨Diez, veinte, treinta mil torturados, muertos desaparecidos… En estos rangos las cifras dejan de tener significación humana¨.

                Mucho más sutil fue Hernán López Echagüe, que dice lo siguiente en El hombre que ríe, la biografía de Carlos Ruckauf, página 58: (En este caso también los puntos suspensivos son del original)

¨A partir del 24 de marzo de 1976, y hasta las últimas semanas de la dictadura, hubo, no caben dudas, un extermino planificado. Más de cuatro mil desaparecidos en 1976; 342 por mes; 11 por día. Más de tres mil en 1977, 238 por mes; 8 por día… El ochenta por ciento de los treinta mil desaparecidos tenía entre dieciséis y treinta y cinco años.¨

Ahora, preste atención. Sáquese los prejuicios de la cabeza. En esos puntos suspensivos y en ese ¨y hasta las últimas semanas de la dictadura¨ hay una sugerencia de progresión aritmética. Veamos. En 1976 y 1977 sumamos 7 mil. Si seguimos la progresión sumamos otros 7 mil para 1979 y otros 7 mil para 1981 y otros 7 mil para cuando se fueron los milicos. El resultado de la cuenta nos da… 28 mil. Sin embargo, López Hechagúe no debe de desconocer que para mediados de 1978 se paró el genocidio.
No obstante lo cual, debemos felicitarlo al haber dado cifras correctas en los primeros años y especialmente  por graficar la masacre dividiendo las víctimas de los primeros años por la cantidad de días, lo cual estremece a cualquier bien nacido.
Pero hay alguien más inteligente para decir y no decir. Horacio Verbitsky fue entrevistado por la revista Playboy en marzo de 2016. Del reportaje, que es imperdible por varias razones y que evidentemente no leyeron muchos, se recortó lo que a cada sector le convenía. Se afirmó que había dicho que eran más de 30 mil y que había dicho que eran unos 9 mil. La cosa es más interesante, sutil y calculadamente ambigua. Dijo:

 ¨El número puede ser muy superior al que está registrado con nombre y apellido. Yo no cuestiono en absoluto el esfuerzo de precisión. He tenido una polémica al respecto con (el periodista Ceferino) Reato, donde me atribuía a mí sostener el número de 30 mil, y yo nunca dije eso. He dado el número que estaba acreditado con nombre y apellido, desde la época de la revista El Periodista en adelante. He dicho ‘tal número acreditado con nombre y apellido, pero que otras fuentes elevan hasta 30 mil’. Ahora, que quedó instalado como un lema, como un símbolo, eso es evidente¨.

...Y ¨el número acreditado con nombre y apellido¨ es, claro, un poco más de 8 mil.
Estas cosas las puedo decir con libertad porque soy un don nadie que escribe y que poca gente lee. Cuando Graciela Fernández Meijide, madre de un desaparecido ,dijo más o menos lo mismo que ahora yo sostengo, fue acribillada por los organismos de derechos humanos.[ii] Yo no hubiera dicho nada.
Siempre quedará la duda si fue Hebe o el ex montonero Luis Labraña el que ideó la cifra de 30 mil. Pero ya no tiene importancia. Hoy es un estandarte, un símbolo. Y piensen una cosa; si no se hubieran ido 100 mil argentinos al exilio hubiesen desaparecido muchísimos más que todas las cifras que hoy manejamos; piensen que los militares argentinos mataron 8 mil argentinos y 250 ingleses (en una guerra donde mandaron a morir otros 650 compatriotas); y piensen que hablar de 30 mil es tal vez una falta de respeto (al menos parcial) para los 8 mil que realmente desaparecieron, con nombre y apellido, un promedio de casi 9 por día a lo largo de 2 años, como dice Echagüe.
 Por supuesto, no somos el único país en el mundo que transita este problema, y hay casos donde la disparidad entre las cifras son más abismales y los castigos por dar un número no oficial son terribles. Hace poco veía el canal oficial iraní en lengua castellana, HispanTV. Conmemoraban el aniversario del Viernes Negro de 1978, uno de los eventos que contribuyeron al derrocamiento del Sha. La tele hablaba de decenas de miles de muertos y estigmatizaba a unos supuestos negadores de los números oficiales. Empecé a averiguar, con la fascinante y peligrosa herramienta que es el traductor automático de Google. Allá por el 2003 se armó un escándalo cuando el prestigioso historiador y activista por los derechos humanos, Emadeddin al-Baghi,  (a veces transliterado como Emad al-Din Baghi), escribió que los muertos del Viernes Negro no fueron 15 mil (que es el número emblemático) sino… 25 (veinticinco). Desde ya, Baghi sufrió cárcel y destierro por decir semejante cosa, y otros historiadores que puede revisar no elevan la cifra más allá de cien. [iii]
Querido lector, si algún día haciendo una actividad política tu me llegaras a endilgar estas líneas debes saber que las voy a negar, y que si insistes te voy a denunciar, te voy a anatematizar, te voy a denigrar. Pero si nos encontramos haciendo historia las voy a defender, lo vamos a hablar, lo vamos a sufrir. Y, por supuesto, si algún día la política me lo exige, voy a eliminar este artículo sin que me tiemble el pulso. Tengo dos caras, como las monedas. Lamentablemente la mayoría de la gente tiene sólo una: la del número.

Fuentes:
Pilar Calveiro.  Somos compañeros, amigos, hermanos, en Poder y desaparición. Los campos de concentración en la Argentina, Buenos Aires, Colihue, 1998, pag 29-53. Reproducido en el libro de la materia Problemas socioeconómicos contemporáneos de la Universidad nacional de Gral. Sarmiento (UNGS), pág. 93
Reportaje a Horacio Verbitsky; Playboy, marzo de 2016. http://www.playboyrevista.com/verbitsky-antes-y-despues-del-kirchnerismo
López Echague, Hernán. El hombre que ríe.  Biografía política de Carlos Federico Ruckauf, Buenos Aires, Sudamericana, pág. 58)
 Fernández Meijide, Graciela,  La historia íntima de los derechos humanos en la Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2009
Daniel Muchnik y Daniel Pérez, Furia ideológica en la Argentina de los 70, Buenos Aires, Ariel, 2013
Sergio Schoklender, Sueños postergados, Coimas y corrupción en la patria de los desvíos, Buenos Aires, Planeta, 2011
Reato, Ceferino, Disposición final, Buenos Aires, Sudamericana, 2012
Reato Ceferino, Hablan de 30.000 desaparecidos pero saben que es falso, diario La nación, 20 de septiembre de 2013 http://www.lanacion.com.ar/1621505-hablan-de-30000-desaparecidos-y-saben-que-es-falso
Sobre el Viernes Negro de Irán:
A question of numbers, en Iranianvoices.org:







[i] Reato Ceferino, Hablan de 30.000 desaparecidos pero saben que es falso, diario La nación, 20 de septiembre de 2013 http://www.lanacion.com.ar/1621505-hablan-de-30000-desaparecidos-y-saben-que-es-falso
[ii] Por supuesto, esto Graciela lo había escrito en su libro La historia íntima de los derechos humanos en la Argentina, pero hasta que no lo dijo en la tele nadie se despeinó. Lo mismo con Ceferino Reato en Disposición final: tuvo que salir Lopérfido en los medios para que se arme el escándalo. Después no se pregunten por qué los libros son peligrosos. Son peligrosos porque en ellos uno se da libertades que no existen en otros medios. ¿Sino por qué creen que los programas del tipo de TVR o 678 citaban de la tele o de la radio o del diario pero nunca de los libros?
[iii]  En general se suele hacer un paralelismo con el caso del holocausto. Es un mal ejemplo, o al menos no es tan bueno como el mío de Irán por varias razones que aquí no vienen al caso.. Ya le dedicaré un artículo a ese tema. También intenté averiguar qué opinan en otros países de nuestros desaparecidos, y me encontré con una sorpresa. Desde la exitosa película Missing de Costa-Gavras, de 1982, muchos en el mundo asocian la palabra ¨desaparecidos¨ a Chile, especialmente porque en ese año la Argentina fue famosa por otra cosa

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