jueves, 25 de diciembre de 2014

La Furia de William Faulkner


La Furia de William Faulkner y el sonido de Hugo Muleta

“… (El reloj) no te lo entrego para que recuerdes el tiempo, sino para que de vez en cuando lo olvides durante un instante y no agotes tus fuerzas intentando someterlo. Porque nunca se gana una batalla dijo. Ni siquiera se libran. El campo de batalla solamente revela al hombre su propia estupidez y desesperación, y la victoria es una ilusión de filósofos e imbéciles.”
Quentin Compson

Che, boludo, cómo no leíste El sonido y la furia, me apremió Sebastian. Ya lo voy a leer, contesté. Es que “ya” es hoy. No lo tengo y estoy leyendo otras cosas, no me rompas las bolas. Me pasó un regalo, con moño incluido. Feliz navidad, te llamo en una semana. Pero falta una semana para navidad…

Intenté leer el Sonido y la Furia  de William Faulkner, obra difícil si las hay. No pude. Llegué al final de la primera parte con un gran dolor de cabeza y un resentimiento por mi propia incapacidad. Como esto no podía quedar así me procuré una de esas monografías de Internet que te explican la obra. Cuando logré entender la monografía, que está firmada por un tal Hugo Muleta, volví a  leer la novela, llegando esta vez al final de la segunda parte, (y tiene cuatro). No me rendí. Volví a leer la monografía y retomé la lectura del libro ayudándome con el aporte de Hugo Muleta. Le adicioné la lectura de la entrada de Wikipedia, que está muy completita. Y, con todas estas armas,  pude concluir El sonido y la Furia, no sin seguir sintiéndome un poco decepcionado con mis capacidades, pero a tiempo para Navidad.
La obra de Faulkner tiene cuatro partes. Cada una está relatada por un miembro diferente de la familia Compson. La primera está relatada desde la perspectiva de un pibe con atraso mental, de nombre Benjy; la segunda por Quentin; la tercera por Jason y la cuarta por un narrador en tercera persona que nos relata los hechos desde la mirada de la doméstica, Dilsey.
Ahora bien; yo he leído la novela desde los ojos de estos cuatro personajes, pero también, sin dudas, desde los ojos de Hugo Muleta, que ya para mí constituye un personaje más de la novela. Él verdadero autor de la monografía, ese que firma bajo este obvio seudónimo, lo sabe (tiene varias monografías en la web). La definición de Muleta es: “Apoyo para el cuerpo que sirve para facilitar el desplazamiento”. Y sí: también apoyo para la mente. De alguna manera yo soy Benjy y Hugo Muleta se parece mucho a Dilsey. 

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