lunes, 17 de agosto de 2015

De cómo escribir bien sin saber escribir


(a Marino Arriba, un soñador y un capo)
           
Pluma de ganso
Para saber escribir dicen los que saben que es necesario leer mucho. Y leer cosas buenas, claro. También aconsejan copiar. Tomar un autor y literalmente copiar un libro que nos guste. El riesgo es que nos vamos a terminar pareciendo al admirado autor que hemos copiado con insistencia. (Allí tenemos a los traductores que de tanto especializarse en un autor terminan por escribir hasta las notas de lo que deben comprar en el supermercado con el estilo adquirido.)

Un ejercicio muy transitado por los profesores de literatura es la práctica de figuras retóricas. Tomamos una página de Internet con una copiosa enumeración de figuras retóricas y armamos un collage más o menos decente y como escusa un tema cualquiera. A continuación les dejo una página que sugiero y un poema que compuse como ejemplo, donde pongo entre paréntesis la figura retórica que utilizo. Solamente un ganso puede pensar que estos versos, que compuse en un ratito, pueden ser buenos. Pero nadie podrá negar que atrás de todo esto hay un trabajo.



Una enfermedad 

Vida
Cabeza del espermatozoide (Abusión)
Noches de versos, de alcobas y de olas: de madre y de padre (Enumeración)
Muerte
Vibrante en el horizonte me esperás, dormida, como estatua eterna sin pies. (Alegoría)
¿A dónde voy?
Tren de trueno trino: padre, hijo y espíritu santo. (Aliteración)
Bajo una cruz yaceré, ya seré.
Decidme, lector que hoy lees y que mañana cerrarás tus ojos  (Anacoenosis)
¿Cuánto te falta para irte?
Bajo una cruz Yacerás, ya serás.
Y tu corazón rojo, rojo tu corazón, corazón rojo tuyo (Anadiplósis)
Que te palpita el final
Descansará

Ella me malquiere
Roba los latidos, percute los latidos, enhebra los latidos. (Epífora)
Música, que se escuche música (Epanadiplósis)
Y que digan:
José cejó (Anagrama)
Y muero y vuelo y sueño y nada (Polisintetón)

Vos
Me besaste
Músculo frío y rojo bañado de saliva
Cadenas de lápidas en tu boca (Metáfora)
Mordiendo mis sentimientos
Bajo una cruz yacerás, ya serás
Lo jure o no lo jure, ya serás igualmente, igualmente ya serás.

¡Jesús, por dios, dime tu verdad! (Deprecación)
¡Hay alguien ahí! ¿Hay alguien aquí?
Maldita mi vida, maldita mi madre que me obligó a vivir (Execración)
En esta vida hay muchas bajas que nadie llora (Eufemismo)
Que se entierran cual hueso de perro (Símil)

La muerte es democrática (Prosopopeya)
Nos estrecha
Es una metáfora sin metáfora
Nada de este mundo
Desandar, deslatir (Prótesis)
Toda vida es una copia original (Oximoron)
Toda muerte es única
No temas
Volverá la nada en tu pecho a cabalgar (Hipérbaton)

Y con tanta sed de oscuridad me tomaría un océano (Hipérbole)
Y con tanta sal  moriría de sed (Paralelismo)

Un anhelo: salir afuera (Pleonasmo)
Apagar la luz
Apurar lo inevitable

Vida: qué linda sos (Ironía)
Que me privaste de no existir
El camino nos lleva lejos, y la meta cerca (Elipsis)
Sólo extraño
Un acorde entre tus brazos (Sinestesia)
Que aún me duele

Es tarde  (Símbolo)
Ven (Invocación)
No me quiero aferrar al hierro que me quema (Dilogía)
Consagro la vida con un poema
Que mira para atrás
Innecesariamente

(Nací un 7 de abril de 1974)


Mientras tanto, yo, que nunca quise ser poeta, me ejercito en lo que no me gusta para conocer mis propios límites.

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