lunes, 3 de agosto de 2015

No es tan dificil




Domínguez y el Papa. En diciembre último
En plena crisis con el campo, en 2008, Aníbal Fernández se sentó en la mesa de Mirtha y defendió abiertamente a Duhalde. Digamos que se bajó del barco apresuradamente.  Se me hizo evidente que algo se rompía entre él y Cristina.

El 20 de diciembre del 2014, Julián Domínguez visitaba al Papa en el Vaticano, como jefe de la Cámara baja y en representación de Cristina Kirchner. No es ninguna novedad que tanto el Papa como Cristina están haciendo una cruzada en contra de la droga, y tampoco es novedad que ambos son aliados desde prácticamente la asunción del pontífice.

En marzo de este año, Aníbal Fernández, a quien la presidenta hoy no le levanta el tubo, arriesgó unas declaraciones no alegres para con Bergoglio, a raíz de una alusión del capo del catolicismo,  que de alguna manera lo salpicaba.

Ahora dicen que Cristina le soltó la mano a Aníbal hace 7 horas, y no hace 7 años.

Jorge Lanata fue el que difundió la noticia que mantiene en terapia a Aníbal.  Eso da que pensar. ¿Lanata y Cris son aliados en esta cruzada? ¿Habría que adicionar al Papa en la ecuación? Sería un pecado no pensarlo, ¿no? De ser así, ¿está bien o esta mal? Ninguna de las dos cosas. Es política, y de la mejor. Pasó siempre y pasará.  Como enseña Borges en su genial Tres versiones de Judas— a esta altura un manual de política—:cuando Judas besó a Jesús estaba cumpliendo el plan de dios.


Nota: Vuelvo a repetir. Es mejor leer los diarios viejos para saber dónde estamos parados. Les dejo dos. Al buen entendedor, sólo los títulos bastan.






No hay comentarios:

Publicar un comentario