lunes, 24 de marzo de 2014

Líneas de expresión



Líneas de expresión

Una vieja amiga vino corriendo a informarme: “José, tengo líneas de expresión” ¡Caray!, le dije, has vuelto a la poesía, te felicito. “No, mirame bien, parezco el fuelle de un bandoneón”. Podes ser un poco más explicita, porque no te entiendo un carajo. “¡Tengo arrugas por toda la cara!”  Estás hermosa. “¿Sos ciego o necesitas aumento?”
Mirando la televisión abierta después del almuerzo te causa indigestión reparar en la cantidad de publicidad dedicada a la guerra contra las líneas de expresión, los contornos de ojos mal avenidos, las pieles flácidas, los cabellos no saludables y con caspa, las celulitis, el mal tracto intestinal (que se te nota en la cara) y los culos ingobernables por la acumulación de las grasas.
Sin dudas, tanta estupidez acumulada, tanta atención puesta en la apariencia, está ahí por algo. Hay mercado cautivo y hay mercado que se crea día a día. Muchas personas son lo que vemos en las publicidades, y son muchas más de las que creemos; son multitudes que te van a censurar si osas criticar algún aspecto de esa montaña de naderías que sostiene sus vidas. Y en el caso puntual de estos cosméticos femeninos, si los criticas, lo más probable es que te tachen de machista, (justamente estas mujeres, que tienen un grillete en el cerebro por culpa de esta sociedad machista.)
Pero si estas son las publicidades, ¿cuáles son los programas que vienen adjuntados? En general son programas de dos tipos: de chimentos y telenovelas. En el caso de los de chimentos son, en general, una prolongación de las mismas publicidades. Venden un show teatral, un escándalo fingido para vender un show teatral, venden otros programas, la reinserción de una figura que quiere salir del ostracismo y que puso sus buenos mangos para tener cámara… Y todo eso que venden es de un bajísimo nivel artístico, (si es que podemos tratar de “artístico” a semejante basura), y en la mayoría de los casos se reduce a modelitos huecas con altos culos, sin arrugas y desnutridas.  Casi siempre estos programas tienen en su haber un homosexual masculino (un trolo), como si los mismos hombres debieran ser rebajados al nivel de mujeres de utilería para tratar estos temas frívolos. (Para los bien machos queda la estupidez del futbol, con canales dedicados las 24 horas a la pelota, donde, no casualmente, la mayoría de las mujeres periodistas no dejan de ser muy femeninas, acorde a las exigencias de un mundo machista.) En cuanto a las telenovelas lo más preocupante es advertir que terminan siempre por un comienzo. El casamiento se vende como un fin en sí mismo, pero es en realidad el inicio de una vida, de esfuerzos conjuntos, de responsabilidades mayores, quizás  de formación de una descendencia, acaso de rupturas que siempre dejan cicatrices. Así, muchas mujeres se casan y terminan mirando por el espejo retrovisor de la vida, hacia un pasado que tal vez  no va a volver—si es que alguna vez llegó— pero que está ahí para movilizar el consumo de infinitas porquerías que supuestamente rejuvenecerían la piel, el pelo, el culo, las patas y toda la carrocería.
Sin embargo, lo que me preocupó fue que fuera justo ella la que así me hablaba y la que compró toda esa parafernalia de soluciones mágicas. Ella, que siempre se supo linda, ella que siempre vivió de lo espiritual, ella que nunca usó su género como arma o como escudo, ella que siempre miró la vida de frente, ella que se mofa del qué dirán, ella que nunca se puso a pensar si existe la amistad entre el hombre y la mujer, ella que siempre fue mi amiga, ella que sabe que la belleza espiritual trasciende la piel. Lo que realmente me preocupa es que se le esté arrugando el alma.
Y ahora me voy corriendo, comienza el Real y el Barza,  ¡y juega Messi! Si mi hijo hoy no come no me importa. Si una amiga tiene problemas espirituales lo hablamos después del partido, y todo depende del resultado. Además, mejor lo charlamos por telefono, porque estoy dando una pésima imagen: está el tema de la calvicie, se me acaba de caer un diente de esos que se ven y estoy criando flotadores en la cintura.

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