jueves, 5 de febrero de 2015

¡ Gracias !



¡ Gracias !

          
  Lejos de casa quise entrar en mi blog, a este mismo sitio que lleva mi nombre, con la intención de escribir sobre un tema de actualidad. Entonces me gogleé. Caí de espaldas: José Leandro Bao aparecía en una página llamada Literaturas africanas. Caray, me dije, yo no conozco ese continente. Quizás mi madre me oculta el lugar de mi verdadero alumbramiento… Quizás mis padres son senegaleses… Probablemente sea otra persona, otro yo, uno que se dedica a lo mismo...

Entré en el sitió y lo primero que vi fue escritores, todos negros, o al menos eso me pareció. Más desconcertado me sentí al ver mi nombre junto a un escrito que se llama Discurso a los escritores africanos. Suelo olvidar los títulos de mis cosas, así que tardé en advertir que eso era mío y que se trataba de una página dedicada al olvidado continente.

Traté de leerme como se lee a un ajeno. Fue inútil. No recordaba muchas de las cosas, pero indudablemente ese era yo, yo hace sólo once meses, pero ahora rodeado de muchos otros escritores, algunos de renombre y algunos que merecerían tenerlo.

He publicado en libros y en revistas. He publicado en papel y en ediciones de bajísima tirada. Lo único virtual es este blog. También alumbré muchas cositas con seudónimo, uno de los cuales es más difundido que mi propio y humilde nombre, un pobre idiota lleno de lugares comunes, rodeado de un ejército de amanuenses NN,  prestos a corregir una tilde y muchas veces algo más que eso.

Quiero dar mil gracias al desconocido que subió sin mi permiso ese escrito irónico y que desentona grandemente con la línea editorial del sitio. Y, por supuesto, a Literaturas africanas, por ser un ámbito de libertad donde no eliminan a los impertinentes. A veces es lindo dar la cara, aunque más no sea por accidente, porque sino se llega a dudar de la propia identidad y hasta del lugar donde uno ha nacido.


Literaturas africanas, Por ahora en la página 16.



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