martes, 22 de septiembre de 2015

El monstruo de Mantegna





            En la segunda mitad del siglo XV (el año es muy impreciso) Andrea Mantenga pintó la genial Lamentación sobre Cristo muerto, que algunos iluminados llamaron con mayor acierto Cristo yacente. La obra nos muestra a Jesús echado sobre mármol y junto a él a las dos Marías y a un santo, compungidos. Junto a la cabeza del cadáver vemos un frasco casi imperceptible que se supone que es para untar el cuerpo con perfumes antes de guardarlo— aunque yo más bien arriesgaría que se trataría del atributo iconográfico de la Magdalena—  y casi en penumbras, a la izquierda, una cripta.

Sin embargo, sabido es que la obra se valora, ya desde siempre, por su escorzo, o sea, por la perspectiva o punto de vista desde el cual se nos muestra a Cristo. Este punto de vista no tiene prácticamente precedentes en la historia del arte, amén de ciertas obras menores del mismo Mantegna o algún plagio del hermano de su jermu, Bellini. Nunca antes se había pintado un cuerpo mostrándolo así. (Y mucho menos si tenemos en cuenta que el centro geométrico del cuadro recae en el pene de Jesús, cosa que no podía pasar desapercibido para la gente de aquella época).

No obstante lo cual,  leí un artículo que comparto al final de este escrito y que me dejó en un escorzo complicado (culo para arriba). Según el mismo, la perspectiva del cuerpo está muy mal estructurada. Las proporciones entre las diferentes partes de su anatomía no se respetan. En otras palabras, nadie que contemplemos desde ese punto de vista tirado en una cama se ve de esa manera.  Miren y luego seguimos:



            Si, la cabeza debería ser más chica, los pies más grandes, el cuerpo más largo. El PDF viene con una sorpresita. Los autores, Álvaro Tordesillas y Linares García, inspirándose en Leonardo, sacan las verdaderas proporciones del engendro de Mantegna. Miren:




            Es un Cristo contrahecho, de piernas cortas y tronco excesivamente largo. Un Alien.       Los autores concluyen que el artista confeccionó la obra valiéndose de una multitud de perspectivas, como si de un palimpsesto se tratase, como si hubiera querido santificar a Frankenstein. (Por si esto fuera poco, hoy sabemos que los tres que lloran fueron agregados muchos años después, y están igualmente en proporciones falsas en relación al conjunto del cuadro.)

Sin dudas, la genialidad de la pintura pervive y poco importa lo dicho, que en fin de cuentas no es más que un anecdotario. Pero a mi no se me escapa que Mantegna guardó por más de 20 o 30 años (la cantidad  es imprecisa) este cuadro entre sus cosas, sin venderlo, contemplándolo casi a diario, (lo mismo hizo Leonardo con su Gioconda.) Si yo mismo ya no puedo volver a ver la pintura con los mismo ojos que antes, se me hace imposible pensar que el gran artista que era Mantegna pudiera pasar por alto sus propias distorsiones al cuerpo de Jesús cuando lo contemplaba. Tal vez, paradójicamente, él mismo dudara de los méritos de la obra. Quizás desconfiara de las capacidades de sus coetáneos para apreciar su Cristo yacente. Acaso haya querido dejar a la posteridad un mensaje oculto. Con suerte yo soy el primero en sentir lo que sentía Mantegna por su propia obra y por el Ser que dio a luz.  

Lamentación sobre Cristo muerto abandonó la casa de Mantegna el día que Mantegna murió.

LINK:
LA DISTANCIA QUE ACERCA: RECTIFICACIÓN DEL CRISTO YACENTE DE ANDREA MANTEGNAAntonio Álvaro Tordesillas, Fernando Linares García

:http://polipapers.upv.es/index.php/EGA/article/view/923


viernes, 18 de septiembre de 2015

La literatura pitagórica



Sabemos que Pitágoras acaso no haya existido. Tal vez, entonces, sería más apropiado hablar de los pitagóricos, un conjunto de filósofos que, por costumbre, inventaron un maestro. Pero, a pesar de la invención—o precisamente por eso mismo—no conocemos el nombre de ningún pitagórico. Y entonces volvemos al punto de partida, porque si no tenemos más que un sólo nombre propio, todos los números se resuelven en la unidad, divinizada: Pitágoras. O quizás, más precisamente, en el alma del maestro, que transmigrando de cuerpo en cuerpo, funda una escuela.

            Tampoco sabemos si está bien hablar de filosofía pitagórica. Para muchos se trata de un misticismo que se confunde con el orfismo, una especie de religión de la época. Y menos conocimiento tenemos de la geografía que los parió. Sabemos que eran Jonios, de origen, con su dialecto. Pero la escuela, se nos dice, se funda en el sur de Italia y escriben como se escribía en ese lugar. Y hay estudiosos que dicen todo lo contrario. (Eggers Lan, Los filósofos presocráticos)

            Ciertas prescripciones religiosas que dominaban a estos tipos nos hablan de un rigorismo intelectual más que de una rigurosidad filosófica. Por ejemplo: abstenerse de legumbres, no andar por la calle principal, no permanecer de pie sobre los recortes de las propias uñas, deshacer la marca dejada por la olla entre las cenizas, no sentarse sobre balanzas, etcétera (Copleston, Historia de la filosofía) Y, por supuesto, no comer carne, porque un pitagórico podría transformarse, muerte mediante, en un conejo o en una gaviota. Entonces no sabemos si Pitágoras ha existido, pero tampoco sabemos si hoy Pitágoras es un conejo o una gaviota o una lechuza o un perezoso.

            La armonía de las esferas tal vez sea su teoría más difundida. Los planetas, con sus movimientos, emiten música, pero no la escuchamos porque estamos muy acostumbrados. Estamos tan acostumbrados como a ponerle nombre propio a las cosas y a los hombres.

No está claro si la filosofía—o la religión— de Pitágoras— o de los pitagóricos— surge en el sur de Italia—o en Jonia—. No obstante lo cual, algo hay que enseñar sobre lo que poco sabemos. Enseñamos literatura (y un buen ejemplo es el primer párrafo de este escrito).  Pero, eso sí, la podemos enseñar al modo pitagórico.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Una herramienta de la política



Don nadie— Usted no sabe nada de historia. Las cosas que afirma en sus libros son falsedades absolutas.
Sarmiento Y usted podrá saber mucho de historia, pero nada sabe de política.
                                        (Diálogo apócrifo… pero verosímil)


           
Una cosa es  el relato histórico para las masas, para el aula, para la tele, para Tinelli y los que ven a Tinelli. Otra muy distinta es la historia ¨de verdad¨. La primera es una parte de la política y es muy útil. En ella se crean discursos con un fin concreto. Se habla bien de Rosas o de Cámpora para enaltecer la figura de quien  gobierna. Es una herramienta preciosa que siempre se usó y se seguirá usando. El pasado, en estos relatos, es modificado, falseado, alterado: se le saca filo como a un buen cuchillo. Y está muy bien que así sea. (Un arma es una herramienta).

                             Pero los que hacen  historia ¨de verdad¨, no pueden indignarse por lo que dicen aquellos que hacen política, simplemente porque están jugando otro juego (y con otros espectadores).

             En la escuela se enseña que Rosas hablaba de ¨Salvajes Unitarios¨ y hasta escribía en los estandartes ¨Mueran los salvajes Unitarios¨.  Los unitarios eran aquellos que supuestamente querían más a los libros que a las alpargatas. Digamos que con esta proclama se estaría condenando a aquellos que eran enemigos del pueblo. Pero... ¿Quienes eran los salvajes?  Claro, los indios. O sea que se estigmatizaba a los unitarios con la peor afrenta que le podían hacer: poniéndolos al mismo nivel que a los incivilizados aborígenes. (E incluso Rosas se preocupaba por hacer llegar su mensaje; nótese que lo escribía en las banderas cuando casi nadie sabía leer). Por si todavía hace falta aclararlo: esto era así porque el indio era odiado tanto por los federales como por los unitarios, por los blancos como por los negros. En aquella época todos odiaban al salvaje. Pero en el aula no hay que avivar a los pibes.

            La historia de verdad es un esfuerzo por llegar a una verosimilitud que nos obligue a pensar como pensaban en aquel entonces. Ahora bien. Si ves que se reivindica a Rosas—que hizo una compaña de escarmiento a los indígenas—como a un copado amigo de los pueblos originarios, o se juzga a Sarmiento por su falta de rigorismo histórico o por su odio al gaucho, o por qué sé yo…  no te indignes. Los muertos están muertos, pero aún podemos hacer política con ellos, afortunadamente. Más aún, estamos obligados a hacer historia verdadera con las historias falsas del pasado, como una dialéctica entre la verdad y la mentira. ¿Por qué?: porque la política es la que produce la historia. Por eso mismo es tan importante saber mentir como saber identificar las mentiras heredadas. Hacer buena política es también saber afilar el cuchillo.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Quería irse en silencio



Lo primero que me llamó la atención es que se fue. No sabía que la historiadora Patricia Pasquali, de quien he leído su útil biografía de Lavalle, era parte del pasado. Andaba queriendo saber en qué andaba y terminé enterándome de cosas que no sé, que nadie sabe…

            Según Wikipedia, vivió 47 años. Pero los datos de este sitio no son muy de fiar. Según La Nación, 51. El diario de los Mitre agrega que se recibió en el Instituto Nacional Superior del Profesorado de  Rosario. Como está muy identificada con esa ciudad, donde ejerció como docente durante mucho tiempo, me fijé en La Capital. Me sorprendí al leer que vivió 47 años. Caramba, me dije, esta mujer sí que oculta bien su edad, incluso después de dejar de cumplir. Mi curiosidad se potenció al encontrar que, según este último diario, se recibió de profesora en el Instituto Nacional Superior del Profesorado… de Buenos Aires.

            La exitosa historiadora no murió un día cualquiera, se fue el 13 de septiembre de 2008. Por extraño que parezca, ese día la iban a condecorar con bombos y platillos en la sede masónica de Buenos Aires. Según reza La Nación, no era parte de esa sociedad. Por el contrario,  La Capital da a entender que sí, y parece que era un miembro importante.     

            Patricia Pascuali, a quien voy a recordar, falleció tres o cuatro días antes que la noticia llegase a los diarios (tres días para el diario porteño y uno más para La capital). Evidentemente quería pasar inadvertida; quería irse en silencio, como llegó. Lo logró. ¡Vaya si lo logró! Los bombos y los platillos siguen esperando.





sábado, 5 de septiembre de 2015

El Estado de las obras de Salamone

Para salir de la  crisis de los años 30, el presidente Justo y el gobernador bonaerense Fresco apuraron la industria de la construcción y estimularon una multiplicación inédita de salas de conciertos, recintos deportivos, antros burocráticos, represas, rutas y muchos etcéteras. El Estado convocó a ingenieros y arquitectos prestigiosos para tarea tan faraónica, brindando todo su apoyo.

Francisco Salamone fue el gran arquitecto de la pampa. Cayó de Italia como venido del cielo, para elevar con su ingenio obras maestras en nuestras llanuras huérfanas de bellezas edilicias. No fue el único, pero fue, con diferencia, el mejor. Se especializó en la construcción de edificios municipales, mataderos y cementerios, que  hoy conmueven por su viveza, y que en su momento despertaron más odios que corazones. Trascienden casi como naturalmente en ámbitos en donde no tienen competencia estética. (Si Salamone, en lugar de haber cultivado el Art-déco hubiera preferido el barroco, probablemente sus obras tampoco hubieran sido ignoradas, e incluso hubieran cosechado aplausos, aunque tal vez el tiempo las habría hecho envejecer más rápido y el olvido las  abrigaría con mayor premura.)

Sin dudas, sus cementerios son bárbaros, regrosos. Cuando nuestra ignorancia se topa con la necrópolis de Saldungaray (foto), luego de un largo viaje lleno de vacas, horizontes que son horizontales hasta la bajeza y ciudades fantasmales como la citada, de cómico nombre, no podemos menos que asustarnos ante la bocha de Cristo, anclada en el centro de una cruz latina, esculpida por un Picasso.

Y mucho duele el mal estado de conservación en el que se encuentra gran parte de la obra de este gran arquitecto, abandonada por el mismo Estado que hizo posible su realización.

Fransico Salamone murió en 1959. Fue enterrado en la Recoleta. En los años 90 lo trasladaron. Hoy descansa en un cementerio de la provincia de Buenos Aires, privado. 

Documental:  Las minas del rey Salamon. Dirigido por Andrés Tórtola
 https://www.youtube.com/watch?v=6UQJOz1cg9A

 

martes, 1 de septiembre de 2015

El eco de Bach en Huxley



           
Cuando leí Un mundo feliz de Aldous Huxley quedé enamorado de la obra hasta el embarazo. Llegué a parir muchas interpretaciones y quedé fascinado con el argumento. Incluso alumbré una rabiosa envidia, con baba y todo. Sin embargo, no me impresionó su técnica de escritura contrapuntística. Ya había leído obras posteriores, maravillas como La ciudad y los perros del peruano vigilante y torpezas sobrevaloradas como La colmena del Nobel español, que también practican el contrapunto, esa técnica que evoca al tenis. Yo aún desconocía que Huxley era el inventor de todo esto;  que él mismo había escrito una obra cuyo título era precisamente Contrapunto; que en su senectud había publicado una novela (La isla) que oficiaba de contrapunto de Un mundo feliz;   que era admirador de Bach y que en eso nos parecíamos como hermanos gemelos.

            Bach fue el gran maestro del contrapunto, que consiste básicamente en la repetición de un cacho de música como si fuese un eco, pero con otras notas que actúan como opuestas. (Mejor escuche El clave bien temperado  y evítese este tipo de explicaciones malsanas.) Huxley introduce eso en la literatura. No es el primero, pero parece que es el primero que lo hace explícitamente, deliberadamente. No creo que sus obras sean mejores por esta innovación: Un mundo feliz es genial independientemente de este artificio.

Pero hoy caí en la cuenta: hay un destino en el empleo de esa técnica.  Bach perteneció a una familia de músicos excelentes. Sus bisabuelos ya eran músicos y sus hijos fueron grandes compositores. Dentro de la familia de Huxley hay varios escritores y muchos biólogos, incluso un premio Nobel, Andrew Huxley. (Nuestro amigo Aldous no fue biólogo, pero escribió mucho sobre el tema, lo cual es más que evidente en su gran obra, donde se muestra casi como un filósofo de esa ciencia.) Bach quedó ciego, y afirman que recuperó la vista momentos antes de morir. Huxley quedó ciego de muy joven y recuperó la vista, aunque no del todo. Bach, que siempre fue cristiano ferviente, se volvió fanático de las misas cuando envejeció. Huxley, que era un racionalista, se tornó un místico fanático cuando se aproximaba el momento de transformarse en un cadáver. Finalmente, Bach no se puede entender sin el contrapunto musical. Huxley sí se puede entender sin el contrapunto literario, pero no sin Bach, no sin ese eco de su propio pasado.

             

sábado, 29 de agosto de 2015

Sobre un cuento de Angélica Gorodischer

¨Supongo que los muertos habrán ido desapareciendo¨
(A.  Gorodischer)



Durante los tiempos de la última dictadura se dieron una serie de manifestaciones artísticas que intentaron burlar la censura. La paz de los cementerios era tal que muchas veces estas obras se filtraban en la exigua oferta cultural, en silencio, sin ser advertidas por los censores, muchas veces tan ignorantes que hasta las llegaron a aplaudir. Ahí tenemos a Charly García o a las películas de Adolfo Aristarain, como La parte del león o Tiempo de revancha, que los militares recomendaron por los diarios, tal vez porque sólo estaban capacitados para advertir y alabar la violencia de estos films.

La lucha de la familia González por un mundo mejor no es un cuento más. Acaso no sea un cuento genial, acaso no sea un cuento malo. Es un cuento inteligente. Su grandeza está en el contexto y en el cálculo. Fue publicado en plena dictadura, en 1978, junto con otros muchos cuentos de la gran escritora. En 1981, aún durante el gobierno de Videla, el Centro editor de América Latina lanzó una Antología del cuento fantástico, donde se incluía la obra que nos ocupa. Era esta una colección muy económica, de bolsillo, que se vendía como el pan, con prologuistas argentinos. 

Desde su mismo título, La lucha de la familia González por un mundo mejor, es un cuento que dice mucho. Pero a medida que nos adentramos en la historia advertimos guiños, señas y llamadas aclaratorias al pié de página… sin pié de página. Nos encontramos con que González es lo que conocemos como nombre de guerra y no el verdadero apellido de la familia, una familia grande como un planeta; que los muertos del planeta no desaparecen; que se trata básicamente de una sociedad de muertos; que la lucha de la familia González es en procura de que desaparezcan de una buena vez por todas los muertos de su propia familia; que la mejor forma de que desaparezcan es que sean enterrados como cualquier muerto normal; que hay una organización clandestina que lucha contra los muertos...

Como se ve, hay para todos los gustos. La ambigüedad del relato es fascinante y, por supuesto, desde el lado de un intelectual de extrema derecha, también hay razones para interpretar el cuento de una manera ajena a nuestras intenciones y a las intenciones que uno supone en la autora.

Elvio Gandolfo es el prologuista de la edición de 1981. No hace, yo creo que por cautela, mención de cosas inconvenientes. Lo extraño es que no encuentro a alguien, Internet mediante, que se haya dado cuenta de lo irreverente del relato. Lo que sí encontré es una copia virtual de La lucha de la familia González por un mundo mejor. Dejo el cuento como enlace bajo estas líneas, para difundir a Angélica, que ya tiene 87 años, y que triste sería que se muera y que nadie recuerde uno de sus cuentos más inteligentes.

viernes, 28 de agosto de 2015

Mala leche



Yo— Por favor: café con leche y tres medialunas.
Mozo—… Si hay….
Yo— ¿Cómo?
Mozo—Usted qué sabe si hay medialunas.
Yo—Tráigame lo que haya.
(Veinte minutos después)
Mozo— (Poniendo de mala gana un café tibio, una medialuna y un pedazo de pan duro.) Cuarenta.
Yo—El pan está duro.
Mozo—Y para qué está el café con leche… Lo hunde y listo…
Yo— El café con leche está frío.
Mozo— (Concluyente)  La leche está fría.
Yo— ¡¿Y cómo hago para separar el café de la leche si ya está todo mezclado?!
Mozo—… Cuarenta…
Yo— ¿Y ya me vas a cobrar?
Mozo—Hay personas que esperan hace más de veinte minutos por su culpa… Cuarenta. (Le paso un billete de 50 pesos) ¿Quiere el vuelto?

Mirada fenomenológica de una medialuna (José Bao)




miércoles, 26 de agosto de 2015

El sueño de los sociólogos



Hemos leído a Julio Portanciero en los ochenta. No sólo un sociólogo, también un profeta. Él vaticinó con claridad la derechización del peronismo menemista, el ascenso de una alianza, el retorno del camporismo.

En los ochenta también hemos leído a Ricardo Portanciero, el hermano de julio. Ricardo no fue un profeta. Todo lo que escribió, hoy es letra muerta. (O al menos eso dicen los pocos que aún lo recuerdan).

Sin embargo, es sabido que Ricardo era una estrella del pensamiento en los ochenta, y que a Julio, el profeta, lo leíamos unos pocos.

Yo quiero hacerle justicia a Ricardo. La gloria de todo sociólogo es interferir en el futuro y que sus predicciones NO se cumplan. Eso fue Ricardo. Fue tan leído, tan difundido y tan mimado como un best seller. Se le hizo caso. Se tomó las medidas que él aconsejó para evitar el ascenso de algún grupo o el desarrollo de ciertos procesos. Y yo estoy seguro que si no se cumplieron sus profecías fue por su mismo éxito. Ese debería ser el sueño de todo sociólogo.

lunes, 17 de agosto de 2015

De cómo escribir bien sin saber escribir


(a Marino Arriba, un soñador y un capo)
           
Pluma de ganso
Para saber escribir dicen los que saben que es necesario leer mucho. Y leer cosas buenas, claro. También aconsejan copiar. Tomar un autor y literalmente copiar un libro que nos guste. El riesgo es que nos vamos a terminar pareciendo al admirado autor que hemos copiado con insistencia. (Allí tenemos a los traductores que de tanto especializarse en un autor terminan por escribir hasta las notas de lo que deben comprar en el supermercado con el estilo adquirido.)

Un ejercicio muy transitado por los profesores de literatura es la práctica de figuras retóricas. Tomamos una página de Internet con una copiosa enumeración de figuras retóricas y armamos un collage más o menos decente y como escusa un tema cualquiera. A continuación les dejo una página que sugiero y un poema que compuse como ejemplo, donde pongo entre paréntesis la figura retórica que utilizo. Solamente un ganso puede pensar que estos versos, que compuse en un ratito, pueden ser buenos. Pero nadie podrá negar que atrás de todo esto hay un trabajo.



Una enfermedad 

Vida
Cabeza del espermatozoide (Abusión)
Noches de versos, de alcobas y de olas: de madre y de padre (Enumeración)
Muerte
Vibrante en el horizonte me esperás, dormida, como estatua eterna sin pies. (Alegoría)
¿A dónde voy?
Tren de trueno trino: padre, hijo y espíritu santo. (Aliteración)
Bajo una cruz yaceré, ya seré.
Decidme, lector que hoy lees y que mañana cerrarás tus ojos  (Anacoenosis)
¿Cuánto te falta para irte?
Bajo una cruz Yacerás, ya serás.
Y tu corazón rojo, rojo tu corazón, corazón rojo tuyo (Anadiplósis)
Que te palpita el final
Descansará

Ella me malquiere
Roba los latidos, percute los latidos, enhebra los latidos. (Epífora)
Música, que se escuche música (Epanadiplósis)
Y que digan:
José cejó (Anagrama)
Y muero y vuelo y sueño y nada (Polisintetón)

Vos
Me besaste
Músculo frío y rojo bañado de saliva
Cadenas de lápidas en tu boca (Metáfora)
Mordiendo mis sentimientos
Bajo una cruz yacerás, ya serás
Lo jure o no lo jure, ya serás igualmente, igualmente ya serás.

¡Jesús, por dios, dime tu verdad! (Deprecación)
¡Hay alguien ahí! ¿Hay alguien aquí?
Maldita mi vida, maldita mi madre que me obligó a vivir (Execración)
En esta vida hay muchas bajas que nadie llora (Eufemismo)
Que se entierran cual hueso de perro (Símil)

La muerte es democrática (Prosopopeya)
Nos estrecha
Es una metáfora sin metáfora
Nada de este mundo
Desandar, deslatir (Prótesis)
Toda vida es una copia original (Oximoron)
Toda muerte es única
No temas
Volverá la nada en tu pecho a cabalgar (Hipérbaton)

Y con tanta sed de oscuridad me tomaría un océano (Hipérbole)
Y con tanta sal  moriría de sed (Paralelismo)

Un anhelo: salir afuera (Pleonasmo)
Apagar la luz
Apurar lo inevitable

Vida: qué linda sos (Ironía)
Que me privaste de no existir
El camino nos lleva lejos, y la meta cerca (Elipsis)
Sólo extraño
Un acorde entre tus brazos (Sinestesia)
Que aún me duele

Es tarde  (Símbolo)
Ven (Invocación)
No me quiero aferrar al hierro que me quema (Dilogía)
Consagro la vida con un poema
Que mira para atrás
Innecesariamente

(Nací un 7 de abril de 1974)


Mientras tanto, yo, que nunca quise ser poeta, me ejercito en lo que no me gusta para conocer mis propios límites.

domingo, 16 de agosto de 2015

Tato Young es de la SIDE



 Los periodistas son nuestros primos hermanos¨ (Antonio Stiuso)

            En la historia está el presente. Cuando lees que se fernandeaba en 1810, o sea, cuando se decía que toda la revolución de mayo era para provecho del rey Fernando de España, se le estaba mintiendo al pueblo, al igual que hoy. Lo mismo cuando Belgrano le escribe a San Martín diciéndole que le hace creer a los soldados que él es católico porque ¨si esos gauchos no dan la vida por dios no la dan por nada¨ (y mucho menos por una patria que aún no existía). Lo mismo con la Logia Lautaro, que como toda logia implicaba un pacto de silencio.  Son verdades que comparten unos pocos, a espaldas del pueblo. Ayer, hoy y siempre.

            No voy a juzgar si está bien o está mal ocultarle ciertas cosas al pueblo, no es materia de este artículo. Son los famosos archivos secretos que se abren con los años y de los cuales se valen los historiadores. Las verdades no salen en los diarios. Nunca. Las podemos inferir, con suerte. Eso es todo. (Lo realmente triste es escuchar a historiadores que compran al por mayor todo lo que venden los medios. Se olvidan de su propio oficio. Es como si en la actualidad las cosas no sucedieran como en el pasado.)

            He leído un libro de periodismo, de los buenos, de los escasos. Hablo de Código Stiuso, de Gerardo ¨Tato¨ Young. Son de esos libros que te están gritando todo el tiempo que las cosas no funcionan como las vemos. Es, básicamente, una historia de la SIDE, el servicio de inteligencia del Estado. ¿Y qué dice? Cosas que solamente podés leer en un libro. Que los complots existen, que guardar secretos es una de las formas más efectivas de ganar poder, que todo aliado es un potencial rival (y viceversa), que hay que prestar atención a los silencios, que Nisman no andaba bien de la cabeza y que es muy posible que se haya suicidado.  Y, por supuesto, está comentado el famoso coraje de Beliz, quien se atrevió a mostrar una foto del agente de inteligencia Antonio Stiuso, arrojo que le costó caro (fue arrojado del país.)

            Pero hay algo raro en el libro de Tato. En un pasaje comenta un dicho que le atribuyen a Stiuso: ¨Los periodistas son nuestros primos hermanos¨.  Y, a renglón seguido, dice que en realidad es una necedad del espía, quien odia a los periodistas. Puede ser. Pero lo realmente importante es que Tato mencione el aserto y que, siendo un tipo inteligente, nos sugiera más de lo que dice, desde el silencio. En efecto, el periodismo opera de la misma manera que los servicios, inventando la realidad, tergiversando los hechos, muchas veces creando la agenda, o sea, lo que va a pasar. Y lo más importante: junto con los jueces y los servicios, el periodismo también queda cuando pasan los gobiernos. En el libro hay explícitamente una insistencia en el vínculo inextricable entre espías y jueces. No hay mucho de la relación de estos dos con los medios. Obviamente, Tato cuida su laburo. Pero recomiendo leer lo que apunta, casi como al descuido, sobre las actividades periodísticas que realizaban los espías del Pasaje Barolo, o los vínculos de ciertos periodistas (verbigracia Carlos Pagni, de La Nación u Horacio Verbitsky, de Página 12), con informantes de la SIDE. Tato es un tipo muy inteligente.

            Escribir sobre los servicios se ha puesto de moda. No me sorprendió encontrar en La Doce, de Gustavo Grabia, un pasaje donde se comentan los contactos de la barra brava de Boca con la SIDE.  Ambos libros son muy valientes. Se meten con los poderosos. Pero no son tan parecidos. La Doce viene profusamente ilustrada con fotos de muchos barras. En fin de cuentas, unos perejiles. Código Stiuso menciona recurrentemente a varios agentes de inteligencia. Pero no hay ninguna foto. Y uno se queda con las ganas de saber que será de la vida de Beliz.

Aclaración: El título es un chiste. (Ley 23.234)

lunes, 3 de agosto de 2015

No es tan dificil




Domínguez y el Papa. En diciembre último
En plena crisis con el campo, en 2008, Aníbal Fernández se sentó en la mesa de Mirtha y defendió abiertamente a Duhalde. Digamos que se bajó del barco apresuradamente.  Se me hizo evidente que algo se rompía entre él y Cristina.

El 20 de diciembre del 2014, Julián Domínguez visitaba al Papa en el Vaticano, como jefe de la Cámara baja y en representación de Cristina Kirchner. No es ninguna novedad que tanto el Papa como Cristina están haciendo una cruzada en contra de la droga, y tampoco es novedad que ambos son aliados desde prácticamente la asunción del pontífice.

En marzo de este año, Aníbal Fernández, a quien la presidenta hoy no le levanta el tubo, arriesgó unas declaraciones no alegres para con Bergoglio, a raíz de una alusión del capo del catolicismo,  que de alguna manera lo salpicaba.

Ahora dicen que Cristina le soltó la mano a Aníbal hace 7 horas, y no hace 7 años.

Jorge Lanata fue el que difundió la noticia que mantiene en terapia a Aníbal.  Eso da que pensar. ¿Lanata y Cris son aliados en esta cruzada? ¿Habría que adicionar al Papa en la ecuación? Sería un pecado no pensarlo, ¿no? De ser así, ¿está bien o esta mal? Ninguna de las dos cosas. Es política, y de la mejor. Pasó siempre y pasará.  Como enseña Borges en su genial Tres versiones de Judas— a esta altura un manual de política—:cuando Judas besó a Jesús estaba cumpliendo el plan de dios.


Nota: Vuelvo a repetir. Es mejor leer los diarios viejos para saber dónde estamos parados. Les dejo dos. Al buen entendedor, sólo los títulos bastan.






De la Sota y el resto



Siempre admiré a los publicistas y asesores de campaña. Son tipos que en muchos casos nunca van a recibir un premio, pero que en muchos casos lo merecen largamente. Se sabe que en publicidad cada palabra tiene que tener polisemia, o sea, varios significados, como para que llegue a diferentes tipos de personas. Por ejemplo, la cerveza Schneider, con su eslogan ¨Madurar lleva tiempo¨, apunta tanto a los grandes como a los pibes. Pero otra condición de las buenas publicidades es que digan cosas aberrantes y que la gente las acepte sin darse cuenta. ¿Acaso alguien se quejó de que esta publicidad les esté vendiendo alcohol a menores de edad? Bueno, para el publicista lo único importante es que de eso se den cuenta sólo los pibes de 14 o 15 años, sedientos de crecer.

Lo que vas a leer a continuación no lo vas a leer en los diarios. Básicamente porque los diarios no avivan giles y tienen intereses creados como los que más. (No voy a hacer una distinción entre publicidad y propaganda porque no ayuda en este caso) Se trata de un paneo muy general de lo que los publicistas hacen con los candidatos, y por supuesto, con vos…

De la Sota

¿De la Sota hace campaña diciendo que es honesto, lo cual remite directamente a De la Rúa. ¿Casualidad? ¿Son muy boludos? No tanto. Está bien asesorado. Ambos nombres comienzan con DE LA, y se sabe que el electorado no es muy brillante. Los que si son brillantes son los asesores y publicistas, porque saben que aún después de todo lo que pasó, en el inconsciente la gente retiene aquellas publicidades de De la Rua, con su énfasis en la honestidad. Digamos que lo que quedó en los argentinos de aquellas publicidades es una cuestión emotiva, creyeron en ella y votaron masivamente en ese sentido. ¿Qué de la Rúa sea cordobés os parece otra casualidad? Claro que no. Otro speech del gobernador de Córdoba es ¨Elegí un país estable¨, lo cual remite, obviamente al uno a uno de los 90s y a Callavo. ¿De qué provincia es Cavallo y su Sociedad Mediterránea? Adivinaron. ¿Y De la Rúa no prometía continuar con el uno a uno y también por eso lo votaron? Tuvo otros latiguillos, como aquel que rezaba, ¨Del interior¨, que  trataba de separarlo geográficamente del resto de los candidatos, todos de Buenos Aires, vinculando inconscientemente el interior con la seguridad y tal vez con otras cosas. Pero según entiendo, no prosperó.

Hay que darle la derecha a De la Sota. Está manifestando claramente lo que desea hacer, aunque muchos no se aperciban—concientemente—de ello. El gobernador está bien asesorado. El problema es él.


Carrió

¿Por qué se muestra más tolerante? ¿Por qué bajó cinco cambios sin apretar el embrague? La apocalíptica candidata no previó una cosa, que Cristina no iba a ser diputada. Si, la muy boluda quedó como la única mujer intolerante entre los candidatos, y eso extrañamente en el electorado remite a Cristina. Qué paradoja.

Massa

                 Massa está bien asesorado. Su caballito de campaña es que él es ¨Justo¨, pregonando ¨Ël cambio justo¨. Lo usa en el mismo sentido que entre los griegos antiguos la palabra dike (justicia) se refería a lo mesurado y al punto medio, ni tan tan, ni muy muy, ni Cristina ni Macri. Y por supuesto, en ese Justo, está el tema de la justicia. Massa es el que más habla y propone porque se sabe que las encuestas lo ponen por detrás de los otros dos y porque es obvio, para cualquiera que tenga algo de tren en política, que los que lideran las encuestas siempre hablan menos....


Scioli

Por eso mismo es que Scioli no habla, no propone, no nada, no todo. Es básico, si lidera las encuestas ¿para qué va a ponerse a hablar? En las publicidades siempre aparece un trencito que nos recuerda al inocente Randazzo y no mucho más.…. Pero hay una sutileza. Claro, el color naranja de la campaña. El naranja se forma mezclando magenta con… Amarillo...

Izquierdas

                   …Los que sí tienen que hablar son los grupúsculos de izquierda, y los hacen. No tienen nada que perder porque no son nadie. Y en eso no se equivocan. El error histórico de estos diminutos insectos es vivir en pequeños hormigueros con pasiones que el grueso de la gente no entiende. El único que se justifica en este accionar de cortarse sólo es Altamira, porque si pasa las PASO, no tendrá que negociar listas a futuro.

Macri y Michetti

                    Estas pésimas personas celebran una discapacidad mayor en Michetti que en Scioli. (Y digo que son malas personas no por esto, sino por otras cosas). Sin embargo, Macri es el mejor ejemplo de como los publicistas no pueden dominar la realidad. Yo le creo al  señor Durán Barba cuando dice que el cambio en el discurso del bobo ya estaba planeado desde antes. Es verosímil. En las elecciones porteñas no podían defraudar a sus votantes, pero luego, en las nacionales, es creible que apuntaran a un discurso más K. Como un buen publicista, estaba apuntando a diferentes públicos. Sin embaro, puede fallar. 

sábado, 1 de agosto de 2015

Ocho capítulos para una novela



1

Aris Kindt, es un ladrón holandés del siglo XVII. Ha robado y asesinado  a una persona cuyo nombre desconocemos, para robarle el sombrero.

2

La justicia da con Aris kindt. Es condenado a muerte.

3

El famoso doctor Nicolaes Tulp pide el cadáver del asesino para practicar una disección  pública y brindar una cátedra de anatomía.

4

Rembrandt pinta La lección de anatomía. En la tela se dibuja a varios señores que, además, aparecen con nombre y apellido en un papel. El doctor Tulp es el único retratado con un sombrero.


5

Estudiosos del siglo XX practican una disección de La lección de anatomía, valiéndose de rayos X y soluciones químicas. Reparan la tela y le dan cien  años más de vida.

6

Un escritor del siglo XXI quiere realizar una novela sobre el asesino, el doctor Tulp y Rembrandt.

7

El escritor conjetura sobre el posible nombre de la anónima víctima del robo, esa misma que no aparece en el cuadro, ni como autor ni como retratado, esa misma que hizo posible La lección de anatomía, la posibilidad de una novela y este texto, donde yo sueño que alguien quiere escribir.

8

El escritor investiga. Aprende. Ahora sabe que tanto la pena de muerte como la posibilidad de diseccionar reos eran infrecuentes en el siglo XVII. Lo médicos esperaban con ansiedad un cadáver. Concluye que la anónima víctima o ha sido forzada a morir por un complot del doctor o  simplemente nunca ha existido. La primera posibilidad será un best seller. La segunda una buena novela.




domingo, 26 de julio de 2015

La lógica del voto en el conurbano




La lógica del voto tiene un elemento geográfico incontestable. El que vota por el PRO en capital, se va a vivir a La Matanza y mete en el sobre al candidato del oficialista FPV. Quizás no mañana mismo, tal vez tampoco en diez meses. Pero en cuanto se habitúa a su nuevo domicilio, que será cosa de cuatro años—lo que media entre dos elecciones a intendente—, es muy probable que cambie sus afinidades políticas.  Los mismos que votan por Batman en Ciudad Gótica, cuando se mudan a Metrópolis votan por Superman. Que una y otra sean la misma ciudad, mirada desde diferente perspectiva, poco importa.  La Ciudad, con mayúscula, no termina en la General Paz.

Triste me pone el escuchar a tantos porteños diagnosticar que el problema en el conurbano es el carácter feudal de los municipios, que reeligen incansablemente al mismo caudillo, o a alguno de sus familiares,  y la afirmación de que ese problema tiene como raíz el perfil analfabeto e ignorante del que vota.

Son cosas diferentes. No voy a negar cierto feudalismo estructural, pero con respecto a los analfabetos la cosa es muy diferente. Pongamos por ejemplo el distrito de Vicente López. Allí gobernó por 24 (veinticuatro) años, hasta el 2011, el “japonés” García, hasta que lo desbarrancó el primo de Macri. Ahora bien, Vicente López no es cualquier municipio, es el que tiene el mejor nivel de vida de todo el conurbano. En este municipio no hay villas miserias y cuenta con el mayor número de egresados universitarios por habitante. ¿Adivinen quien puede retornar a la intendencia a fin de año?: si, claro, el japonés. ¿La otra opción?: que siga el primo de…

Cosa rara, los habitantes del municipio mantienen el mismo discurso que la gente de la vecina capital. Ellos no ven en su patria chica lo que ven en otros distritos. Tienen ceguera. Son ingenuos. Para ellos el japo y el primo son Bruno Díaz y Clark Kent.