viernes, 16 de enero de 2015

El martirio de los hermanos



El martirio de los hermanos

                         
Cosme y  Damián fueron hermanos. Eran médicos itinerantes que iban salvando la salud de los más desposeídos. No cobraban por sus servicios, bajo el pretexto de que cobrarle a un pobre por su salud era como cambiar un mal por otro. Nos llega que obraron un milagro. A un hombre blanco le cortaron una pierna irrecuperable. Justo en esa comarca había muerto un negro. Los hermanos le cortaron la pierna al negro para que el hombre blanco pudiera caminar, lo cual consiguieron con éxito.  La fama de Cosme y de Damián, que caminaban juntos como las piernas blanca y negra del aludido, creció dentro de los límites del Imperio Romano y más allá también.
Un día cayeron en manos de Diocleciano, el emperador que odiaba a los cristianos. Como escarmiento, los mandó a flagelar hasta morir. Como esto no dio efecto, los prendió fuego, sin mayores resultados. Finalmente, deseoso de verlos muertos, los decapitó, esta vez con éxito.
Se dice que la dificultad de morir de estos mártires radicaba en la fe, pero también en el buen cuidado de la salud que procuraron a lo largo de sus vidas. También cuentan que la cabeza de Damián fue pateada como una pelota por Diocleciano, hasta que fue a dar con el cuerpo de un negro recién decapitado, que se incorporó, con su nueva cabeza blanca, para horror de los presentes. Sin embargo, Damián se dejó morir de hambre porque no pudo soportar la ausencia de su hermano, con quien creció, trabajó y sufrió el martirio.
Una versión más verosímil nos dice que el martirio sólo fue sufrido por Cosme.  Agregan que la espada que terminó con su vida fue manipulada por un esclavo cristiano que se llevó la cabeza  de pueblo en pueblo hasta dar con la puerta de Damián, que permanecía oculto del emperador. Damián le dio unas monedas como retribución y le pidió que se lleve la cabeza.

                Nota:   La historia de San Cosme y San Damián—que en líneas generales reproduzco en los 2 primero párrafos y distorsiono en los 2 últimos—, nos habla de la hermandad, del amor entre las "razas", de  la medicina, de la fe, etc. Es una verdadera pena que estas historias cristianas estén ninguneadas por un sector de la enseñanza que confunde la historia de los santos con la catequesis. ¿Acaso no enseñamos a Homero o a Hesíodo sin creer en Zeus o en Cronos? ¿Acaso podemos entender la historia del arte occidental sin ser un poco cristianos, aunque más no sea por un ratito? 

Fra Angelico. Martirio de San Cosme y San Damián.

               

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