miércoles, 29 de enero de 2014

La exactitud de un moderno


 James Ussher, arzobispo de Irlanda, cobró fama a mediados del siglo XVII por ser un prestigioso estudioso de las Sagradas Escrituras. Obtuvo renombre desde el principio. Ussher podía ubicar un pasaje de la Biblia con solo escucharlo. Por ejemplo, vos le disparabas un versículo y él inmediatamente te atajaba: Éxodo 2, 14 o te explicaba que eso era del evangelio apócrifo de Judas; 3, 16, y te ordenaba 6 Padre Nuestro y 4 Ave María.

                Dios le había dado la gracia de manejarse como un pez en el agua con los números. Se dedicó  nuestro amigo James largos años a develar los secretos encerrados en la numerología bíblica. Es por eso que todos cayeron de rodillas cuando el arzobispo, a la sazón Primado de Irlanda, puso una fecha en un viejo calendario: la fecha en que dios creó el mundo: 22 de octubre de 4004 Antes de Cristo a las 21 horas.

                Ayer como hoy son mayoría los que se avienen a darle la razón a cualquier gil que manipula los números, cuando en realidad lo que hacen es manipular las mentes de los crédulos. Y creer en James Ussher fue entonces para muchos una cosa muy sensata, casi como creer en dios, casi como hoy se cree en ciertos economistas, gurúes de lo que va a pasar, que trabajan para multinacionales con nombre y apellido, y que nos liman el ojete mientras los aplaudimos.

                Pero el tiempo fue implacable con mi amigo Ussher. Está bien visto reírse hasta el cansancio cada vez que se lo cita, y por momentos veo que es una risa compulsiva, una risa por obligación.

                Pero déjenme decirles una cosa: James Ussher no era tan pelotudo. Su forma de instalar un hecho con tal exactitud es propia de una mente moderna y fruto por lo tanto de su tiempo. No era un oscurantista. Diez años después de que él dio la fecha en la cual el Altísimo se puso a laburar, se creó la Royal Society, que era un club de tipos que buscaban la exactitud en todo. Newton, ni más ni menos que Isaac Newton, pasó años estudiando la numerología bíblica a la espera de poder encontrar allí los secretos del universo, y Newton no era un ordenado. Entonces, si nos vamos a reír, riámonos de todos.

                Durante muchos años del siglo XX hemos sido menos rigurosos con los números. Sin ir más lejos, el mesozoico daba inicio más o menos hace 260 o 250 millones de años. Pero hoy afirmamos que ese inicio se dio hace 248 millones de años. Y acaso no esté lejos el día en que le podamos adicionar el mes y las horas a ese evento, o incluso al inicio de nuestro mundo. De alguna manera nos estamos acercando a James Ussher.

                Hacen mal los que aplaudían a mediados del XVII y hacen mal los que hoy se ríen. Yo prefiero estar en el medio…  al menos hoy: 29 de enero de 2014 a las 12 y 35 minutos.

 

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