domingo, 6 de noviembre de 2011

La última instancia

La última instancia.

En mayo de este año, un profesor de la facultad de derecho de La Plata, sometió a sus alumnos a preguntas básicas de diversa índole.59 Esas preguntas fueron respondidas por escrito y de forma anónima. Cuando el profesor tuvo en su poder esas hojas, también tuvo el poder de contar con un documento contundente que demostraba la ignorancia supina de amplios sectores del alumnado universitario argentino. Con este preocupante documento, el bendito profesor se presentó ante los medios de comunicación, y al otro día fue noticia, llegando incluso a hacer su debut ante las cámaras.
            Ya estamos acostumbrados a este tipo de noticias, y lo que el bendito dio a conocer no fue otra cosa que más de lo mismo. Sin embargo, me gustaría apuntar dos hechos que se infieren de esta noticia que habla de la inquietante desnutrición de las aulas patrias.
1) Los profesores (de cualquier nivel institucional) siempre quedan indemnes cuando se da este tipo de noticias. Es lógico, no se puede poner en cuestión la probidad de amplios sectores de la docencia.
2) Nunca se pone en cuestión la última instancia educativa. Como decía este profesor platense_ bendito_  y todo su séquito de periodistas, los chicos vienen mal formados del colegio secundario. Aunque esto no deja de ser verdad, también es cierto que si se quiere ver el nivel de cultura que tiene un universitario, lo que se debe hacer es someter a un listado de preguntas a una promoción de egresados universitarios. El problema que esto suscitaría, insisto, es que la última instancia educativa quedaría cuestionada, y esto no es posible.





59 Son esas preguntas que pretenciosamente se las llama de cultura general. Básicamente se trata de preguntas de geografía, de historia, de arte y de literatura. En otras palabras, una persona culta es una persona burguesa que a viajado y a prestado atención a lo que le decía el guía turístico.

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