domingo, 6 de noviembre de 2011

Set point para los latinos

Set point para los latinos.

El síndrome del tenis, por el cual gana el jugador que menos puntos cosecha, no sólo se da en los concursos de publicidad.* Hay un caso muy serio de esta malaria que tiene como enfermo terminal al sistema democrático norteamericano. Recordará que George W. Bush accedió a la presidencia alzándose con el segundo puesto en la votación popular, en virtud del sistema indirecto de votación. Según este sistema (que con algunas variantes rigió nuestros destinos por largo tiempo) son los electores los que, en última instancia, deciden. El ciudadano vota por ellos, y el resto es incierto.
En otros países el sistema se presenta con cierta coherencia, pues se verifica que el que obtiene la mayoría del voto popular coincide con el que finalmente es electo. Mas, en Estados Unidos, el caso se complica. Como es sabido, por razones que podríamos llamar de orden federal, todos los electores con los que cuenta un estado para las elecciones generales, por ejemplo 50 en el caso de California, son íntegramente ganados por la mayoría, así esa mayoría sea sólo por un voto de diferencia.
Eso fue lo que pasó en Florida en 2000. Se contaron los votos a mano y se puede afirmar que el conteo final fue tan apretado que no hubo forma de determinar a quien correspondía la totalidad de los electores del estado, salvo por una coartada legal. La corte decidió que el ganador era el texano, y realmente pudo serlo. Lo que desconcertó a muchos fue la tendencia conservadora que mostraron los latinos al momento de asistir a las urnas. Hubo quien advirtió que los latinos con derecho a voto, los legales, por el simple hecho de tener regularizada su situación se inclinan naturalmente por los republicanos. Esto no es siempre así, y California parece demostrarlo, pero, más allá de la conducta que eventualmente pueden asumir los latinos al votar, voy a darme el lujo de una digresión antes de tocar el punto que me interesa.
El censo de 2000 arrojó una cifra de extranjeros que ronda el 10% de la población yanqui, __ o, más precisamente, no yanqui__. La mitad de ellos, el 5%, es latino, y de ese 5% la gran mayoría son mexicanos.109 Estas cifras son, digamos, “fantásticas”, en tanto no reflejan y no pueden reflejar la realidad, pues los inmigrantes ilegales escapan masivamente de estas estadística oficiales. Los estados en los cuales reside la mayoría, ilegales o no, son aquellos próximos a México, en el sudoeste, al caribe, como Florida o a los grandes centros urbanos.
Da la casualidad que los estados más poblados, como Nueva York, California o Florida son los más latinos y también son los que más electores dan en las elecciones generales La conclusión es rotunda: Sin negar limitaciones evidentes que encuentran los extranjeros al momento de manifestarse, es incuestionable que, gracias al sistema indirecto de elección, la incidencia del sector en los comicios está sobredimensionada. No todos los extranjeros votan, pero cada extranjero que vota multiplica su voto por dos, de la misma manera que un set point no es un punto cualquiera.
Es tradición defender al débil mostrando los aspectos oscuros que lo convierten precisamente en débil. En el caso de los extranjeros en los Estados Unidos no es la excepción, al punto que no sé de nadie que haya reparado en este extraño hecho. Me quería dar el gusto de enfatizar este aspecto del mecanismo electoral yanqui que, afortunadamente, y probablemente por casualidad, dan de alguna manera una pequeña pero positiva ventaja a los extranjeros de origen latino.





* En Jugando al tenis con la inteligencia, en este diario.
109 . En el censo de 1970, se puso de manifiesto que los latinos eran asentados por los censistas como negros o, preferentemente, como blancos, muchas veces a petición de los propios censados. Para terminar con el problema se acuñó la categoría de latino. En estados como Texas se los denomina hispanos, lo cual es un poco más acertado. Si ente artículo uso Latinos es porque el término se impuso, y ya poco importa mis preferencias al respecto.

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