Las gordas de la literatura

LAS GORDAS DE LA LITERARURA.                                                      

En el programa de Lía Salgado cierta vez se presentó un señor muy parecido al subcomandante Marcos. Decía ser extraterrestre y la tribuna, siempre atestada de gordas ociosas, se indignaba por los argumentos que este señor brindaba a favor de su procedencia. Se escucharon cosas de este tipo: “Qué vas a ser extraterrestre si hablás castellano!” “¿Dónde está tu nave?” O, “para ser extraterrestre sos muy parecido a nosotros”.

Hay dos clases de ridículos, los que niegan la evidencia y los que la defienden denodadamente. La sentencia es de Hume y viene muy al caso  no solo por las gordas, también por tantos afamados y prestigiosos escritores que responden cuando tendrían que callar o estallar en una poderosa carcajada. Muchos de ellos son acosados por el periodismo a propósito del reciente lanzamiento del último libro de la serie Harry Potter  Estos extraterrestres de los medios de comunicación hostigan con preguntas tales como el valor literario de estos libros. A lo que las gordas de la literatura responden invariablemente que Harry Potter “está escrito para gente que no lee”, que “es insoportable” y cosas por el estilo. Siempre con una alta cuota de indignación defienden el territorio de las letras como si este fuese propiedad exclusiva del arte. Lo cual se pone de manifiesto no tanto por responder a tales preguntas como por la misma indignación

La popularidad del cine ha salvado al cine. En otras palabras, la enorme cantidad de películas chatarras como Harry Potter ha salvado al arte cinematográfico. Nadie duda que JFK es una gran película. Si alguien interroga a Oliver Stone o a cualquier otro director de su talla por el valor de las películas de Chuk Norris, este responderá mas o menos lo mismo que sus pares de la literatura, pero seguro que lo hará con una amplia sonrisa y no con la cerrada indignación de aquellos que defienden la evidencia denodadamente.