Los ojos de los artistas.
Benito Juárez baja a Querétaro y fusila a Maximiliano I. Los conservadores están preocupados ante la violencia de los acontecimientos y ante este indio que, imbuido de los más nobles adelantos mentales de la época, (la ilustración), se dispone a gobernar México.
Acaso para congraciarse con la poderosa Francia, embalsamaron el cuerpo de Maximiliano. Puesto que en México no abundan los ojos claros, los conservadores (tanto los de la ciencia como los otros) se vieron obligados a colocarle ojos de vidrio marrones. Como consecuencia, los artistas que posteriormente quisieron inmortalizar al monarca le pintaron los ojos de ese color, especialmente los franceses. Cuentan que uno de estos artistas fue interrogado por su ignorancia al respecto. Respondió que sólo intentaba congraciarse con los mexicanos, aunque seguramente la causa no era otra que la falta del color celeste en su paleta.
Su rival, don Benito, también contó con artistas que preservaron su memoria. En muchos casos, estos artistas quisieron olvidar al indio e inmortalizar al mandatario. Hoy vemos muchos retratos que muestran a un rostro muy diferente (las fotografías de Benito lo revelan.) Sus ojos son muy redondos, sus rasgos menos duros, su pelo parece suave. En general lo han accidentalizado. Y eso lo acerca mucho a Maximiliano.
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