domingo, 6 de noviembre de 2011


            Pedro va a la casa de Bruno. No va por placer, va simplemente porque ya habían quedado así. Antes de salir de su casa, Pedro había recibido una llamada de Javier. Javier pretendía ver a Pedro, pero Pedro ya había quedado con Bruno, y no queriendo faltar a la palabra se dirigió a la casa de Bruno-_ Aunque prefería ver a Javier.
            Bruno recibe a Pedro. No le abre la puerta por placer, sino simplemente porque ya habían quedado así. Por la mañana, Bruno había recibido una llamada de Pedro. Pedro quería hablar con Bruno. Ese día, por la tarde, Bruno había recibido una llamada de Javier. Javier pretendía ver a Bruno. Pero Bruno ya había quedado con Pedro, y no queriendo faltar a la palabra esperó su llegada.

Javier se queda solo, aunque todos querían ver a Javier.

            Pedro habla. No tiene ganas, pero habla. No hablar sería falta de cortesía.
             Bruno escucha. No tiene ganas, pero escucha. No escuchar sería falta de cortesía.
            Bruno lo invita con un té. No tiene ganas de hacer té, pero no invitarlo con algo sería falta de cortesía.
            Pedro acepta la invitación. No tiene ganas de tomar té, pero no aceptar sería falta de cortesía.

Javier se queda solo, se queda pensando que faltar a la palabra no es un acto inmoral, es simplemente falta de cortesía.


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