El animal más feliz de la tierra.
Parafraseando a Sakespeare, el vulgo no cree según su juicio, sino según sus ojos8, y hay pocas imágenes que se adhieran tanto al ojo como la de un camión repleto de vacas que van al matadero. Paradas durante varias horas, a veces con un calor agobiante, a muchas se les vencen las rodillas y caen exhaustas. Solo volverán a pararse para morir. Cuando miran por las rejas de esa cárcel rodante, despiertan una piedad infinita. Es un sentimiento que comparto con muchos. Aunque es lo único que comparto. No puedo compartir las creencias que suscita un sentimiento. La muchedumbre cree que es un animal desgraciado porque sólo lo ve en el camión o en el plato, cuando, en realidad, es el animal más feliz de la tierra. Todo es cuestión de ver con el cerebro, de ser un poco más juicioso.
Todos recordamos que en la escuela la maestra nos proponía o nos imponía como tema de composición La Vaca. La mayoría del alumnado respondía más o menos lo mismo; que la vaca nos da la leche, que la vaca nos da la carne. Excepcionalmente algún iluminado recordaba que la vaca (en su versión de buey) nos proporciona fuerza de trabajo y, en algunos lugares, es un motivo de diversión para los amantes de la tauromaquia. Sintetizando; dijimos que la vaca nos proporciona alimento en varias formas, fuerza motriz, diversión. Es tanto para la especie humana que le hemos aplicado dos nombres diferentes en varios idiomas según su género. (Lo mismo puede decirse del caballo, pero no del perro o de la gallina. Según parece bautizamos nuestro entorno por la utilidad que nos reportan).
Lo que se puede decir de las vacas es que son útiles. Aunque para ser justos tenemos que incluir otra categoría que no es otra cosa que más de lo mismo; la de quienes gritan que no debería ser útiles (algunos ecologistas y vegetarianos). Estos tipos están enfermos de idiotismo. Por dar un ejemplo, defienden ardientemente la abstención de comer carne bovina sin reparar en un dato concluyente que me atrevo a presentar en forma de silogismo: 1) si el país está lleno de vacas es porque se comen. (Como se comen están mejor alimentadas que muchos humanos que nunca comieron carne de vaca). 2) Si nadie come carne de vaca llevamos a la extinción a este noble animal. 3) Ergo, hay que comer vaca por el bien de las vacas.9 (No deja de asombrarme que se llore la posible extinción de tantos animales susceptibles de ser criados en cautiverio sin siquiera probar su carne)
Todo esto obedece al narcisismo propio de nuestra especie. La próxima vez que alguien nos proponga el tema La vaca tratemos de pensar como vacas y en lugar de decir que la vaca nos da la leche y que la vaca nos da la carne pensar que le damos nosotros a las vacas; seguramente mucho más que ellas a nosotros.
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