El interior de Javier
Si usted es leído notará que tengo cierta tendencia a la ironía borgiana. Incluso en algunos escritos como El ciclo de la carabela o Platón y la entomología asimilo algo más que la ironía. Intentando salir de la prosa borgiana, que es una enfermedad nacional, escribí Lo bueno, lo malo y lo feo. En él trato de escapar de Borges sin perder el gusto por la concisión y remitiéndome un poco a la técnica del guión cinematográfico. Lo presento con una simetría exagerada con la intención de destacar las oposiciones y, al mismo tiempo, lo lleno de palabras pobres, lo cual me convierte en un franciscano de las letras. Por otra parte, Lo bueno lo malo y lo feo intenta ser un estudio rústico de psicología. Una continuación de aquel trabajo es lo que les vengo a ofrecer ahora16
A Javier le obsesiona la impuntualidad. Javier tiene los muebles en el mismo lugar desde hace 20 años. Cada cosa en su lugar. Cada cosa en su momento. Bruno no viene. Han pasado 5 minutos de las 20 horas. Pierde el tiempo y piensa. No hay que pensar. Golpean la puerta. Abre. Bruno se excusa. No hay tiempo para excusas. Ahora su mente está ocupada en Pedro. Bruno tiene los problemas de un ama de casa. Todas trivialidades. Un mate música y Javier; ese es el remedio. Tiene que ver a Pedro. Pobre Pedro, necesita de la presencia de Javier. Javier sabe que Pedro solo necesita la presencia de alguien. Escucha que Bruno le habla, sentencia, se indigna. Pone un mate entre las manos de Bruno. Javier cree en la fuerza de los gestos. Bruno se calma, su boca se ocupa de la bombilla. Javier lo mira. Todos los humanos son iguales, todos necesitan de él. Javier ama al prójimo. Ama a sus semejantes. Todos los humanos son semejantes. Javier ama al prójimo. Ama un concepto.
Bruno es un ama de casa. Ahora Bruno quiere ser escuchado. Pedro avisa que no puede verlo hoy. La mente de Pedro está ocupada en algo bueno o en algo malo, pero no está ocupada en Javier. Javier se toma de Bruno. ¿Porqué no vino él personalmente a decirme eso?. Porque tenía cosas más importantes. La respuesta de Bruno es un insulto. Javier se cree importante para el prójimo. Alguien bautiza a los seres humanos pero para él son solo eso, prójimo. Aquellos que él ha conquistado con su presencia, aquellos que están cautivos de sus horas, esos no pueden escapar. En 20 años no ha movido un solo mueble de su lugar. Pedro no es libre Pedro tiene que pedir permiso para modificar los horarios de Javier. Javier programa sus días hasta el último detalle. Sabe perfectamente que le depara el 20 de octubre del año que viene. Javier es su patrón. Pedro es su mueble. Bruno ahora le está detallando las excusas de Pedro (Es la segunda excusa de Bruno.) No se expresa con claridad. Bruno es inseguro. Pedro es cagón; mandó a Bruno para no dar la cara. Pedro aún le teme; no todo está perdido. Escuchando a Bruno es imposible saber lo que dijo Pedro. Javier quiere saber con exactitud cual es la disposición de los pensamientos de Pedro pero Bruno no ordena sus pensamientos desde hace 20 años (o los ordena permanentemente.) Javier le pone una mano en el hombro y lo invita a cenar. Sabe que la hora de la cena está lejos pero tiene que improvisar algo en ese agujero del tiempo que le creó Pedro. Javier le pone una mano en el hombro y lo invita a quedarse. Javier cree en la fuerza de los gestos. La cena está lejos y Bruno podrá ordenar sus pensamientos para el postre.
Los argentinos estamos obsesionados con Borges. Será porque no podemos imitar a otros.
16 Si tuviese algún prestigio como escritor usted no me subestimaría y yo no tendría la necesidad de andar aclarando porqué escribo lo que escribo. Si tuviese algún prestigio como escritor usted aprobaría en forma incondicional cualquier estupidez que salga de mi cabeza.
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