El precio real.

El precio real.

Formento esta contento. Con el cambio favorable conoce el mundo. Comentan que el uno a uno se sostiene ficticiamente, que no es posible que un peso valga un dólar. Pero si el peso esta sobrevaluado a el nada le importa; el conoce el mundo y se acabo. Tampoco le importa que Manuel, el vecino que vive en la villa, no goce de los beneficios de ese cambio. Hoy fue Madrid, mañana será Paris. Todo muy barato. Quince días, quince noches, diez países, solo 5000 dólares, que es lo mismo que decir pesos. En otra época ese paseo se lo hubiesen cobrado no menos de 15 000. Eso sí, extraña el auto. Es una belleza. Lo acaba de comprar gracias a la política cambiaria. Una joyita por solo 10 000 pesos.

Lamentablemente llega el momento del retorno. Pero Formento igual esta contento. Unos días mas en Praga hubiera sido lo ideal, pero la rutina exige un poco de sedentarismo. Afortunadamente cuenta con el nuevo vehículo para hacerse una escapada durante el próximo fin de semana largo. No obstante, a Formento lo espera una sorpresa. Le han robado el auto. Maldice a todos los villeros, particularmente a Manuel, que sabia de su larga ausencia. Grita que este es un país de mierda y anhela mudarse a uno de esos países que visito. Lo que Formento no sabe es que Manuel no ha hecho otra cosa que poner la cifra real del viaje... y esta contento.